Francisco, a los agustinos: “No a los consagrados solterones, se requiere inquietud espiritual”

jueves, 29 de agosto de 2013

Francisco presidió la Misa de inicio del 184 capítulo general ordinario de la Orden de San Agustín. Durante su homilía, el Papa advirtió a los religiosos del peligro de “la mundanidad espiritual” y se lamentó por la existencia de “consagrados solterones”.

“Pienso con dolor en los consagrados que no son fecundos, que son solterones; conserven la inquietud espiritual, la inquietud de anunciar al Señor con valentía y de ir hacia el otro, del amor hacia cada hermano y hermana”, sostuvo. Insistió luego en este punto, la inquietud espiritual, como el camino para llegar “al encuentro con el otro” porque “la inquietud del amor siempre nos anima a acercarnos a los demás, sin esperar a que el otro manifieste su necesidad”. El Pontífice repasó la vida de San Agustín e invitó a todos a seguir el ejemplo del santo de Hipona en su búsqueda de Dios.

Reflexionando sobre la figura de Santa Mónica, madre de San Agustín, el Papa observó: “¿Cuántas madres hoy derraman lágrimas para que sus hijos vuelvan a Cristo? No pierdan la esperanza de la gracia de Dios”. “No es posible que un hijo de tantas lágrimas perezca –añadió Francisco. El mismo San Agustín, después de la conversión y al dirigirse hacia Dios, escribió: { Por amor mío lloraba ante ti mi madre, completamente fiel y derramando más lágrimas de las que derraman las madres por la muerte del hijo. Esta mujer es inquieta, pero lo que ella lloraba, Dios lo había dado abundantemente´”.

El Papa Francisco advirtió sobre la mundanidad espiritual, por lo que invitó a “no dejarse fascinar por la mundanidad espiritual y del carrerismo”. El Pontífice insistió en que hay que tener cuidado ante el peligro de “acomodarse en la propia vida cristiana, en la vida sacerdotal, en la vida religiosa y también en la vida comunitaria”, en lugar de sentir “la fuerza de la inquietud por Dios, por su Palabra”, que impulsa a “salir hacia el rebaño”, a “salir hacia los demás”.