El Espíritu Santo como dador de vida

viernes, 9 de mayo de 2008
image_pdfimage_print
Oración de Invocación al Espíritu Santo

 

Espíritu Santo lléname de tus gracias y de tus dones.

Ven dador de la sanación de Dios.

Ven luz de mi corazón, visita mi alma.

En tu gracia visítame, tráeme consuelo, descanso en las enfermedades familiares, en mis sufrimientos familiares, en mis miedos y tormentos familiares, en las tentaciones de la vida, lléname con tu divino poder y misericordia, en los sufrimientos de mi familia lléname de esperanza y paz.

En todos mis problemas familiares, quédate conmigo y sé realmente mi defensor, mi abogado, mi paráclito.

Ven Espíritu Santo. Ven Rua Santa. Ven Neuma. Ven Espíritus.                                                                           

Te necesito, sin vos y sin tu ayuda divina nada bueno puedo hacer y todo en mi vida es negación, oscuridad, sombra, pecado. Llena mi mente de paz y alegría. Dame un corazón nuevo, lleno de amor divino.

 Regala tu misericordia a las almas sedientas de mi familia, amigos, comunidad, compañeros de trabajo, escuela, universidad, vecinos.

Dame un Espíritu nuevo, infundí en mí tu Espíritu de sabiduría, entendimiento, fortaleza, conocimiento, consejo, piedad y temor de Dios.

Espíritu Santo permití que los dones de mi familia se vuelvan activos y dinámicos, en todos sus miembros. Concédeme esos dones especiales que tu sabiduría sabe que son mas apropiados para mis talentos, mi personalidad, mi trabajo, mi misión, mi ocupación, y a través de estos dones utilízame para construir el reino de Dios en el aquí y ahora de mi historia personal, familiar, comunitaria.

Espíritu Santo concédeme el Espíritu de amor, alegría y paz. Dame una actitud cariñosa, bondadosa, delicada hacia mis hermanos, hermanas, padres, esposa, esposo, hijos, parientes.

Impartí en mí un Espíritu de autocontrol, para que todo lo que haga y diga sea dirigido hacia la gloria del Padre Celestial.

Espíritu Santo concédeme a mí y a mi familia el don de la sanación integral en cuerpo, alma y espíritu. Que esta sanación traiga a mi familia, a mis amigos, la sanación completa del cuerpo, mente y alma y me convierta en instrumento tuyo para orar e interceder, para contener y acompañar en el dolor y la enfermedad, y para orar por la salud integral para tu gloria de familiares y amigos.

Concédenos sobre todo el carisma del amor, la compasión, la ternura, la comprensión, el dialogo, la paciencia, la comunicación, y sobre todo el don de la vida eterna, ya, aquí, desde ahora como gracia.

Permitime Espíritu Santo compartir la victoriosa resurrección de Jesús. Victoria sobre la enfermedad, el pecado, la muerte, la maldad, el mal espíritu. Y sobre cada poder del maligno ahora y eternamente.

Permitime Espíritu Santo, ser el canal de Gracia, para esos dones de cada unos de los miembros de la familia, en mi patria, en mi Argentina.

Maria, madre de Jesús, madre nuestra, reza, ora conmigo, ora para que yo y todos los miembros de mi familia, todos los oyentes de radio Maria, podamos experimentar un nuevo Pentecostés en nuestras vidas, en la iglesia, nuestra patria y en el mundo entero.

Que sea instrumento del Espíritu Santo, lleno del poder y la sabiduría divina, para traer la sanación y el amor de Dios. Ruega por mi Maria, para que como vos sea instrumento de Dios para traer su paz y sanación.

Maria reina de la paz ruega por nosotros y por el mundo entero.

Amén.

 

El Espíritu Santo como dador de vida

¿Quien es el Espíritu Santo?

 

 

Mucha gentebautizada, pero no sabe quién es el Espíritu Santo.

Pío XII decía es el ilustre desconocido, diría yo mal conocido, se lo toma como algo mágico, a veces, se habla de energía, pero ¿que es el Espíritu Santo?

Hay preguntas a las que con frecuencia hay que responder, en estos tiempos de post modernismo, confusión, tanta cosa rara, omnilogia, reiki, todo se mezcla. 

