Santa Teresita: ser el amor en el corazón de la Iglesia

miércoles, 8 de octubre de 2008
image_pdfimage_print

Normal
0
21

false
false
false

MicrosoftInternetExplorer4

st1:*{behavior:url(#ieooui) }


/* Style Definitions */
table.MsoNormalTable
{mso-style-name:”Tabla normal”;
mso-style-parent:””;
font-size:10.0pt;”Times New Roman”;}

Así también el cuerpo no se compone de un solo miembro, sino de muchos.  Si dijera el pie:  "Puesto que no soy mano, yo no soy del cuerpo" ¿dejaría de ser parte del cuerpo por eso?.  Y si el oído dijera:  "Puesto que no soy ojo, no soy del cuerpo" ¿dejaría de ser parte del cuerpo por eso?.  Si todo el cuerpo fuera ojo ¿dónde quedaría el oído? Y si fuera todo oído ¿donde el olfato.  Ahora bien, Dios puso cada uno de los miembros en el cuerpo según su voluntad. Si todo fuera un solo miembro ¿dónde quedaría el cuerpo?. Ahora bien, muchos son los miembros, mas uno el cuerpo. Y no puede el ojo decir a la mano:  "¡No te necesito!" Ni la cabeza a los pies:  "¡No os necesito!". Más bien los miembros del cuerpo que tenemos por más débiles, son indispensables. Y a los que nos parecen los más viles del cuerpo, los rodeamos de mayor honor. Así a nuestras partes deshonestas las vestimos con mayor honestidad.

1ª Corintios 12, 14 – 23

Muchas cosas podemos decir de Teresita del Niño Jesús entre otras que es un alma pura realmente de una infinita bondad, de una gran inocencia, de mucha fortaleza, de una gran búsqueda y expresión de lo que en el fondo del corazón del hombre hay de anhelo de la presencia de Dios. Justamente en ese anhelo y en esa búsqueda de la presencia de Dios donde ella abrió la Palabra y de casualidad como lo relata en su autobiografía se encontró con el capítulo 12 y 13 de la Carta a los Corintios.

Hay una pregunta que se había instalado en su corazón. ¿Cuál era su lugar? Dentro de la comunidad de la Iglesia. Es decir ¿cual era su vocación? ¿Cuál era el lugar que Dios le tenía preparado a ella? Y entre las sombras y la oscuridad se descubrió a si misma que Dios le tenía preparado un lugar muy particular, quería hacerlo todo, sobretodo quería el martirio y descubrí que no podía hacerlo todo, que al mismo tiempo el cuerpo era un todo compuesto de muchos miembros.

Entre esos miembros encontré en el capítulo 13 el de mayor bondad, el de mayor nobleza dice Teresita, el corazón donde anida el amor de Dios y entonces me decidí ubicarme en ese