“De la boca sale lo que abunda en el corazón”

miércoles, 12 de febrero de 2014
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Jesús, llamando a la gente, les dijo: "Escúchenme todos y entiéndanlo bien. Ninguna cosa externa que entra en el hombre puede mancharlo; lo que lo hace impuro es aquello que sale del hombre. ¡Si alguien tiene oídos para oír, que oiga!".

Cuando se apartó de la multitud y entró en la casa, sus discípulos le preguntaron por el sentido de esa parábola. Él les dijo: "¿Ni siquiera ustedes son capaces de comprender? ¿No saben que nada de lo que entra de afuera en el hombre puede mancharlo, porque eso no va al corazón sino al vientre, y después se elimina en lugares retirados?".

Así Jesús declaraba que eran puros todos los alimentos. Luego agregó: "Lo que sale del hombre es lo que lo hace impuro. Porque es del interior, del corazón de los hombres, de donde provienen las malas intenciones, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños, las deshonestidades, la envidia, la difamación, el orgullo, el desatino. Todas estas cosas malas proceden del interior y son las que manchan al hombre".

 

                                                                                                                                     Mc 7, 14-23

 

 

12/02/2014 – Seguimos compartiendo la catequesis en torno al Evangelio del día junto al padre Gabriel Camusso.


¿Soy yo también de los que buscan comprender mejor? ¿Tengo "oídos para escuchar" la palabra secreta de Dios? ¿Sé ir más allá de la envoltura de las palabras del evangelio?¿"Lejos de la muchedumbre", de corazón a corazón con Jesús, me pregunto sobre el "sentido" de sus palabras?

Jesús continúa insistiendo en lo que es verdaderamente importante para la vida del hombre. Lo exterior es importante, pero lo es más el interior.

Ahora bien, ¿qué es lo que sale del hombre? Sin lugar a dudas lo que hemos metido. En otra ocasión dijo Jesús: “De la boca sale lo que abunda en el corazón” y además: “El árbol bueno no puede dar frutos malos”. Con esta instrucción no solo declara lícitos todos los alimentos, sino que nos previne del tipo de alimentos que verdaderamente pueden dañar al hombre y son aquello con los que alimentamos nuestro corazón (es decir nuestra imaginación, pensamiento, memoria, sentimientos).

Por ello tengamos cuidado de aquello que nos alimenta cada día, a nuestro alrededor. Sería bueno que hoy nos preguntásemos qué tipo de alimentos estamos dejando entrar en nuestro corazón.

Nosotros tambi&e