Sobre todo si se esta en contacto con la pastoral, como catequistas, misionero, evangelizador, y si se esta en esa corriente de gracia que no es un movimiento. Llamada renovación católica, mucha gente que participa a veces de las misas de alabanzas, misas carismáticas, y también mal llamadas misas de sanación, porque toda misa es sanadora, Cristo Jesús es el mismo en todos y cada uno. A veces ni siquiera estas personas saben quien es el Espíritu Santo porque se dejan ganar fácilmente por el emocionalismo y por la irracionalidad, no usan mucho el cerebro para profundizar, estudiar, leer, y sobre todo para responder a lo que Pedro dice en su carta “Den razón a los que se la pidan de la fe que Uds. tienen”, den razones, el testimonio también implica la razón, las explicaciones, proclamar la verdad.

 

 

El Espíritu Santo como dador de vida, Espíritu Santo como Señor, como Dios, Fuente de Vida inagotable.

Les cuento una anécdota:

Mauro, es un muchacho laico, argentino, que asociado, muy cercano a los padres de la consolatta, se fue como voluntario a Ruanda, en África. Trabajó con mucho tesón, perseverancia, constancia. Su objetivo, con otros jóvenes de otros países, y junto a los misioneros, era construir un hospital. Podía comenzar a funcionar había sala de operaciones, reanimación, pabellones para la convalecencia. Estaba muy satisfecho, pensaba en las vidas humanas que se salvarían, en muchas otras personas a las que se ayudaría, a superar los momentos de dolor, reponerse. Pero todo aquello no podía comenzar a funcionar todavía, saben porque, faltaba aun el generador de energía y su tiempo se acababa, llegaba la hora de volver a su país, a su familia, su trabajo. Se decía a mí me gustaría comprobar personalmente, que todo lo que hice funciona más o menos bien. Pero lo acosaba sin tregua esa idea. Todo esta como muerto si falta la chispa vivificadora de la electricidad, falta el generador de energía. Nosotros debemos pensar que seria de nuestra vida sin esa chispa, sin ese soplo que Dios nos regala, sin ese dinamo, movimiento, dinamismo, sin ese motor generador.

El generador cambia la situación del hospital, y…

 

¿Qué es en nuestra vida que tiene ese poder?

 

Hasta la generosidad de Mauro, que ciertamente es una generosidad digna de elogio, de felicitación, que muestra grandeza, virtud. Pero todo depende de ese generador.

 

¿Tenemos en nuestra vida concreta alguna experiencia, similar, parecida que contar?

Fíjense que en la palabra de Dios, el Espíritu de Dios, lo llama soplo o aliento y en hebreo se dice Rua, es Espíritu Santo en hebreo, en griego es Neuma, en la latín es Espíritus. Ese Espíritu de Dios esta en el origen de la creación, y también de la encarnación y en el de la vida de la iglesia. Es la fuente de la santidad, el río de agua viva, según la promesa de Jesús, brotará del corazón del que cree en él, y tenemos un montón de citas bíblicas:

Génesis 1 (1-2)

Del primer libro de Samuel 10 (6-7)

De Isaías 11 (1-5)

De la profecía de Ezequiel 11 (19-20)

Del Evangelio de San Juan 6

Del libro de lo hechos de los Apósteles 2 (1-4)

De la carta San Pablo a los Romanos 8 (5-17)

De la carta a los Galatas 5 (16-26)

De la primera carta a los Corintios 3 (16-17)

 

 

Confesar la fe en el  Espíritu Santo significa no ser devoto de la palomita, de la estampita con la palomita, como una devoción más, sino profesar la trinidad de Dios; que halla así su plena explisitación. En le plan de la historia de la salvación, no hay tres dioses, sino un solo Dios, que se revela en la plenitud de su amor trinitario, este es el fundamento de la fe, la originalidad del cristianismo y su punto de conflicto con las otras grandes religiones, digámoslo así.

El Espíritu Santo dice sencillamente amor, no existe en la lógica de la revelación otras formas de expresar la tercera persona de la trinidad, sino como amor pleno y total, que atestigua la plenitud de la entrega del Padre Dios creador y de la recepción del hijo Jesús redentor.

El Espíritu Santo es la última y extrema apertura de Dios al mundo.

Jesús de Nazaret lo revela todo del Padre, él es el hijo enviado a expresar la primera entrega del amor divino a la humanidad, por él y en él, el Padre crea al mundo. Lo crea sobre el paradigma del hijo para permitir su encarnación en la plenitud de los tiempos, por eso precisamente es al hijo quien le corresponde hacerse hombre, porque el Padre lo ve todo, lo realiza todo y lo entrega todo en él.

