Violencias Invisibles

viernes, 26 de diciembre de 2008
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Entrevista a Laura Gutman terapeuta familiar y escritora. Lleva publicados varios libros sobre maternidad, paternidad, vínculos primarios, desamparo emocional, adicciones, violencia y metodologías para acompañar procesos de indagación personal (“Crianza, violencias Invisibles y Adicciones”, “Puerperio”,“La maternidad y el encuentro con la propia sombra”,). Es colaboradora habitual en numerosas revistas en Argentina y España. Dirige Crianza, una institución con base en la Ciudad de Buenos Aires, que cuenta con una Escuela de Capacitación Profesional y un equipo de profesionales que asisten a madres y padres. Al mismo tiempo tengo que decir a titulo personal que es sorprendente su visión sobre la educación, trae cosas nuevas, lindas, movilizantes, que exigen una mirada diferente sobre la propia paternidad/maternidad y al mismo tiempo una mirada profunda sobre la propia experiencia de ser hijo. Su gran tema es que no se puede ser madre/padre sin haber revisado previa y profundamente el propio vínculo con los padres y en esa revisión buscar y suplir y reparar lo que no estuvo o lo que estuvo mal. Por de última lo que damos es lo que tenemos y si nos hace falta hay que ir a buscarlo por nuestro bien y por el bien de nuestros hijos. A partir de ahí y de este vínculo que establece el bebe con la mamá y posteriormente con el papá se establecen los fundamentos básicas de muchas de las cosechas que se van a ir haciendo o no a lo largo de la vida.
En su último libro “Crianza, violencias invisibles y adicciones” Laura Gutman explica desde esta experiencia primaria afectiva y profunda que tiene el bebé con los padres muchas de las situaciones que hoy padecemos como violencias, enfermedades, adicciones y males sociales. Vale la pena escuchar las hipótesis de tantos años de trabajo e investigaciones, cómo estás Laura, bienvenida
LG: Hola, buenos días y muchas gracias
GLS: Para comenzar con este tema, me gustaría que desarrolles un poquito lo que es el maternaje.
LG: Bueno, el problema que tenemos hoy en día es que hemos desnaturalizado tanto algo que todos podríamos desplegar de una manera completamente intuitiva -porque hace a la especie humana- sino estuviéramos tan condicionados culturalmente. Hoy en día pareciera que las mamás y los papás tuviéramos que pedir ayuda y aprender a maternar a nuestros hijos, cuando en realidad sería casi un instinto de nuestro ser mamífero. El problema es que tenemos que volver a nuestras raíces y es bastante sencillo porque es simplemente partiendo del concepto que el bebé tiene razón. Es decir, si el bebé pide es porque lo necesita, si nosotros pudiéramos responder a lo que el bebé pide, la vida sería bastante mas sencilla. Hoy en día lo que las mamás y los papás viven cotidianamente es bastante diferente a lo que pretendemos como situación ideal. Entramos en guerra contra las necesidades de los bebés, esto concretamente significa que un bebé no debería estar en ningún otro lugar que no sea  en contacto permanente con el cuerpo de otro, en lo posible de la mamá, y si no de cualquier persona en una función maternante y desde el vamos, primero en la Nursery, luego las cunas (dos inventos rarísimos), el problema es que a nosotros no nos parece rarísimo, hemos nacido y tenemos todos los recuerdos que la cuna es el primer objeto que se compra para una casa cuando uno sabe que está embarazada. La distancia entre toda la cultura que tenemos de las últimas generaciones y lo que cualquier mamífero humano necesita, ese es el problema que tenemos la distancia que hay entre uno y otro, esa es la mayor dificultad.
GLS: Qué objetas respecto de la cuna?
