Francisco sobre el matrimonio: con el amor no se juega

miércoles, 24 de octubre de 2018
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24/10/2018 – Este miércoles, a partir de las 10.00 de la mañana, el Papa ingresó en la Plaza de San Pedro a bordo del jeep blanco donde lo esperaban casi veinte mil fieles y peregrinos de los cinco continentes. Antes de tomar la palabra, Francisco recorrió la plaza saludando y bendiciendo a las personas que encontraba a su paso y deteniéndose cada tanto para besar y acariciar a los niños que le acercaban.

Hoy dedicamos la catequesis al sexto mandamiento, que dice: “No cometerás adulterio”.

Como escuchamos de los mismos labios del Papa éste fue el tema de las reflexiones de este penúltimo miércoles de octubre, en que explicó que esta palabra del Decálogo supone una llamada a la fidelidad, puesto que no existe una relación humana auténtica sin la lealtad y la fidelidad. Sí, porque como dijo el Santo Padre, no se puede amar solo cuando “conviene”. 

 

Amar sin condiciones

El amor se manifiesta cuando se da todo sin reservas. El ser humano necesita ser amado sin condiciones, y cuando no encuentra este amor el corazón busca llenar ese vacío con sucedáneos, componendas y mediocridades, entregándose a relaciones estériles e inmaduras, con la falsa ilusión de encontrar allí un poco de luz y de vida”.

 

Cristo es la fuente de fidelidad

Por otra parte, tras afirmar que la vida conyugal requiere un tiempo de noviazgo para discernir y verificar la cualidad de la relación, analizando este mandamiento el Obispo de Roma, dijo:

“ Este mandamiento nos llama pues a dirigir nuestra mirada a Cristo, para que sepamos encontrar en Él la fuente de nuestra fidelidad, de nuestra constancia en las relaciones con los demás y de nuestra comunión mutua

 

La importancia de una preparación adecuada para el Matrimonio

Hablando en italiano de la llamada a la vida conyugal, que requiere un claro discernimiento sobre la calidad de la relación y un tiempo de noviazgo para verificarla, el Papa dijo que para acceder al Sacramento del matrimonio, los novios deben madurar la certeza de que en su relación está la mano de Dios, que los precede y los acompaña.

Pero para que esto ocurra, antes de recibir el Sacramento del Matrimonio – añadió el Santo Padre hablando espontáneamente – se necesita una preparación esmerada, “diría un catecumenado – agregó textualmente – porque se juega toda la vida en el amor, y con el amor no se juega. No se puede definir ‘preparación al matrimonio’ tres o cuatro conferencias dadas en la parroquia. No, ésta no es una preparación: ésta es una falsa preparación. Y la responsabilidad de quien hace esto cae sobre él: sobre el párroco, sobre el obispo que permite estas cosas. La preparación debe ser madura y se necesita tiempo. No es un acto formal: es un Sacramento. Pero hay que prepararse con un verdadero catecumenado”.

 

Cristo enseña el amor incondicional

Por último explicó que de la muerte y resurrección de Cristo deriva nuestra fidelidad, de su amor incondicional deriva la constancia en las relaciones. De la comunión con Él, con el Padre y con el Espíritu Santo deriva la comunión entre nosotros y el hecho de saber vivir nuestras relaciones con fidelidad.

 

Vida cristiana es encuentro de nuestras debilidades con la gracia de Dios

Al saludar a los presentes el Papa Francisco dirigió un pensamiento especial a los jóvenes, ancianos, enfermos y recién casados, a quienes les dijo que el mensaje evangélico de Cristo no nos pide hacer cosas extraordinarias, sino dejar obrar a Dios en nuestra vida. Y tras  recordar que el Señor dijo: “No pueden hacer nada sin mí”, el Pontífice añadió que “la vida cristiana es el encuentro de nuestra debilidad con la fuerza de la gracia de Dios, que nos permite vivir cotidianamente una existencia plena y gozosa, en la que la caridad significa hacer todo con alegría y humildad, para la gloria de Dios y para el bien de los hombres.

 

Fuente: News.va