Ser uno para que el mundo crea

jueves, 25 de mayo de 2023
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25/05/2023 – Estamos ya muy cercanos a celebrar la fiesta de Pentecostés la fiesta del Espíritu Santo; fiesta que vamos a celebrar el próximo fin de semana. Y la liturgia en este capítulo 17 del Evangelio de San Juan es aquella liturgia que nos regala la oración de Jesús por la unidad de sus discípulos.

Jesús levantó los ojos al cielo y oró diciendo:
“Padre santo, no ruego solamente por ellos, sino también por los que, gracias a su palabra, creerán en mí.
Que todos sean uno: como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno-yo en ellos y tú en mí- para que sean perfectamente uno y el mundo conozca que tú me has enviado, y que yo los amé cómo tú me amaste.Padre, quiero que los que tú me diste estén conmigo donde yo esté, para que contemplen la gloria que me has dado, porque ya me amabas antes de la creación del mundo.Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te conocí, y ellos reconocieron que tú me enviaste.Les di a conocer tu Nombre, y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me amaste esté en ellos, y yo también esté en ellos”.

San Juan 17,20-26.


Jesús le va a pedir al Padre que “todos sean uno para que el mundo crea” y “que todos sean uno como el Padre está en Él y Él está en el Padre”. Qué gran desafío esto de la unidad. Dentro de la Iglesia y fuera de la Iglesia. La unidad querida por Jesús nos desafía sanamente. El pasaje de Juan nos habla sobre la unidad en Cristo y cómo esta unidad debe ser evidente entre los seguidores de Jesús. En este texto, Jesús ora por sus discípulos y también por aquellos que creerán en Él a través del testimonio de ellos. Esto significa que todos debemos estar unidos para dar testimonio del amor y la verdad de Dios al mundo.


En el día de la patria, 25 de mayo, podemos ver una conexión con el llamado a la unidad que se presenta en el evangelio. La historia argentina está llena de conflictos políticos y divisiones sociales, pero como pueblo cristiano estamos llamados a superar estas diferencias para trabajar juntos por el bien común.
El Papa Francisco ha hablado sobre esto en su exhortación apostólica Evangelii Gaudium, donde destaca la importancia del compromiso comunitario para vivir nuestra fe auténticamente. El tiempo prevalece sobre el espacio porque necesitamos tener una visión amplia y duradera para resolver los problemas que enfrentamos como sociedad. La unidad prevalece sobre el conflicto porque solo trabajando juntos podemos lograr cambios significativos. Todo prevalece sobre la parte porque cada persona tiene un papel importante que desempeñar dentro de la comunidad cristiana.


Finalmente, recordemos que hay una realidad superior a nuestras ideas o intereses personales: es el plan divino de salvación para toda la humanidad. Como cristianos argentinos, tenemos mucho potencial para hacer una diferencia positiva si nos mantenemos firmes en nuestra fe y trabajamos juntos hacia ese objetivo mayor.

Menuda tarea tenemos nosotros los cristianos a la hora de pensar esto de la unidad y qué es lo que significa. Muchas veces nosotros tenemos la tentación de detenernos en las cosas que nos diferencian. Si seguimos en esa discusión y seguimos hablando de lo que nos separa, no solamente el sueño de la unidad de Jesús va ser imposible, sino que de a poco nuestra vida creyente va a poco a poco a dejar de ser lo que es y va a dejar de ser creíble.


La unidad es un trabajo, es una tarea, pero necesita de corazones ardientes y dispuestos que estén en camino, en la vía, en el seguimiento de Jesús, en querer construir un mundo distinto a base de amor, a base de fuerza y en base sobre todo de servicio.


El Cardenal Newman, uno de los teólogos y pensadores católicos más importantes del siglo XIX, escribió sobre Juan 17,20-26 en su obra “Meditaciones y Devociones”. En este texto, el cardenal reflexiona sobre la oración que Jesús hace por sus discípulos y por aquellos que creerán en Él a través del testimonio de ellos. La unidad entre los cristianos es una muestra visible para el mundo del amor divino. Para él, esta unidad es un signo claro de la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas. El cardenal afirma que todos los miembros del cuerpo místico de Cristo deben estar unidos en su amor por Dios y su prójimo.
Además, Newman subraya cómo las palabras de Jesús son una fuente constante de consuelo para aquellos que buscan vivir auténticamente su fe. La oración nos recuerda que no estamos solos en nuestra búsqueda espiritual sino que somos parte de una comunidad mundial formada por todos aquellos quienes han creído en Cristo a lo largo del tiempo.


La construcción de la unidad pasa por el camino de la reconciliación.