LG: El bebé tiene que estar en contacto permanente con un cuerpo, si es posible en el cuerpo de la mamá y si la mamá no está disponible en otro cuerpo. De hecho los bebés humanos tienen 9 meses de embaraza intrauterino y 9 meses de embaraza extrauterino, es decir que los primeros 9 meses que el niño aún no consigue ni siquiera desplazarse con autonomía, (el bebé humano logra a los 9 meses lo que un perrito o un gatito logra a los dos días del nacimiento), depende absolutamente de los cuidados maternos, de la alimentación permanente, del acunamiento permanente y del contacto permanente. Ahora, esto puede parecer muy exigente para las mamás y los papás, sin embargo es muy fácil estar todo el día con el bebé si el bebé está satisfecho, y es muy difícil lidiar con el bebé, si el bebé está todo el tiempo reclamando justamente lo que necesita y no obtuvo. Esto que puede parecer muy exigente, en realidad cuando nos damos cuenta, cuando bajamos nuestros pensamientos y nuestros prejuicios y nos fundimos en simplemente tener al bebé, todas las culturas han organizado sistemas. Nosotros no tenemos bolsitas como los canguros, tenemos brazos y sino pañuelos para atar o sistemas canguro, en el sentido de algo que nos ayude para que el bebé no sea tan pesado en brazos, eso es todo, pero el bebé cuando está en contacto con lo que sea o en brazos simplemente, están felices, porque prácticamente están colmados emocionalmente con la presencia de una persona que actúe en la función maternal.
GLS: Tiene mucho sentido esto que decís, si se tiene en cuenta que se han hecho experiencias y estudios en algunas culturas como las collas que cargan permanentemente a sus bebés, y resulta que por ejemplo según los datos que he leído, no existen los famosos cólicos de bebés.
LG: Yo también creo eso. En realidad, los bebés humanos no nacemos terminados, por eso necesitamos 9 meses de embarazo extrauterino y el aparato digestivo es inmaduro, y los bebés toman la leche todo el tiempo, el aparato digestivo es inmenso dentro del sentimiento del bebé, sin embargo no hay motivo para que el bebé aúlle de dolor. El bebé llora y entonces necesitamos una excusa, tiene cólicos, pero en realidad si nosotros estuviéramos dispuestos a tener el bebé con nosotros, el bebé podría llegar a tener una molestia pero no esos gritos de dolor que los bebés tienen y que en realidad son gritos de desesperación, de soledad y de intento de supervivencia. El bebé sabe que necesita del otro para poder sobrevivir, y esto es algo muy lógico. Los bebés que nacen hoy en plena ciudad de Córdoba o en pleno Manhattan, están diseñados de la misma manera como un bebé de la prehistoria, sabe que si está solo va a venir un depredador y se lo va a comer. Entonces el bebé sabe dos cosas, que necesita compañía para ser atendido y asistido y además necesita succionar para alimentarse, esos son los dos instintos de supervivencia. Está muy bien que el bebé succione, cualquier médico sabe que es gravísimo que un bebé sobre todo un prematuro, no sepa succionar y además es gravísimo que un bebé no tenga su instinto de supervivencia y no reclame atención permanente.
GLS: ¿Cómo siente el bebé esa carencia? ¿Qué siente el bebé cuando no tiene la seguridad de los brazos y la saciedad del pecho?
LG: Terror, pánico a la soledad, entonces va a ir desplazando, piensa yo lloro y nadie acude a mí, entonces ¿qué es lo que haría cualquiera? Voy a tratar de cambiar la estrategia, voy a hacer otras cosas para lograrlo, entonces así es como se van organizando – el bebé sabe solo una cosa, necesito presencia materna (cuando digo materna no digo necesariamente la mamá, cualquiera que ocupe la función materna); lo necesito y no lo obtengo, entonces voy a ver de que manera lo puedo obtener y entonces hace otras cosas.
GLS: Después vemos estas “otras cosas” porque estaríamos en el origen de otras patologías o de violencias – como vos las describís en tu libro – de mucho de los males que hoy padecemos. Antes quiero de decir que todo este contacto permanente con una piel que necesita el bebé, implica un cambio de mentalidad, porque más de una mamá te va a decir que eso es imposible  porque cuando hago mi trabajo o si tengo dos bebés, no puedo dedicar todo ese tiempo al bebé.
