Francisco pidió a los obispos europeos abrir “el apetito de la fe” en Dios en los fieles

viernes, 24 de septiembre de 2021
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24/09/2021 – El Papa Francisco alentó a abrir “el apetito de la fe” y despertar “esa sed que hay en el corazón” de cada persona a través de la caridad porque “sólo el amor sacia el corazón”.

Así lo dijo el Santo Padre al presidir una Eucaristía en la Basílica de San Pedro  con ocasión del 50 aniversario de institución del Consejo de las Conferencias Episcopales Europeas en la que concelebraron decenas de obispos europeos y participaron alrededor de cincuenta fieles.

Al reflexionar en la lectura del día del profeta Ageo (Ag 1,5-7) el Papa reconoció que “la falta de caridad causa la infelicidad, porque sólo el amor sacia el corazón” y lamentó que “los habitantes de Jerusalén, encerrados en el interés por sus propios asuntos, habían perdido el sabor de la gratuidad”.

“También puede ser nuestro problema: focalizarnos en las diversas posiciones que hay en la Iglesia, en los debates, agendas y estrategias, y perder de vista el verdadero programa, el del Evangelio: el impulso de la caridad y el ardor de la gratuidad. El camino para salir de los problemas y de las cerrazones es siempre el camino del don gratuito. No hay otro. Reflexionemos sobre esto”, advirtió el Papa.

Además, el Santo Padre señaló que los cristianos en Europa tienen “la tentación de permanecer cómodamente en nuestras estructuras, en nuestras casas, en nuestras iglesias, en las seguridades que nos dan las tradiciones, en la satisfacción de un cierto consenso, mientras los templos a nuestro alrededor se vacían y Jesús es cada vez más olvidado”.

“Reflexionemos, ¡cuántas personas ya no tienen hambre y sed de Dios! No es que sean malas, no, sino que les falta alguien que les abra el apetito de la fe y despierte esa sed que hay en el corazón del hombre, esa ‘sed connatural, inagotable’ de la que habla Dante Alighieri (Paraíso, II,19) y que la dictadura del consumismo, dictadura blanda pero sofocante, intenta extinguir”, afirmó.

En este sentido, el Papa alertó que “muchas personas son conducidas a sentir sólo necesidades materiales, y no la falta de Dios” y agregó que es una cuestión que “nos preocupa, pero, ¿hasta qué punto nos hacemos cargo realmente? Es fácil juzgar al que no cree, es cómodo enumerar los motivos de la secularización, del relativismo y de tantos otros ismos, pero en realidad es estéril”.

“La Palabra de Dios nos lleva a reflexionar sobre nosotros mismos: ¿sentimos afecto y compasión por quienes no han tenido o quizá han perdido la alegría de encontrar a Jesús? ¿Estamos tranquilos porque, después de todo, no nos falta de nada para vivir, o inquietos al ver a tantos hermanos y hermanas lejos de la alegría de Jesús?”, cuestionó el Papa.

De este modo, el Santo Padre recordó que el pueblo de Israel “tenía lo que quería, pero no era feliz” por lo que invitó a recordar la enseñanza de Jesús en el Evangelio de San Mateo “tuve hambre y ustedes no me dieron de comer, tuve sed y no me dieron de beber, estuve desnudo y no me vistieron”.

Por ello, el Papa Francisco animó a no dejarse contentar “con un presente tranquilo” sino “trabajar por el futuro” junto a otros. Y en el caso europeo, invitó a “dejar las conveniencias de lo inmediato para volver a la amplitud de miras de los padres fundadores, a una visión profética y de conjunto, porque ellos no buscaban los acuerdos del momento, sino que soñaban el futuro de todos”.

“Esto vale también para la Iglesia, casa de Dios. Para hacerla hermosa y acogedora es necesario mirar juntos al futuro, no restaurar el pasado… Ciertamente, debemos comenzar desde los cimientos, porque es a partir de allí que se reconstruye: de la tradición viva de la Iglesia, que nos fundamenta en lo esencial, en el buen anuncio, la cercanía y el testimonio”.

En esta línea, el Pontífice exhortó reconstruir “a partir de los cimientos de la Iglesia -la de los orígenes y la de siempre-, de la adoración a Dios y del amor al prójimo, no de los propios gustos particulares, no de los pactos y negociaciones que podemos hacer ahora, digamos para defender a la Iglesia, defender el cristianismo”.