Jesús en el misterio de su existencia terrena expresa al máximo este infinito amor del Padre que se entrega sin cesar y sin límites. Su rostro mas genuino consiste en entregarse, sin pedir nada a cambio y su modo de entrega consiste en darse por completo.

En esta reprocidad es donde se manifiesta el Espíritu, él revela que entre el Padre y el Hijo todo se ha dado y todo se ha recibido.

No por nada los evangelios al describir la revelación del amor del Padre al Hijo y del Hijo al Padre en el momento culminante de la cruz, dicen que Jesús entrego su Espíritu.

 

El Espíritu es sencillamente amor, añadir algo a esta afirmación significaría en cierto modo desnaturalizar la reverencia y el honor debidos.

 

¿Puede la razón expresarlo todo sobre el amor?

 

Nooo !!!  Y en el momento que quisiera hacerlo, lo habría destruido, siempre quedara algo oculto en el silencio, porque donde la presencia del misterio es fuerte y penetrante, la razón misma exige, no ausencia de lenguaje, sinosilencio de adoración.

La fe tiene otros lenguajes: el de la liturgia, y el testimonio del amor capaz de llegar hasta el martirio.

En todo caso la fe necesita expresar sus contenidos, y esta muy bien, también conceptualmente.

Del Espíritu dice con formula breve “Señor y dador de vida”, ¿que indican estos términos? Basta una mirada rápida a los diversos símbolos con que la escritura intenta expresar al Espíritu Santo para comprender su primera identificación:

El agua

El fuego

La Luz

El óleo o aceite de la unción

La paloma

Todos ellos, de diversas formas, expresan la vida. Hay con todo una imagen más familiar que me ayudará a comprender mejor el porque de esta calificación.

Es conocida la escena de la creación en la Capilla Sixtina, en el Vaticano, Roma. Los dedos de Dios y los del primer hombre apenas se tocan. El genio de Miguel Ángel capta, con este detalle, el núcleo de la enseñanza bíblica y lo plasma con su arte, destinado a durar durante siglos. Jamás habría podido representar la presencia del Espíritu en la creación en forma de paloma, el Espíritu esta representado precisamente allí donde el dedo de Dios se tiende dando vida a Adán.

Cuando cantábamos el Espíritu creador “ven creador Espíritu divino, ven a darnos vida”, se hablaba justamente del dedo de Dios.

Esto se explicita en la misma enseñanza de Jesús, en Lucas 11 (20) Cuando dice “si yo echo los demonios con el dedo de Dios es que ha llegado a ustedes el reino de Dios”

La acción del Espíritu Santo se distingue por dar vida, él es el Espíritu que esta al origen de la encarnación, haciendo fecunda la virginidad de Maria.

El Espíritu que hace nacer a la primera comunidad imprimiendo en ella los rasgos peculiares de iglesia de Cristo, es el Espíritu que permite el anuncio de la palabra y su extensión por el mundo.

El Espíritu que escribe junto con los autores sagrados los textos de la salvación, es el mismo Espíritu que permite la comprensión e inteligencia de estos textos a lo largo de los siglos y permite el mantenimiento de su verdad por el servicio de los pastores, sobre todo presbíteros, obispos, diáconos.

Es el Espíritu que abre a los creyentes los caminos para que permanezca siempre vivo el entusiasmo, por el evangelio, por la palabra y la profundidad en el seguimiento.

Es el mismo Espíritu que otorga cada uno de los carismas, dones, regalos para que la iglesia crezca de forma compacta hacia el reino. Todo esto es posible porque es el Señor.

El primer concilio de Constantinopla en 381, sabía bien lo que implicaba atribuir esto al Espíritu Santo contra la herejía arriana. Se levantan los Padres de la iglesia, con Cirilo y Atanasio a la cabeza, que se rebelan contra la idea de que el Espíritu Santo pueda reducirse a una criatura que recibe la vida, ya que él es quien da la vida y santifica. Luego será San Basilio con San Gregorio Nacianceno y San Gregorio de Niza quienes defenderán la divinidad del Espíritu Santo.

El Espíritu Santo es Dios. La doctrina formulada en Constantinopla pretendía a través de un lenguaje bíblico y teológico penetrar en la profundidad del dogma contra los errores de los herejes, pero también sostener la fe de los sencillos, simples. La expresión elegida fue precisamente “creemos en el  Espíritu Santo Señor y dador de vida. Que lo rezamos en el Credo largo”, tras esta simple formula es fácil descubrir una incalculable riqueza teológica, expresada de forma tan sencilla.