LG: Bueno, a grandes rasgos, hay bebés que van a tratar  de obtener mas agresivamente lo que necesitan, entonces van a llorar mas fuerte, van a morder, va a tratar de ir todo el tiempo más allá, son esos niños que decimos “no tienen límites”, sobre todo va a tratar de adelantarse a las circunstancias, va a tratar de obtener antes de que no haya, siempre necesitan estar en primer lugar, muy egocéntricos. Son niños que por supuesto tienen miedo de quedar sin cuidados maternos, sin amparo, sin presencia, son niños que se ponen a pegar y entonces dicen pero si en la casa nadie les pega, los papás son muy dulces, nadie les grita y el niño es un gritón. Lo que él va a tratar de hacer es imponer rápidamente su deseo porque  tiene mucho miedo y porque su experiencia es que en realidad  no es satisfecho en sus necesidades. Así es como va desarrollando a medida que crece esta modalidad muy impulsiva, de siempre obtener primero, más, mejor, más rápido y así se van organizando personalidades violentas, el que pega, el que grita mas fuerte, el que impone sus deseos, pero en realidad en esa persona mas agresiva, mas impulsiva, lo que hay es un temor terrible y una fragilidad basada en soledad que se experimento en la primera infancia. Cuando uno va trabajando sobre cada individuo, en general no hay demasiada diferencia entre lo vivido en la primera época o de los seis años a los doce, la capacidad maternal de una madre no varía tanto, por suerte las mamás con el tiempo podemos ir teniendo un poco mas de experiencia, pero esto no pasa por la experiencia sino por la capacidad maternal, la capacidad de ofrecer al otro.
Otra de las grandes modalidades es el niño que siente que su lugar es de no merecimiento, porque como la vivencia es que no hubo brazos, no hubo calor, no hubo pecho, que siempre la mamá tenía algo mas importante o urgente para hacer, siempre lo hacía esperar, son los niños que se van yendo para adentro y que se empiezan a vincular con los demás en la medida que el otro lo maltrata, entonces son los niños siempre accidentados, siempre que alguien le pega, siempre está en el medio de las peleas, es el que se cae del tobogán, un niño muy frágil y que aprende desde pequeño a hacer alianzas para desde la fragilidad o desde la victimización, desde el  castigo obtener  poder.  Un ejemplo en el Jardín de Infantes siempre está Juancito que pega y Pedrito que siempre Juancito le pega a él, entonces Pedrito siempre obtiene los favores de la maestra y Pedrito lo burla a Juancito, con lo cual Juancito con su modalidad termina pegándole. Lo único que ve la maestra es que Juan le pega a Pedro, lo que no ve, es que Pedro primero lo burlo a Juan. Son estrategias para obtener siempre amor materno de una manera desplazada, lo hacen en el colegio, con los compañeros, en las parejas cuando son más grandes, etc. Acá nos estamos metiendo en la organización de las violencias invisibles que son todas las maneras que tenemos los seres humanos de buscar estrategias posibles que nos permitan obtener aquello que necesitamos.
GLS: Tenemos entonces, el niño impulsivo, el víctima…
LG: Luego hay una cantidad de niños que luego devenimos adultos de personas que nos refugiamos en la enfermedad, y esto es muy frecuente. Si un niño no obtiene lo que necesita, lo que va a hacer es enfermarse porque de un niño enfermo la mamá se ocupa. El problema es que nos ocupamos en el plano equivocado, lo llevamos al médico, le damos un antibiótico, nos quedamos diez días hasta que se cura y lo volvemos a abandonar. Es decir, no vinculamos el pedido que nos está haciendo el niño desplazadamente a través de la enfermedad y entonces una vez que hemos tapado el síntoma volvemos a funcionar como antes, con lo cual el niño está obligado a volver a enfermarse, con el mismo síntoma o con otro un poco más grave. Estamos en una escalada de enfermedades, de hecho la mayoría de los niños occidentales bien alimentados, bien higienizados, nacidos sanos, se la pasan enfermándose, y no hay motivos reales para eso, nos cuesta mucho a los adultos, padres y maestros, tratar de entender que es lo que el niño me está pidiendo a través de la enfermedad, haber si podemos ofrecerle algo para que el niño no tenga necesidad de enfermarse. Esto es apenas el título del tema, habría mucho para desarrollar. Estos son niños, luego jóvenes y adultos que también utilizamos la enfermedad – somos los primeros en no tener conciencia de que la enfermedad es una herramienta para vincularnos y para recibir amor – y muchas veces tenemos enfermedades crónicas que es la única manera que hemos aprendido  ha tener relaciones con los otros, porque desde la primera infancia hemos sabido que si queríamos obtener mamá era enfermándonos, por lo tanto cada vez que queremos obtener, cariño, atención, comunicación, amor, nuestra puerta de acceso es a través de la enfermedad.
