Cómo evitar ser adictos a las emociones negativas

jueves, 23 de agosto de 2012
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Verónica La Forgia: ¿Qué es una emoción? Y ¿cómo actúan las emociones en el ser humano? ¿cómo se disparan?

Padre Guillermo Carmona: Las emociones son movimientos internos, una especie de energía vital que la persona tiene. Cuando decimos ‘energía vital’ nos referimos a algo anímico, que nace de la psiquis de la persona, de un sentimiento. Es un movimiento. Por ejemplo: ‘hoy me siento feliz de escucharte’ ‘ayer estuve un poquito triste porque estando resfriado no podía hacer frente a todos los compromisos que tenía’. Esos son sentimientos, emociones. Yo diría que las emociones son como una brújula que nos orienta para saber cómo estamos. Podemos tener emociones positivas como sentirnos bien en una reunión, asistir a un espectáculo agradable. También abundan hoy en día las emociones negativas como por ejemplo la violencia doméstica, la problemática de los matrimonios a los que les cuesta llegar a un vínculo como la gente, o una situación económica desfavorable. Son emociones despertadas a veces desde fuera, otras por uno mismo

 

VLF: ¿qué ejemplos concretos podemos dar de emociones positivas y de emociones negativas, para ver con cuáles nos vamos identificando?

GC: Positivas: alegría, sentimiento de amabilidad, admiración o asombro ante una persona, la compasión frente al dolor, poder confiarle algo a alguien, sentir que otra persona me abre su corazón y confía en mi, la dicha de que le pase algo lindo a otra persona, el entusiasmo, la felicidad interior de escuchar una buena homilía…

      Negativas: el abatimiento, el sentirse afligido y no saber cómo manejar la situación, el no encontrar la llave para resolver un problema, la ansiedad, la cólera, el dolor, la envidia, los celos… Y hay sentimientos negativos que pueden ser revertidos, por ejemplo, el sentimiento de culpa cuando ‘metí la pata’

      Yo diría que el ser humano tiene tantas emociones positivas como negativas. Y existe el peligro que una emoción positiva se transforme en algo negativo. Y también en toda emoción negativa hay un reverso.

 

VLF: Las emociones ¿son voluntarias? ¿soy responsable de mis emociones?

GC: Muchas emociones son generadas por uno mismo. A veces volvemos al pasado, recordando por ejemplo alguien que nos hirió, y eso nos despierta una emoción negativa. De eso somos responsables. Otros sentimientos se generan de afuera, por ejemplo, alguien me insulta. Pero en el fondo, tenemos siempre la posibilidad de no dejar que esas emociones negativas me calen demasiado hondo en el corazón como para transformarme en una persona negativa frente a la vida.

 

VLF: además, para que no solo sienta sino que con-sienta esto y pueda dañar a otros

GC: exacto. La emoción positiva se potencia en lo que puede ser que otras personas, al verme bien y expresar sentimientos positivos, se sientan también bien. De la misma manera pasa con las emociones negativas. Si uno llega a su trabajo arrastrando un problema de su casa, por ejemplo, puede llegar con mala cara, o tratar mal a otros y de pronto todo el ambiente va a contagiarse de esas emociones negativas. Pero también puede suceder que esa misma persona y en esa misma situación, tiene valores que lo hacen ver mas allá de su problema y puede llegar y saludar de buena manera, pedir las cosas amablemente. Y el clima va a ser diferente. En resumen: las emociones no solo influyen en uno mismo sino en el ambiente en el que uno está

 

VLF: ¿cómo trabajamos con las emociones negativas para que no se convierta en una ‘onda negativa’ que contamine todo?

GC: Hay que trabajar sobre los sentimientos negativos para que no se tornen ‘adicciones’. Así como hay hábitos positivos, también hay hábitos negativos: acontecimientos a los que les damos demasiada importancia y se produce lo que los psicólogos llaman ‘experiencia de remache’: llega un momento que estoy tan involucrado en eso que no puedo salir y se transforma en una neurosis.

      Podríamos decir que hay 7 pasos para evitar que estas emociones te destruyan.

1.      Ponerle nombre a la emoción que estamos sintiendo: el hecho de definirla hace al mismo tiempo que tomemos distancia de la realidad y así podamos manejarla. Es una especie de viaje muy rápido en nuestro corazón. Por ejemplo: ‘estoy confuso’, o ‘tengo dolor’, ‘tengo tristeza’, ‘me da bronca tal persona o tal hecho’. Generalmente uno expresa más fácilmente las emociones positivas, por ejemplo ‘estoy feliz’, y en cambio a las negativas las reprime. Pero el poder ponerle nombre ya es un paso importante.

