Santa Sede dispuesta a favorecer intercambio de prisioneros entre Ucrania y Rusia

lunes, 13 de mayo de 2024
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13/05/2024 – (Vatican News) En sus saludos tras el rezo del Regina Caeli, Francisco hizo un nuevo llamamiento para la liberación de prisioneros de ambos bandos en el conflicto entre Kiev y Moscú, incluso con la ayuda del Vaticano. Apremiante el llamamiento a la oración por la paz en Ucrania, Palestina, Israel y Myanmar.

Al término del Regina Caeli, el Papa Francisco dirigió una vez más su pensamiento hacia todos los que sufren conflictos, con la mirada dirigida hacia la violencia que ensangrienta una parte de Europa. Francisco exhortó a un intercambio de prisioneros entre Moscú y Kiev, incluso con la ayuda de la Santa Sede. Y renovó su invitación a seguir rezando por la paz:

Mientras celebramos la Ascensión del Señor resucitado, que nos libera y nos quiere libres, renuevo mi llamamiento en favor de un intercambio general de todos los prisioneros entre Rusia y Ucrania, asegurando la disponibilidad de la Santa Sede para favorecer todos los esfuerzos en este sentido, especialmente, por aquellos gravemente heridos y enfermos.Y sigamos rezando por la paz en Ucrania, en Palestina, en Israel, en Myanmar. Recemos por la paz.

Intercambio de prisioneros
Hasta ahora, Rusia y Ucrania han realizado más de 50 intercambios de prisioneros desde el comienzo de la guerra. Ambos bandos han liberado a varios miles de prisioneros. El último intercambio conocido se remonta al 8 de febrero. En aquella ocasión, el Presidente ucraniano Zelensky indicó que el número de ucranianos liberados ascendía a 3.135.

Los llamamientos del Papa
En el Urbi et Orbi del pasado 31 de marzo, Francisco lanzó un llamamiento para abrir un camino de paz para las poblaciones víctimas de todos los conflictos, empezando por Israel, Palestina y Ucrania. También en esa ocasión, el Papa pidió un “intercambio general de todos los prisioneros entre Rusia y Ucrania”. El pasado 17 de abril, durante la audiencia general, el Pontífice volvió a hablar de los prisioneros de guerra, invocando al Señor para que suscite “la voluntad de liberarlos a todos”. El Papa hizo entonces una clara referencia a la tortura de los prisioneros de guerra, describiéndola como “una cosa muy horrible, no humana”.