Hay un grupo grande de estrategias que he definido que son las adicciones, cuando el niño no obtiene va a tratar de obtener lo que sea, entonces en vez de obtener pecho, calor, contacto, permanencia, mirada, atención, cuando es niño a las mamás nos es muy fácil darles algo dulce, porque sabemos que los niños por 10 minutos no nos molestan, entonces hasta que se le termina el caramelo, el helado, el chocolate o lo que fuera, después el jueguito, después la televisión o la computadora. Mientras esté alimentándose de algo que lo llena, el niño no me pide algo que es mucho mas difícil de dar que es presencia, quietud, atención,  mirada y en general somos las mamás que ofrecemos  alguna sustancia reemplazante de la escucha, son niños que van a decir mientras me este llenando con algo tengo la sensación que algo está conmigo, obtengo, ahora en el momento en que el caramelo se me terminó el vacío es enorme porque yo no tengo mamá, entonces voy a volver a pedir. Así es como los niños van introduciendo mucho azúcar –por eso esta bastante ligado a la obesidad que es el drama del futuro, para comer azúcar y grasas  saturadas no necesito permanencia, para comer una tarta de verdura tengo que estar con alguien. No es que los niños no les gusta comer cosas saludables sino que requiere  la presencia y la comunicación de otro.
GLS: A ver como es esto, porque en general a los chicos no les gusta la verdura y es todo un problema incorporárselas. ¿Por que decís que para comer verdura hace falta presencia?
LG: Porque la satisfacción rápida que da un chocolate, es una satisfacción que me lo puedo comer sin la necesidad de la presencia del otro, en cambio el aprendizaje de un alimento saludable que no me va a dar una satisfacción rápida, lo que me tiene que satisfacer ahí es la presencia del otro, y a lo largo de los años de ir comiendo verdura o la carne, pero en la medida que sea saludable y sea salado  requiero  la presencia del otro, ahora para la comida de grasas saturadas y mucho azúcar se  puede comer sin presencia porque satisface inmediatamente, sin embargo en cuanto lo terminé de comer estoy vacío.
Entonces porque hablar de adicciones, con los niños empieza con la comida o con la televisión, pero después pasar al alcohol, al cigarrillo, a las drogas duras, al dinero es un paso muy corto y todos nosotros compartimos muchas adicciones, algunas son sociales y otras no. Entonces compartir la adicción al alcohol social o al cigarrillo o la adicción al reconocimiento social, a las compras compulsivas o al Internet, son adicciones que todos compartimos y ponemos el énfasis en las drogas duras, en el éxtasis, en la cocaína o la efedrina como si ese fuera el problema, sin embargo es solo cuestión de escala y ¿cómo nos damos cuenta que estamos todos adictos en diferentes escalas? Por un lado que cuando yo necesito incorporar esa sustancia, la vivencia es la inmediatez, necesito incorporarla ya, porque sino siento que me muero, que es la misma vivencia primaria del bebé que necesitaba teta ya, porque el bebé en su condición de bebé cuando requiere presencia materna es ya. El bebé no puede esperar 10 minutos, de la misma manera que uno no puede esperar 10 minutos par fumarse un cigarrillo y tengo que bajar a las 3 de la mañana a un kiosco porque me quedé sin cigarrillos. Esta es una vivencia infantil desplazada, en este sentido, cuando lo primero que necesito es esa sustancia para calmarme. Porque lo pongo dentro de los grupos de violencia, porque en todos los esquemas de violencia el único que importa soy yo, el otro  no existe, primero me tengo que satisfacer yo, luego con tranquilidad veré si al otro le puedo dar bolilla. Eso es saludable para el bebé, el bebé no puede esperar a que mamá, papá o los hermanos terminen para entonces dar la teta, porque sería atentar contra su propia vida, ahora, como eso no fue satisfecho seguimos viviendo a lo largo de los años y vamos constituyendo nuestro ser como si fuéramos bebés recién nacidos que tienen necesidades que tienen que ser satisfechas inmediatamente y si de hecho el que importa soy yo, porque para el bebé el otro no existe y es así. Para el bebé existe una sensación de teta, de satisfacción y de confort o de no confort, después atrás viene pegada una mamá y toda una situación a medida que va creciendo. El niño va aprendiendo una situación general a medida que va creciendo pero al principio es el sí mismo con su situación confortable o no confortable, nada más. Ahora, las personas tenemos 40 o 50 años y seguimos viviendo como bebés, no nos importa nada del otro porque estamos apegados a nuestra satisfacción inmediata, y eso es un gran problema porque así se genera el egoísmo, la desesperación por satisfacer las propias necesidades y con estas modalidades explicadas someramente, es como también devenimos mamás y papás. ¿qué capacidad  tenemos los adultos cuando traemos niños al mundo si nosotros todavía estamos trayendo todas nuestras necesidades no satisfechas del pasado, sin saberlo, y cuando realmente aparece un niño con necesidades inmediatas, obviamente nosotros a él lo vivimos como devastador y muy demandante. Si hay una palabra que los adultos decimos de los niños pequeños es “muy demandante”. Es muy demandante con respecto a qué, con respecto a mi capacidad de dejar para mas tarde mis propias necesidades y priorizar las necesidades del recién nacido. El problema es que se establece una lucha, una batalla entre el bebé real y el bebé que vive en mi interior, porque podré tener 40 años pero sigo viviendo como si yo fuera un bebé.