 

 

Otra anécdota:

Francisco, cuando sale de su trabajo, pasea un rato en su fábrica de cristales. Va mirando los fragmentos, restos de cristales, de diversos colores; el sol arranca de ellos mil pequeños reflejos. Piensa Francisco “Que pena, parecen estrellas vivas, pero no son mas que esquirlas del vidrio que trabaje yo hoy. Resto de algo sin valor que se ha roto o sobras, fragmentos de un jarrón, una lámpara”.

Pero no, con un poco de creatividad podrían convertirse en algo hermoso. Con espíritu de artesano una obra de arte; entonces el artista que lleva dentro Francisco se ha despertado, ahora esta ante un tablero cubierto de masilla con unos cuantos vidriecitos de colores a su alrededor y delante tiene una foto.

Semanas más tarde Laura recibe una misteriosa invitación: “Vení tengo que enseñarte algo”.

Entran juntos en la que será la sala de estar de su futura casa. Laura será su futura esposa.

Un pliego de papel cubre la pared que esta frente a la gran ventana, en el papel una frase escrita con rotulador: “Para decirte cuanto te quiero, Francisco”

Laura levanta el papel y lo arranca con emoción.

Que maravilla! la pequeña foto que ella le había dado: “en señal de mi cariño, Laura”.

Esta ahora allí, convertida en un gran mosaico formado por mil estrellitas luminosas, besado por la intensa luz que entra por la ventana en lo que los franceses llaman Vítreo, vitral.

¡Pero como lo hiciste! exclamo ella.

Dijo él: “Juntamos muchas pequeñas maderas, muchas pequeñas naderías, muchas pequeñas esquirlas, muchos pequeños vidrios rotos desparramados o desperdigados, que fui buscando y montando con los ojos del cariño, hasta llegar a descubrir en el fondo esa armonía y esta belleza que ahora te regalo”.

 

Que te parece, cuanto vale una pequeña pieza, un trozo de vidrio dando vuelta. ¿Cuánto?

Pero si falta la obra ya no es la misma.

Para que valen mil, diez mil, un millón, de pequeños trocitos, todos iguales del mismo color, la misma forma, por bien cortada que estén, ¿para que puedan servir?

¿En que consiste la hermosura de un mosaico?

En la diversidad, no en la uniformidad, en la diversidad, en saber que todos somos diferentes.

Con diferentes cualidades, talentos, temperamentos, caracteres, estilos, historias personales. Hay esta la riqueza en la diversidad en la unidad.

Unidad no es uniformidad. La unidad es riqueza de diversidad: comprensión, tolerancia, complementación con el otro, alegrarse, alabar al Padre Dios creador por la riqueza del otro, por los talentos, carismas, dones, cualidades del otro que me complementan, que me enriquecen, que me edifican, que me construyen, y esto es lo que hace el Espíritu Santo.

 

¿Que necesito Francisco para descubrir la belleza en los desechos de vidrios de cristales tirando en el patio?

 

Necesito una mirada de asombro, de amor gratuito e incondicional, una motivación profunda, una apertura al amor, un abrirse al amor. Una mirada simple, sencilla, dejarse inundar por el amor, un dejarse tocar por la gracia intuitiva del amor.

Esto es lo que hace el Espíritu Santo en nosotros. En vos, en mi, en tu familia, en la iglesia toda, en tu comunidad.

 

 

El Espíritu Santo es presentado como señor y hace referencia al texto segunda de Corintios 3 (17-18) donde el Apóstol Pablo escribe el Señor del que se habla es el Espíritu y donde esta el Espíritu del Señor hay libertad.

Como puede observarse el Concilio describe entonces la divinidad del Espíritu Santo, recurriendo al término que en toda la escritura sirve para designar a Dios.

En el antiguo testamento se decía en griego Quicios Señor. Señor ten piedad. Se usaba en lugar de Yahvé, nombre que Israel no podía pronunciar.

En el nuevo testamento, el titulo se aplica directamente a Jesús, para mostrar su igualdad con Dios.

En Constantinopla sirve para describir la divinidad del Espíritu Santo sin utilizar propiamente el nombre de Dios. Siendo señor se le debe adoración y glorificación, lo que equivale a ponerse de rodillas ante él porque es Dios, o sea adorarlo.

El espíritu dador de vida esta tomado de diversos textos del nuevo testamento. El primer hombre Adán se convirtió en un ser vivo, el ultimo Adán, Jesucristo en Espíritu que da vida. Que hermoso, primera Corintios 15-45.