2.      Demorar la respuesta inmediata. Diríamos ‘contá hasta diez’, ‘respirá hondo’… ¿qué estamos diciendo con eso? En el momento en que reaccionaríamos emotivamente, tratar de lograr que la emoción ceda un poquito, y eso da lugar a manejarla. Pero para eso hace falta que uno ‘quiera’ manejar esas situaciones, porque en definitiva no nos hacen bien

3.      Relativizar la emoción cuando es negativa, potenciarla si es positiva. Descubrir que la emoción proviene siempre de una situación normalmente actual, pero que siempre tiene una historia. Yo no soy la emoción. Y a veces, lo que yo considero que otro ‘me hizo’ y por lo cual yo entro en cólera, no siempre es así. La persona en sí no es ‘mala’ generalmente, ni mi enemiga. Puede suceder que mi mejor amigo de pronto me haga una mala pasada, pero es un momento y por alguna circunstancia determinada. Y por eso esa cólera que puedo sentir no es tan ‘correcta’. Las emociones, los sentimientos, son tiranos. Tienen vida propia y tienen un proceso. Cuando vivimos una situación desagradable, por ejemplo, nos identificamos con la emoción que sentimos, que la emoción se apodera de nosotros y nos convertimos en parte de esa emoción, de tal manera que no solo que nos cuesta salir de eso, sino que además lo vamos alimentando y la acrecentamos. Hasta que llega el momento que nos perturba tanto eso que ya no podemos salir. Es como un juego que se nos va de las manos, y al hacerse incontrolable, ese mismo juego nos controla a nosotros y perdemos nuestra racionalidad frente a la cosa. Por eso es importante, apenas sentimos una emoción negativa, ya al comienzo quitarle ese aguijón de maldad y relativizarla.

4.      Frente a cada emoción negativa, hay una emoción positiva opuesta con la cual debemos confrontarla. Por ejemplo: alguien me insulta. Al toque, recordar a alguien que me elogió. Algo no me salió bien; recordar algo que sí me salió bien. Estoy triste; pienso las veces que estuve alegre, que le sonreí a la vida. Alguien no me quiere; hago en mi mente un listado de personas que me quieren, me apoyan. En el fondo, eso nos permite manejar las emociones negativas

VLF: cuando convivimos con una persona que tiene emociones negativas a diario ¿Cómo hago para no contagiarme? ¿cómo hago para no responder también negativamente y se haga una bola de nieve? ¿Cómo tratar a las personas que a todo le dicen que no?

GC: No es fácil y no hay recetas para convivir con personas inestables emotivamente, que no pueden manejar sus propias emociones. Nunca estas cosas tienen una sola respuesta. Tanto los problemas como las soluciones son sistémicos. Hay que tratar de que sean varios elementos que entren en juego para poder resolver este tipo de conflictos. Por de pronto, creo que es importante cambiar uno la actitud: si estoy conviviendo con una persona que –por ejemplo- insulta a quien viene si le resulta desagradabe, protesta cuando la comida está fría…, de pronto tener una frase –un mantra, una palabra- para no dejar entrar eso negativo en nuestro corazón. Decía Teresa de Jesús “nada te turbe, nada te espante, todo se pasa…la paciencia todo lo alcanza. Quien a Dios tiene nada le falta…” Tomar parte de esa frase y hacerla como jaculatoria. No permitir que el sentimiento negativo del otro nos destruya nuestra tranquilidad. Otro punto importante es conocer a esa persona con quien convivimos. Descubrir que esa persona es así, estresa menos. Saber que hay ciertos sentimientos interiores que lo asaltan frente a ciertas circunstancias y que van a explotar normalmente; entonces, no asustarse. Seguramente esas personas han tenido condicionantes en su vida que lo han llevado a eso. Eso no lo vamos a poder reflexionar en el momento de la bronca, sino cuando estamos tranquilos. Condicionantes son cosas que fueron dadas en su vida y que influyen sobre los demás. Conocer de dónde proviene esa actitud negativa que tiene –que seguramente proviene de lo que ha recibido en sus primeros años de vida, y fundamentalmente de su padre y su madre- ayuda. Y saber también que todo condicionamiento puede ser trabajado. Otra cosa que debemos hacer es controlar nuestros impulsos primarios. Naturalmente, cuando alguien nos grita respondemos gritando, cuando alguien nos abraza respondemos abrazando. Ese es el impulso ‘primario’, podríamos decir el ‘impulso animal’ que llevamos en nosotros. Pero debemos tratar de controlar esos impulsos primarios. Y además, persistir más allá de nuestras decepciones o de las decepciones que las personas nos regalaron y en lo posible mostrar de alguna forma empatía con el sentimiento del otro, y abriga esperanza de cambio. Si nos ponemos en el corazón del otro y en su sentimiento –de bronca por ejemplo-, lo podremos relativizar mejor. Solo nos podemos desestabilizar cuando perdemos el dominio de nosotros mismos. Nadie puede desestabilizar a quien tiene dominio de su propia persona. Luego hay que conversarlo con la persona en cuestión, cultivar el diálogo clarificador, saber cuáles son sus necesidades, cuáles son las dimensiones de lo posible y de lo no posible. Y si todo esto está permeabilizado por el amor, quizá estas cosas se cambien. Tengamos en cuenta que detrás de cada agresión o actitud nefasta, hay una necesidad no satisfecha, y en la mayoría de los casos una falta de cariño y de ternura que la persona no sabe expresar, y por eso lo expresa de forma agresiva, que lejos de ayudar a solucionar el problema lo acrecienta cada vez mas. Si comprendemos esto, podremos quizá no cambiar a la otra persona, pero sí ayudarla a manejar esas emociones.