GLS: Ahí es donde planteabas la guerra de deseos que es una figura muy clara, cuando yo tengo ganas de una cosa pero bebé me demanda y entonces lo experimento como una violencia de parte del bebé hacia mí. Eso es una guerra de deseos, eso es violencia. Vos definías la violencia como la exclusión de un deseo, no pueden convivir dos deseos a la vez. Explica un poquito eso porque era de mucha profundidad
LG: Si uno satisface al bebé, el bebé va a estar tan lleno que luego va a poder incorporar la otridad, ahora, como somos un ejército de niños desamparados, hoy en día armamos estas teorías de que parece que los bebés necesitan límites, son demasiado demandantes, que tienen que dormir solos, etc. cuando en realidad estamos juntándonos, el ejército de adultos en contra de los bebés porque nos queremos salvar nosotros. Y justamente, yo entiendo la violencia como cualquier territorio emocional donde solamente convive un deseo y donde la presencia de un deseo alternativo lo sentimos como amenazador, no pueden convivir dos deseos, entonces, o el bebé gana o gano yo. En general ganamos los grandes porque somos más grandes. Con dejar llorar el bebé toda la noche, hemos ganado, a la segunda o quinta noche que el  bebé se de cuenta que por mas que llore nadie va a acudir, va a decir estoy solo en este mundo mas vale dormir. Obvio que ganamos nosotros esa batalla, pero en la vida hemos perdido todos, porque de esa manera ese niño se va a ir adoptando alguna dinámica para tratar de sobrevivir y luego sentir –como en la guerra – que es a matar o morir. Mejor lo primero porque sino alguien me va a matar a mí, y con esa sensación emocional – que ninguno de nosotros la tiene tan conciente – es cómo  nos vinculamos, cómo trabajamos, como crecemos, cómo estudiamos, con niveles de competencia feroces y luego todo lo que sucede todos los días en la sociedad no tenemos forma de resolverlo sino es revisando desde  que lugares venimos y qué tipo de trabajo de amor, de generosidad, de altruismo y de dedicación para con el otro podemos cada uno de nosotros organizar simplemente con nuestros hijos o con los niños que tenemos a cargo. Porque en la medida que los niños estén satisfechos en la medida de nuestras posibilidades y cada niño en su especificidad, con su personalidad, ese niño suficientemente satisfecho va a tener un corazón tan abierto para poder dar prioridad cuando sea mas grande a los deseos de los demás, inclusive a los deseos de los padres. No hay nadie más solidario que los niños con respecto a los padres, no es verdad que los niños son egoístas, los niños quieren responder a los deseos de los padres, siempre y cuando estén satisfechos.
GLS: Para cambiar el mundo hay que empezar por nuestras propias violencias vividas, “Crianza, violencias Invisibles y Adicciones” (Editorial Nuevo Extremo) de Laura Gutman, siempre procuramos recomendar buenos libros que nos hacen pensar, mejorar como personas y construir a partir de la propia transformación un mundo mejor.
LG: Esa mamá que dice “estuve muy cerca de los chicos” que significa eso, todas las mamás desde nuestra vivencia hemos estado el máximo posible con nuestros hijos, por un lado, por otro lado hay que ver si eso que los niños pedían cada uno era exactamente lo que nosotros le hemos dado, en que capacidad de escucha y de apertura para responder a las necesidades genuinas de cada uno y segundo, si realmente han estado, ¿porqué se frustrarían? Si realmente los niños han recibido suficiente mirada, porqué hoy estarían frustrados.