San Pablo dice en segunda Corintios: la letra mata pero el Espíritu da vida

Juan 6-63: El Espíritu es quien da la vida.

La vida no puede encerrarse en una palabra esta presente donde esta su acción propia, donde hay dinamismo, movimiento, crecimiento, creatividad. Así sucede con el Espíritu por eso me preguntaban y cuando me doy cuenta si una persona tiene el Espíritu Santo o no.

En primer lugar digamos todo bautizado ha recibido el Espíritu Santo, el día del bautismo sin lugar a dudas.

Es templo del Dios uno y trino, es templo del Espíritu Santo.

Dios permite que los seres humanos levanten catedrales, casas, edificios, pero el elige vivir como morada, como casa en vos y en mi. Somos templo del Espíritu Santo.

Ciertamente se reactualizó esa presencia del Espíritu Santo en el sacramento de la confirmación.

O sea que todo bautizado tiene el Espíritu Santo.

Ahora de ahí que se abra dócilmente a ese Espíritu, que se deje poseer, fecundar por ese Espíritu. Bueno depende de la libertad bien o mal usada y de las opciones de vida que haga. Si le da lugar al mal espíritu ciertamente no esta permitiendo que su vida sea la de un hijo de Dios, sino  la de una esclava, un siervo, un gusano.

El Espíritu nos hace hijos e hijas de Dios apara exclamar a Dios: Abba, Papa, Padre con confianza, con abandono, con entrega para perder los temores, miedos, para lograr esa espiritualidad de la confianza, del abandono, de la entrega, de la paz. Tomando a Maria como modelo en donde toda angustia, ansiedad,  temor, miedo ansiedad se pierde y se gana la confianza en la vivencia profunda del momento presente, del aquí, del ahora, del instante, como gracia de Dios que pasa  y no vuelve,  que hay que aprovechar, el banco Banas es el banco de la misericordia de Dios, que es el banco donde hoy hay que retirar el deposito de cada día y no se puede acumular para mañana, o pasado mañana o la semana que viene. Entonces ahí vemos cuando el bautizado no vive en ese dinamismo del Espíritu Santo y vive de puras devociones vacías, huecas, de puros ritos estructurados de puros cumplimientos, persona temerosa, atada a supersticiones, atadas a cinta rojas, a curanderos, a videntes, a horóscopos, a falsa seguridades y compensación en lo material, en lo económico, en lo afectivo. A adicciones de todo tipo, claro porque falta la presencia del Espíritu que sana, salva y libera, esto es evidente.

Entonces la vida no puede encerrarse en una palabra, y así sucede con el Espíritu, su descripción dejaría siempre en la sombra algún aspecto de vital importancia.

Hay que describir quien es a partir de lo que hace, su acción es visible en la vida de todo creyente.

Cuando nos abandonamos a Dios en la fe, es el Espíritu Santo quien actúa. Cuando creemos en su palabra, esperamos el cumplimiento de su promesa es el Espíritu quien obra. Cuando amamos dándonos a nosotros mismos, sigue siendo el Espíritu que ilumina el corazón y que mueve la mente. Cuando la iglesia ora, enseña y discierne, es el Espíritu quien la hace vivir en acción de gracias, en alabanzas y alcanzando la verdad plena (Juan 16-13)

A la luz de todo esto se comprende que la Biblia hable del Espíritu Santo como soplo, así evita cualquier forma de imagen para dejar pleno espacio a la escucha, a la contemplación, al asombro, como sucede en la relación trinitaria, cada una de las personas se olvida de si misma y dirige su mirada a la otra. El Padre envía al Hijo, el Hijo reenvía al Padre, el Espíritu Santo toma lo que el hijo a enseñado, pone en acto la verdadera paradoja de la fe. Su revelación se expresa en su quenosis, es decir en su fragilidad, en su pequeñez, en su anonadamiento, en esa quenosis en griego que consiste en desapropiarse de si, para permitir la adquisición de la verdad de hijo.

Él, el Espíritu Santo, sigue siendo el desconocido que hace posible el conocimiento del único y el verdadero misterio de Dios. El Dios que se ha revelado, manifestado, en Cristo Jesús, audiovisual del Padre, Icono del Padre, por eso es bueno que nos preguntemos:

 

¿Cómo estamos viviendo la relación con el Espíritu Santo?

