24/09/2021 – En “Iglesia, Palabra y Misión”, fray Jorge Scampini, profesor de eclesiología y sacramentos en el Centro de Estudios de Filosofía y Teología de la Orden de Predicadores y de la Facultad de Teología de la Universidad Católica Argentina, habló de la Iglesia católica y el sentido de la expresión. “La catolicidad de la Iglesia aparece en los primeros siglos como un hecho de la tradición de nuestra comunidad. A medida que los cristianos iban profundizando en los misterios que ellos vivían, como creer en Jesús y muerto y resucitado, estas generaciones se fueron haciendo conscientes de la la originalidad de sus creencias y comenzaron a buscar una nueva palabra o neologismo que describiera esta nueva realidad. Así nació el adjetivo “católico”. Esta palabra casi no era usada por los griegos clásicos, y en los pocos usos se describía a la plenitud de algo abstracto que se oponía a la verdad o a la belleza presente en el mundo”, sostuvo el fraile dominico.
“Uno de los padres de la Iglesia, san Ignacio de Antioquía escribió siete cartas a distintas comunidades en el siglo segundo y en la carta a los cristianos de la ciudad griega de Esmirna dijo: “Donde está el obispo, está la asamblea de los fieles. Y la Iglesia Católica está donde se encuentra Cristo Jesús”. Así como el obispo preside cada iglesia local, Ignacio dijo que Cristo preside a toda la Iglesia Católica. Y también en el martirio de san Policarpo se habla de una Iglesia universal y de la autenticidad o plenitud de la Iglesia de Esmirna, a la que pertenecía. Es decir, es la Iglesia universal y la Iglesia auténtica. Para san Agustín, la Iglesia católica es universalmente perfecta, no está degradada y ha logrado extenderse por toda la tierra. La catolicidad es un legado de Pentecostés, es donde se hablan distintas lenguas pero donde se mantiene la unidad”, dijo Scampini.
“Más adelante en la historia, lo católico fue asumido por la Iglesia de Occidente, mientras que la Iglesia de Oriente se comenzó a denominar más como lo ortodoxo. Esto llevó a que lo católico se transformó en algo más confesional. En la Edad Media surgieron bases más profundas para la catolicidad. Santo Tomás de Aquino señaló algunos rasgos de la catolicidad. El primero es la gracia de tener a Jesús como cabeza de la comunidad eclesial. Todos somos uno bajo la cabeza de Cristo. La Iglesia es universal en tres sentidos: en la Tierra, en el Cielo y en el Purgatorio. Y la única fe creíble es la que se celebra en todo el mundo”, indicó. “Jesús ya les habló a sus discípulos de la misión universal que iban a tener en la Iglesia naciente. Y estos discípulos estuvieron llamados a guardar la tradición recibida. Es decir, en el nuevo testamento no aparece la palabra católica pero si sus conceptos definitorios. En el siglo 16 surge la catolicidad cualitativa, encarnándose en todas las culturas y en todas las épocas de la historia”, manifestó fray Scampini.
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