GLS: Ella dice que hoy los tiene que tolerar para educar la frustración, la ecuación es esta: tuve tanta mamá, tan lista para atenderme en todo lo que yo quería que ahora no soporto las esperas que tengo que hacer en la vida… No soporto las frustraciones de la vida, este chico está demasiado mimado.
LG: no, no, eso es mentiroso. De ninguna manera, porque un niño con suficiente maternaje incluido luego se convierte en un joven maduro, con capacidad para mirar hacia adentro, mirar hacia fuera  y tiene herramientas para hacerse preguntas, preguntas personales y preguntas para fuera, y eso nunca puede ser frustrante. Es verdad que la realidad externa no siempre es como a uno le gusta, pero si uno tiene suficiente capacidad para hacerse preguntas, puede comprender, puede entender y elegir. A mayor madurez emocional mayor posibilidad de elección para ver donde uno quiere estar y donde uno no quiere estar. Casi todos nosotros no elegimos concientemente, es nuestro inconciente quien elige y nos vemos sometidos a situaciones que no comprendemos porque venimos arrastrando historias no comprendidas de la infancia. Básicamente, ¿qué es lo que necesita un niño? Cuando es muy chiquito, obviamente, presencia. En la medida que va creciendo es tener padres que se cuestionen a sí mismos y que le enseñen  al niño que todo nuestro aprendizaje proviene de nuestro interior. Entonces un niño de 6, 7, 12 o 14 años, si tiene padres que se cuestionan su propia vida, sus elecciones, porque les pasa lo que les pasa, que comparten con los niños sus preocupaciones y las manera de resolver conflictos, van a ser niños que por imitación van a tener la costumbre de siempre tratar de ver muchas variables a cada situación, y eso es el verdadero tesoro para la vida. No importa si nos va mejor económicamente, si van a una mejor escuela o no, si nos hemos divorciado, si estamos juntos, lo que importa es que los niños aprendan junto a sus padres a cuestionarse, a no ver la vida solamente desde el  prejuicio, desde una sola opinión personal ni desde un solo punto de vista, sino que hay múltiples puntos de vista y hay una flexibilidad permanente. Si los niños tiene padres flexibles que van cambiando y creciendo a lo largo de la vida y comparten con sus hijos sus propios cuestionamientos personales, entonces ese niño no se va a asustar, siempre va a tener amor por el aprendizaje, por el conocimiento y por las preguntas esenciales hoy y para siempre. Ahí no hay frustración posible.
GLS: ¿Cuál es tu versión sobre “padres sobre protectores”?
LG: En realidad hoy no hay tantos, pero quince años atrás yo hablaba mucho más sobre el tema. La sobreprotección es otra forma de violencia porque lo que hace es comerse al niño para su propio beneficio, es decir, yo no lo estoy mirando para apoyarlo en su camino personal, sino que me estoy nutriendo de ese hijo porque estoy muy vacía, que son cosas muy diferentes. La mamá no se da cuenta y la única manera que podemos salir de estas violencias es preguntándonos a nosotras mismas sobre nuestros propios vacíos. Si yo vengo de una historia y siento que con este hijo me realizo, soy feliz, vivo a través de él, no lo dejo salir, le coarto sus búsquedas personales y solamente quiero que responda a mi propio deseo, entonces soy una adicta y la sustancia es mi hijo. Eso no es proteger ni amar ni mirar, “tus hijos no son tus hijos” viene a la vida para que nosotros les demos el apoyo suficiente para encontrar su propio camino y para que los acompañemos pero que va a ser de ellos. Todos los que estamos tan hambrientos de amor nos nutrimos de las cosas mas insólitas y a veces también nos podemos nutrir de conflictos, a veces nos nutrimos de la queja, en la medida que haya queja soy, pero sino no hay queja no sé como vincularme con los demás. Hay personas que no pueden vivir si no están en conflicto permanente que nos da suficiente adrenalina y sino nos deprimimos. Hay personas que nos nutrimos del aire y nos volvemos asmáticos porque nos tomamos todo el aire como si se fuera a acabar. Las personas nos nutrimos de las cosas más raras que hay.