 

Y hablando del ejemplo de Francisco, que le preparo el vitral a su futura esposa

 

¿Que somos capaces de regalar nosotros, fotos o mosaicos?

 

¿Qué nos sugiere la palabra de Dios que hemos estado hablando?

 

Cuando hablamos de amor, de unidad:

 

¿Que queremos decir?

 

¿Qué lugar le damos a la diversidad?

 

Diversidad, que es riqueza de Dios en nosotros, que me lleva a asombrarme por la vida del otro, a alabar a Dios por la vida del otro.

En general tenemos miedo de lo diferente, por eso lo excluimos, lo descalificamos, nos burlamos; cuando no lo criticamos, lo condenamos y  tendemos a marginarlo.

 

¿Aprueba Dios este comportamiento?

 

Seguramente no. Y en el fondo digo nos ayuda o no a nosotros mismos.

Que hermoso es seguir invocando toda esta semana al Espíritu Santo de Dios, hacerlo a través del corazón Inmaculado de Maria ya que hoy es el primer sábado del mes, esta novena de Pentecostés, en este año el de la palabra.

Este año el Papa abrirá el 29 de Junio solemnemente el año dedicado a San Pablo, año Paulino, se cumple 2000 años de su nacimiento, este hombre Saulo de Tarso, que supo abrirse a la acción del espíritu, que supo hablar de los carismas y de los dones de una manera maravillosa y vivirlos intensamente.

 

Citas Bíblicas

 

Primer libro de Samuel 10, 6-7; 16, 13

Profeta Isaías 11, 1-5; 42, 1-7; 61, 1-3

Profeta Ezequiel 11, 19-20; 36, 22-27; 37, 1-14

 

 

 

 

ORACION FINAL

 

Espíritu Santo y santificador, vos habitas en nosotros desde nuestro bautismo,pero nuestra vida aun demasiada veces guiada y orientada por muchos otros espíritus que poco o nada tienen que ver con tu presencia, sabemos cuales son: ese espiritu de individualismo, egoísmo, indeferencia, rencor, resentimiento, envidia, celos, critica, murmuraciones, pesimismo, angustia, soledad, tristeza, depresión, infidelidad, frivolidad, consumismo, masificación, pereza, alineación, gula, adicciones, malos tratos, injusticias, atropellos, abusos, agresiones.

Santifícanos Espíritu Santo, orienta nuestra vida hacia el Padre mediante el servicio a los hermanos, Espíritu Santo. Amor del Padre y del Hijo vos proclama continuamente en nuestros corazones nuestra condición de hijos e hijas pero nosotros andamos distraídos, ponemos nuestra alegría en recibir las atenciones de otros, andamos buscando palenque para rascarnos, compensaciones afectivas, mendigando un poco de ternura o de comprensión, aquí, allí, replegándonos sobre nosotros mismos, diciendo en el fondo del corazón me siento solo, sola, pobre de mi, nadie se ocupa de mi, nadie me llama, nadie viene a mi, nadie me quiere.

Que pena no.

Santifícanos Espíritu Santo, hacenos sentir el gozo de la apertura, de la conversión, y también hacenos sentir y experimentar el gozo de la conversión interior de la oración, por la que nos encontramos con los hermanos en el corazón, ante Dios, sin deseo de poseerlos, y de estar con ellos, sino estando en Dios estamos con ellos. Si tenemos a Dios lo tenemos todo. Sino lo tenemos a Dios las demás cosas con evasión, escapismo, posesiones.

Espíritu de Pentecostés, enviado para dar vida a la iglesia vos sos en ella el manantial de agua que salta hasta la vida eterna, la fuente de su santidad, nosotros buscamos a menudo de manera egoísta, medios para hacernos santos, y no tenemos la humildad y la docilidad necesaria para recibir en la Liturgia la palabra, en los sacramentos, en las obras de misericordia materiales y espirituales, en el apostolado, en el servicio, en la fraternidad vivida sinceramente, contundentemente, la alegría de una vida con sentido, con proyecto, con un porque y para que, con una meta, un horizonte.

Hacenos mas dóciles Espíritu Santo, Veni a nosotros, veni en este momento con una nueva efusión, sobre todos los oyentes de Radio Maria, sobre sus familias, sus proyectos, actividades, estudios, deportes, amistades, noviazgo, relaciones, matrimonios, sus apostolados, sus comunidades.

Veni Espíritu Santo, a través del corazón inmaculado de Maria. Regálanos tus siete dones para edificar el reino, para la Gloria del Padre.

Amen, Amen.