 

VLF: ¿puede suceder que estas emociones negativas puedan servirnos para evadirnos, para escapar de ciertas cosas que no queremos ver o no queremos sentir, o no estamos preparados a enfrentar?

GC: Las emociones tienen dos cosas. Una causal que es importantísimo conocer, pero tienen también una respuesta necesaria. Y frente a una emoción negativa hay varias posibilidades. Una de esas posibilidades es la evasión. A veces es preferible esa evasión , ese ‘irse’ momentáneamente: antes de patear a una persona es preferible patear la calle. Otra posibilidad es el trabajo creador. Otra posibilidad es la respuesta inmediata –al enojo el enojo, a la bronca la bronca-. Otra posibilidad es reprimirlo (personas tímidas por ejemplo) y entonces es más difícil. Y esa continua represión hace que en algún momento explote, reaccione mal ante algo muy sencillo. Lo mejor es :

5.      tener siempre alguien que nos de una mano, al menos, que comparta nuestra emoción (un amigo, un familiar, un terapeuta, un sacerdote…), tener una persona ante quien desahogarnos no para transmitirle la bronca sino para compartir ese sentimiento. Recurrir a alguien que nos de una mano, que nos permita desahogarnos, nos libera enormemente de ese sentimiento

6.      hay que saber distinguir entre la persona y sus acciones. Muchas veces una emoción es generada por una mentalidad estrecha que ve solo una dimensión de la realidad. Debemos rechazar reacciones negativas, pero saber que esa reacción no ‘es’ la persona. Si puedo distanciarme de esa persona para no contagiarme, bienvenido sea. Pero si no, tratar de manejar esas emociones que el otro me despierta

7.      Llenar la vasija de agua limpia. Hay que llenar el corazón de emociones positivas. Uno puede quejarse de la noche, pero también puede esperar el fuego de la mañana. Ante la noche, uno siempre puede tener una linterna, y eso es una emoción positiva. Y tenerla a mano ayuda en la vida

 

YO TE SEGUIRÉ Alberto Plaza

No me pidas más de lo que puedo dar , cada uno tiene su mayor anhelo
no le quites alas a la libertad porque ya he empezado a levantar el vuelo.
No me pidas más de lo que puedo dar , tengo a mano la alegría y la tristeza
me acompañan y me ayudan a cantar por eso las dos se sientan en mi mesa.

Yo no puedo ser perfecto; tengo miles de defectos ,tengo lágrimas y tengo corazón.
Si me pides que mejore mis fracasos, mis errores ,dame tiempo, para ver si puedo andar.
Y yo te seguiré donde vayas tu , y me quedaré a tu lado .

No me pidas más de lo que puedo dar.,Yo soy lo que ves, no soy más que vida
que ha escogido a mi cuerpo para descansar y seguiré camino alguno de estos días
Yo prefiero darme tal y como soy con todas mis dudas y contradicciones
yo no quiero fabricar una mentira para retenerte para estar contigo.

Solo una cosa te voy a pedir : no le hagas caso a mi melancolía
algunos días es más fácil sonreír, pero este no es uno de aquellos días.

 

 

VLF: ¿cuándo una persona necesita ayuda profesional?

