Mensaje del Papa a la Asociación Marítima Cristiana Internacional

lunes, 21 de octubre de 2019
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21/10/2019 – El Papa Francisco anima a los cristianos a “ayudar a la gente del mar a conocer a Jesucristo y a vivir de acuerdo con sus enseñanzas, en el respeto y en la acogida recíproca”.

Así lo escribe el Santo Padre en un mensaje enviado con ocasión de la apertura de los trabajos de la XI Conferencia Mundial de la “Asociación Marítima Cristiana Internacional” que se llevará a cabo desde hoy,  21 de octubre, hasta el próximo viernes  25 en Kaohsiung (Taiwán). El tema del encuentro de este año es “50 años de trabajo juntos por la gente del mar, los pescadores y sus familias”.

“Este aniversario me ofrece la oportunidad de exhortarles a continuar, con un espíritu ecuménico renovado, su servicio a la gente del mar”, afirma el Papa quien exhorta a los participantes a estos días de encuentros y de reflexión para que “encuentren formas de asistencia cada vez más eficaces para la gente de mar, los pescadores y sus familias”.

Además, el Papa Francisco recuerda el mensaje, que sigue siendo actual, de la Carta Apostólica “Stella maris” escrita por San Juan Pablo II en 1997 en donde “delineó las líneas fundamentales para el cuidado pastoral de las muchas personas que trabajan en el mar y sus familias, así como de aquellos que viajan por mar”.

“En ese documento, mi predecesor invitó a trabajar para que la gente del mar tenga abundantemente los medios necesarios para llevar una vida santa”, añade el Santo Padre.

En esta línea, Francisco renueva la invitación a los representantes de las diversas tradiciones cristianas para que “puedan ayudar a la gente del mar a conocer a Jesucristo y a vivir de acuerdo con sus enseñanzas, en el respeto y en la acogida recíproca”.

“Los animo a superar las dificultades que a veces se pueden encontrar en su misión, promoviendo con convicción el espíritu ecuménico. Los acompaño con mi oración y con la bendición que invoco sobre ustedes, sobre sus trabajos de estos días y sobre quienes han sido confiados a su servicio pastoral. Que el Señor los bendiga y, por favor, recen por mí”, concluye el Papa