GLS: ¿Se puede hacer algo cuando los chicos han crecido, cuando son adolescentes? Si uno toma  contacto y encuentra estas violencias invisibles.
LG: Es difícil. Los recorridos personales son muy complejos, con un hijo de 23 años si yo estoy en un momento personal de empezar a reconocer toda mi historia. Quién era yo mientras yo maternaba este niño pequeño, que herramientas no tenía, que ayudas no tenía, que ignorancia circulaba. Siempre es el momento de contarle a un hijo adulto de dónde provino, que situaciones pasaron, de qué cosas fui responsable, que cosas no pude hacer de otro modo y cómo en este momento lo estoy ayudando a pensar de otra manera. El hijo que tenga 23, 40 o 50 lo va a escuchar con muchísima atención porque se trata de su propia vida.
GLS: Aquí preguntan ¿cómo hago para que duerma sola? Tiene 10 meses
LG: Y porque debería dormir sola? Nadie quiere dormir solo, nosotros que somos grandes no queremos dormir solos, porque un bebé de 10 meses que no puede nada y que depende absolutamente porqué tendría que dormir solo? La noche es larga, es oscura, es silenciosa.
GLS: ¿que hace la pareja con su vida íntima cuando duerme con un bebé en su cama o en su pieza?
LG: Este es un tema complejo y difícil de contestar brevemente. Es medio mentira el tema de la intimidad de una pareja con un bebé, cuando pensamos que la intimidad se refiere solamente a las relaciones sexuales. En primer lugar un bebé muy apañado, muy feliz que se va introduciendo en la vida de la pareja, va a ser una pareja que va a encontrar la intimidad sobre todo en las conversaciones, no hay nada mas cariñoso, mimoso. Amable, agradable y confortable cuando estamos las mujeres viviendo el puerperio, que conversaciones amables con nuestra pareja, ir contándonos cómo nos fue, qué nos pasó, lo cansados que estamos, que alguien nos acaricie la espalda, no hay nada que nos duela mas que la espalda a las mamás cuando tenemos bebés chiquitos. Ahora si eso sucede y los bebés duermen con nosotros o con un hermano (esto se soluciona cuando duermen con un hermano), es bárbaro poner a los bebés con los hermanos de 2, 3, 4 años a dormir juntos, con el cuerpo pegado, con un colchón en el piso para que no se caigan. No significa uno en la cuna y el otro en la cama, porque la vivencia del bebé es que está solo. Ahora, si yo me siento suficientemente querida, apañada, sostenida, mirada, escuchada por mi pareja, el momento de la relación sexual puede ser en cualquier momento y sobre todo no va a ser ni en nuestra cama ni a la noche. Primero porque las mamás estamos demasiado cansadas a la noche, segundo porque nuestra casa se vuelve el lugar menos íntimo del planeta una vez que tenemos hijos. Entonces pongamos un poquito de creatividad. Ahora, si se supone que toda la intimidad solamente tiene que acontecer a la noche, en nuestra cama y a través de una relación sexual, estamos mal porque eso no es intimidad, eso es descarga pero no es intimidad.
GLS: ¿Cuánto dura ese puerperio del que vos hablás? Ese que exige una presencia de dormir con el otro.
LG: yo hablo de los dos primeros años, pero por supuesto que esto es muy variable en cada familia, El puerperio absoluto son los primeros nueve meses y luego un puerperio prolongado los dos primeros años.
GLS: Preguntan soy mamá de una niña de 4 años que agrede mucho al bebé, ¿no sé qué hacer?
LG: Esto es muy frecuente, lo que uno tendría que analizar es todo lo que esta niña de 4 venía  pidiendo antes del nacimiento de su hermanito y  no era satisfecho. Yo creo que los celos no existen en la medida que los niños estén satisfechos en sus necesidades. Si yo tengo todo lo que quiero, no me importa lo que tienen los demás. Ahora, un niño que viene desde tiempos pasados pidiendo desplazadamente y no teniendo lo que necesita, obviamente que si tengo muy poquito y estoy hambrienta, apenas alguien me saca las migajas que tengo en mi plato, me voy a poner muy agresiva, pero el problema era que yo no tenía mi plato completo. El tema no pasa por “no pegues al hermanito, no seas así, tenés que esperar, vos sos buena” sino tratar de ver qué es lo que está pidiendo esa niña de 4 años y qué es lo que venía pidiendo de antes y de que manera lo podemos satisfacer, y sino soy yo, la mamá, porque ahora estoy con el bebé, tratemos primero de detectar qué es lo que necesita, luego si yo no lo puedo satisfacer, tendrá que ser en el entorno, el papá, los abuelos, los primos, los vecinos, quién puede satisfacer. Un niño de 4 años ya no es indispensable que sea la mamá la que satisfaga pero que sus necesidades tienen que ser satisfechas, si. Entonces a cualquier niño de 4, 5, 6 años  que se muestra agresivo o celoso con los hermanitos más pequeños, tratemos de ver qué es lo que quiere, que necesita,  satisfacerlo y darle la razón.