GC: cuando no puede dormir, cuando hay ya también una agresión física, cuando tiene síntomas de depresión y no tiene fuerzas ni para levantarse, cuando ha llegado a querer destruir al otro permanentemente y no como algo circunstancial

 

            Creo que la dimensión religiosa y sobrenatural es importantísima. Creo que las emociones negativas tienen una dimensión religiosa, y se superan al menos en parte mirando la cruz de Jesucristo y esperando la pascua. Es saber que la gracia actúa. Entregar a Dios las cosas negativas que a uno le pasan o siente y sentir que el Espíritu Santo nos regala el don de la alegría, y que más allá de lo que nos puede estar sucediendo está la mañana de la pascua. Sentir la obsequiosidad de Dios en la noche misma de nuestra vida es decir que vale la pena. Pueden existir también emociones negativas en nuestra vida porque me identifican a Jesucristo que también tuvo emociones muy fuertes y negativas en el misterio de la cruz. Sentir que yo se las puedo entregar a El y alimentarme de esos momentos no solo de Getsemaní sino sobre todo de la mañana luminosa de la Pascua

 

 

 

 

Participan los oyentes

         Soy enferma –diabética-, convivo con otra persona que también es enferma. Me hace mal. Continuamente me trata mal y yo lloro ¿cómo puedo hacer?

Gc: Recordemos además que toda persona reacciona a partir de algo. Por lo tanto, la única manera de ayudar y de ayudarse es preguntar y preguntarse de donde viene esta emoción. Muchas veces una enfermedad, así sea solo fisiológica, influye en que una persona reaccione de determinada manera cuando en lo íntimo de su alma no quisiera hacerlo. Muchas personas que actúan de esa manera son personas muy tristes y les duele enormemente ese sentimiento que tienen. Y no es un problema de control o no control, sino de una fuerza interior que lo lleva a reaccionar así. Nada en la vida es fácil, y mucho menos lo que tenga que ver con los vínculos.

 

         Me siento invadida, perseguida, cuestionada en el trabajo porque soy diferente. ¿Qué debo hacer?

 

GC: Las emociones no se pueden manejar sin una cierta racionalidad. El esfuerzo de contactar la emoción con la razón posibilita o imposibilita el cambio de las emociones negativas. La emoción negativa es tirana, y es tirana por el presente. Si uno pudiera tomar distancia y meterla en el contexto del tiempo, del ayer y del mañana, probablemente no sería tan tirana. Pero el presente es muy fuerte, y la única manera de manejar la emoción es tomar distancia, ayudarnos con la objetividad, racionalizar el hecho.

           

            Las personas agresivas son personas con un gran sentimiento de infra-valoración. También personas muy tímidas suelen reaccionar agresivamente, o personas con frustraciones interiores.

            Lo importante es, a la reacción, no reaccionar sino tratar de bucear el corazón de la persona para descubrir el por qué de esa reacción, para poder relativizar y ayudar, y por qué no, para aprovechar eso para poder crecer y tratar de que todas nuestras reacciones negativas se transformen en positivas

 

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            Gracias por haberme permitido retro-alimentarme compartiendo estas cosas.

 

MADRE: HOY TE OBSERVAMOS AL PIE DE LA CRUZ DE TU HIJO. QUEREMOS ACOMPAÑARTE, PARA ESPERAR LA PASCUA Y SU GRACIA QUE ACTÚA. A LOS PIES DE LA CRUZDE TU HIJO, MADRE, ENTREGAMOS NUESTRAS EMOCIIONES, AQUELLAS QUE NO PODEMOS CONTROLAR, AQUELLAS QUE NOS LLEGAN A DESTRUIR, Y AQUELLAS EMOCIONES DE NUESTRO ENTORNO, PARA QUE VOS PUEDAS PRESENTARSELAS DE TU MANO A TU HIJO Y EL PUEDA REDIMIRLAS

 

LOS PEREGRINOS Letra: Horacio Ferrer / Música: Jairo

 

Que sagrado alimento que es el cansancio y la fuerza divina de andar descalzo.

El final del camino ¡qué buen misterio! y es que nunca está afuera porque está adentro.

De los éxodos somos y los exilios, hemos ido hasta Roma y hasta el Egipto.

No hay aviones ni trenes ni auto o dinero que me lleven al sitio que yo más quiero.

Si Jesús caminaba sobre las aguas yo, su siervo, camino sobre mis llagas.

Paso a paso cantamos por los caminos, con las penas al hombro los peregrinos.

De mi tierra a Santiago de Compostella, entre todas las huellas la jacobea.

Que alumbrando a las puertas del Obradoiro en Galicia me aguarda su santo apóstol.

Como en África y Asia, como en Europa, hoy la pampa argentina perfuma glorias.

¡A llegar, trotamundos, como la aurora, que en Luján nos aguarda la virgen criolla!

Si Jesús caminaba sobre las aguas yo, su siervo, camino sobre mis llagas.

Paso a paso cantamos por los caminos, con las penas al hombro los peregrinos.

Con las penas al hombro los peregrinos.