El Arte De Dialogar

jueves, 6 de noviembre de 2008
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Hay palabras que hacen trampas, esconden, mienten, sienten que son ellas las únicas que pueden decir verdades, las únicas capaces de revelar el misterio. Hay palabras que son sagradas. ¡Qué caleidoscopio de imágenes, y todo eso realmente refleja, expresa las dificultades, las búsquedas, lo sublime, y al mismo tiempo lo más bajo que hay en nuestra comunicación.

Seguiremos tomando y analizando ejemplos concretos.

En una reunión de amigas, Marisa dice:
–    ¡Estoy tan cansada! Necesito tomarme un tiempo con mi marido para estar solos, juntos, charlar. No sé qué nos pasa, no estamos bien.   Julia le contesta
–    Eso es lo mejor. Yo el año pasado me fui con Juan a un hotel espectacular cerca de la playa. Alicia le pregunta
–    ¿A cual? ¿A uno nuevo que está en las afueras? Mi hermana estuvo allí y dijo que la pasó muy bien.      
Teresa aporta
–    Yo no iría ni loca. Yo prefiero para descansar el clima de la montaña. Es más tranquilo, más romántico. No vayas a la playa. Está lleno de gente
Sofía dice:
– Para estar juntos, nada mejor que un hotel que tenga todo y no tengas que pensar en hacer nada. Nos fue bárbaro. Volvimos renovados.       Teresa dice
–    No sé, pero si no querés ir tan lejos, una amiga mía me dijo que hay un hotel muy bueno pasando Luján, por el camino a Mercedes.     Sofía pregunta
–    ¿Por el camino a Mercedes? ¡La ruta está destruida! ¿vieron qué mal están las rutas? El otro día volvíamos del club y casi se nos rompe el auto en ese bache. ¡Un desastre!
–    Ah, eso no es nada –dice Julia- No sabés cómo están las rutas que van para el sur: imposibles de transitar. En este país las cosas no tienen arreglo.
–    Y –dice Teresa- Es el eterno tema de la política. No hacen nada con la plata que recaudan de los impuestos. Nosotros estamos hartos de pagar impuestos

Este diálogo, que puede continuar así todo el tiempo refleja lo que muchas veces nos pasa. Marisa intentó compartirles a sus amigas algo que le estaba pasando, intentó decirles que estaba preocupada, que estaba mal con su esposo, que estaba cansada, que tenían necesidad de encontrarse solos. La escucha fue superficial, y en vez de escuchar lo que le pasaba a Marisa, cada una comenzó a darle alternativa de lugares, de los lugares pasaron a los baches, de los baches a la política, de la política a los impuestos, …y así se derivan nuestras conversaciones cuando sacamos del centro a la persona que se está queriendo comunicar y perdemos el foco de lo que está queriendo decir.
En este caso Marisa no se pudo comunicar, y probablemente se haya ido con un montón de da