GLS: ¿Qué papel juega el padre en la vida de un bebé?
LG: Esto depende de cada pareja, de cada conformación, está muy bien que un papá se quiera ocupar del bebé, pero lo principal para un papá es ofrecerle a la mamá la suficiente contención, el cobijo de manera que la mamá esté suficientemente resguardada para poder dedicarse a full a ese bebé, que no tenga que tener preocupaciones. Muchas veces los papás son los  principales depredadores emocionales, “esto no lo hagas, hace mucho que los tenés encima, déjalo ya,” y en realidad cuando el papá funciona así, funciona otra vez desde su propia violencia y desamparo emocional. Es el papá demandante que quiere recibir de su mujer los cuidados maternales, todo va a depender de la madurez emocional del papá y de la pareja, en el sentido de que ambos acuerden que en este momento el privilegiado es el niño. Lo que importa es que el bebé esté satisfecho, lo que una mamá necesita no es tanto colaboración con el hijo, lo que necesita es respaldarse y descansar en el otro para poder nutrir, que papá sostenga a mamá para que mamá pueda sostener al bebé.
GLS: ¿Que dijiste del tema del asma?
LG: Lo del asma es bastante complejo, porque no hay nada orgánico para tener asma. En realidad casi todos los niños y adultos que sufren de asma, si empezamos a revisar las carencias afectivas de la primera infancia, son realmente aterradoras. El asmático lo que hace es tomar mas aire del que puede largar y se ahoga con su propio aire, es una experiencia terrible. 
Todos los papás y las mamás hacemos el máximo posible, hacia el futuro lo mejor que podemos hacer  es abrir el corazón, replantearnos y de acá en más aceptar lo que el otro nos viene a decir y ver que podemos modificar a favor del otro, no importa la edad que tengan nuestros hijos.
Quiero avisarles a todos los oyentes que en Córdoba existe Crianza Córdoba dirigida por Soledad de la Riva, una especie de sucursal de mi institución  que están trabajando muy bien y la página es www.crianzacordoba.com.ar
GLS: ¿qué es lo que necesita un niño a partir de los dos años, cuando se va transformando esta necesidad de pecho, de piel, de mirada? Para no dar sustitutos sino necesidades.
LG: Palabras, palabras que nombran lo que nos pasa, palabras que voy nombrando lo que me pasa a mí, lo que te pasa a vos, cuál es la situación real y qué cosas podemos ir resolviendo a cada instante, entonces el niño va teniendo un acercamiento entre su realidad interna y la realidad del entorno y el niño va pudiendo apropiarse poco a poco  de la realidad, con mas fluidez, con alegría, con un tránsito suave, simplemente porque va entendiendo lo que le pasa y porque sabe que todo el tiempo hay un adulto que va mediando a través de las palabras entre la realidad externa y la realidad interna del niño.
GLS: ¿y que necesita un adolescente?
LG: Si lo ha obtenido siendo niño, cosa que casi ninguno lo ha obtenido, necesita que los padres estén ahí simplemente para apoyarlo y ayudarlo a pensar en cada dificultad que tenga. Si tiene padres que en vez de estar quejándose de lo que hace, estén todo el tiempo apoyándolo entre múltiples elecciones posibles y tratando de pensar junto a él, si te equivocaste cuál es la otra opción, si estamos juntos para ayudarlo a transitar esos caminos y el adolescente sabe que pase lo que pase sus padres están al lado para ayudarlo a pensar, y a ir eligiendo y equivocándose siempre con comprensión y pudiendo dar marcha atrás, es un tesoro para toda la vida.
GLS: Que Dios te bendiga, es un privilegio tenerte, Gracias
LG: Gracias a Uds.