20/03/2014 – El sacerdote y monje Benedictino es alemán, autor de numerosos libros de espiritualidad. Tiene vínculos con la sabiduría antigua de los monjes, especialmente los padres del desierto, armonizándola con los conocimientos de la psicología moderna. Conjuntamente con su labor administrativa desarrolla diversas actividades de orientación terapéutico espiritual para sacerdotes, religiosos y religiosas, acompañamiento espiritual de numerosas personas que se acercan a la abadía y lo siguen a través de sus escritos ya que se lo reconoce como uno de los autores de espiritual más fecundos y leídos de este tiempo. Se encuentra en Argentina para brindar una serie de conferencias y retiros en Mendoza, Córdoba y Buenos Aires, entre el 19 y el 24 de marzo.
El autor, conversó con el Padre Javier Soteras, director de Radio María Argentina, sobre el proceso terapéutico en el vínculo con Jesús, la humildad como camino de encuentro con el Señor, los rituales generadores de vida y la fragilidad como lugar donde podemos encontrarnos con Jesús.
Ansel Grün comenzó aclarando que "Jesús no solamente es un sanador y Redentor, sino que desde mi lugar de trabajo como acompañante espiritual, me interesa mucho su costado como terapeuta". Además dijo que "sólo al ofrecércerle las heridas a Jesús, Él puede entrar en nosotros y ayudarnos".
También comentó sobre las parábolas de Jesús, que serían como "una terapia en conversación". Allí Jesús nos quiere liberar de falsas o erróneas imágenes de nosotros mismos y de Dios, porque el hombre se enferma cuando tiene una imágen falsa de sí mismo o de Dios. Allí se produce el encuentro donde Él nos muestra cómo somos nosotros, y allí podemos comenzar el camino de la salvación.
Rituales que sanan y dan vida
La humildad como camino a la experiencia con Dios
El Padre Javier Soteras preguntó a Ansel Grün cómo descenser al lugar más vulnerable de nosotros mismos sin asustarnos, a lo que respondió que únicamente de la mano de Jesús es posible descender para ver mi caos sabiendo que ahí se da el encuentro con Él. También agregó que es importante recordar que debajo del caos de mi culpa está el espacio de silencio para encontrarse con Dios. Porque "descender no es un proceso psicológico sino espiritual. No es para organizar el caos sino para ofrecérselo a Jesús" y desde ahí ser sanado.
El monje Benedictino, frente a algunos comentarios desfavorables de algunos sectores de la Iglesia, aclaró que nunca recibió ningun comentario de la Congregación para la Doctrina de la fe, ni críticas de Roma sobre sus libros y que "los arzobispos me han invitado a los ejercicios. Soy muy amigo de muchos arzobispos".
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