Biblia y política

martes, 2 de junio de 2009
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Entrevista al padre Juan Manuel González, biblista, coordinador de la Escuela de Estudios Bíblicos Parresía.

JMG: La Biblia siempre tiene un rol utópico: el rol de la fantasía que ayuda a abrir la cabeza, la imaginación, a pensar desde afuera, desde el excluido. Creo que eso es imprescindible para la sociedad
    Hay ideologías y utopías. Las ideologías son muy necesarias. La gente tiene que tener la cabeza clara, ideas claras y propuestas concretas sobre cómo debe diseñarse la sociedad. Hay que clamar a que haya partidos políticos con ideologías claras, definidas, coherentes, con proyectos ideológicos reales. Las ideas hoy son imprescindibles por eso las ideologías son necesarias y necesitamos recuperar las verdaderas ideologías. El problema de hoy es que tenemos partidos sin ideologías
    Necesitamos partidos con ideologías claras, definidas., sólidas, bien argumentadas, con filosofía, sociología, economía, pero también necesitamos profetas y lectores de la Biblia que nos recuerden el rol utópico para que la sociedad no se cierre a sí misma y pueda crecer atendiendo al pobre desde la justicia.
    Es bueno recordar que siempre hay alternativas, cosas diferentes y fundamentalmente lo diferente, lo fuera del sistema, siempre es el pobre. Por eso la memoria  del pobre es la fuente de la utopía. El pobre es lo que está fuera del sistema. Por eso creo que ese es el rol que aporta la Biblia, y por eso el tema del poder es el tema central de toda la Biblia.
    Para mi la clave de la interpretación de la sociedad política siempre va a ser el pobre, porque siempre es la alternativa, siempre está fuera del sistema y eso es lo que le va a ayudar a la sociedad a que se abra a sí misma. El acicate para que sea justa
    En la historia del Magisterio de la Iglesia sobre lo social hay una progresión: en las últimas encíclicas el tema es el pobre. La sociedad se regula no desde ideas políticas sino desde el pobre. Por eso Juan Pablo II pone como criterio no el capital sino el salario, el trabajo, el pobre.

GL La imagen de Jesús lavando los pies, deja mas o menos este mensaje: no importa tanto cuál es el modelo político que rija. En realidad sí importa, pero teniendo en cuenta la historia, se han aplicado en la misma Iglesia todos los modelos políticos habidos y por haber: monárquicos, imperiales, democráticos. La Iglesia ha hecho experiencia de todas las formas políticas que la historia ha experimentado. Pero cualquiera sea la forma política, lo importante es el servicio. Lo importante es que el que ejerce el poder tenga claro que “los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros”, y que la actitud del que ejerce la autoridad, o sea, el poder, es ceñirse una toalla en la cintura y lavarle los pies a los demás.

Que Dios nos conceda gobernantes y gobernados con ese espíritu en este día de la patria.

GL:¿Cuáles son los modelos de servicio y de vinculación que entre las personas tiene que haber para que se plasme un modelo político más acorde a la voluntad de Dios?

JMG:    “Todo es política, mas la política no lo es todo”.  Hay algunas realidades de la existencia que están más allá de la política.
    La política es una relación de poder. Pero además hay relaciones gratuitas, desinteresadas, como el amor, lo estético.
    Cuando hoy nosotros hablamos de política tenemos un concepto. En el mundo antiguo el concepto era muy distinto.
    Mas o menos en el 47 a.C. hubo un intelectual nombrado por Julio César encargado de la primera Biblioteca Pública de Roma. El da una definición de teología que van a repetir los Santos Padres al menos hasta San Agustín: “hay tres géneros de teología –es decir, la ciencia de los dioses- cuyos nombres son: mítico, físico y civil”. La teología mítica o poética es la de la mitología (hay muchos dioses). La teología física es la filosófica, la que inaugura Aristóteles (si existe movimiento, tiene que haber un motor inmóvil, si existe los efectos tiene que existir una causa primera. A ese le llama Dios): la teología es una reflexión filosófica sobre la realidad y el origen del mundo. Y está la teología política o civil.
    Todo el lenguaje que para nosotros es religioso, originalmente no es así.  Hablar de teología es hablar de política. Y por eso la Iglesia de los primeros 4 o 5 siglos no habla de teología, sino que utiliza otra palabra que es “economía”
    Originalmente la palabra teología está vinculada a la teología política. En su origen la teología no fue una ciencia religiosa exclusivamente y excluyente de lo demás. La teología es preguntarse por la Fuente del poder.
    Al principio, la Iglesia no quiso utilizar la palabra teología por la fuerte connotación política que tenía. La palabra teología viene del mundo de lo política. Es el modelo social que se vive.
    Para nosotros, cristianos del Siglo XXI, la palabra “liturgia” viene del mundo religioso. Sin embargo es una palabra política que significa “obra pública”.
Roma deja de ser república y se transforma en imperio. Inmediatamente se diviniza a los Césares. Existía una liturgia imperial, donde se iba a saludar al César. Parte de esa liturgia era el “Kyrie eleison”. “Kyrios” es Dios, y para ellos es César. Para los cristianos va a ser Jesús, pero decir eso va a ser alta traición a la patria: los primeros cristianos son perseguidos por ateos, porque no reconocen los dogmas del Cesar (son los decretos del Cesar).
La palabra parusía –que hoy los cristianos atribuimos a la segunda venida de Cristo- significa la visita del emperador.
“El decreto del Asia Menor dice: “La Divina providencia a suscitado a Cesar Augusto concediéndonos a nosotros la gracia de un salvador que terminó con la guerra y organizó la paz y el retorno de la prosperidad, y puesto que el aniversario del dios marca para el mundo el comienzo de las buenas nuevas, gracias a su venida, hemos de comenzar el calendario con el nacimiento del dios”. La palabra Evangelio se utilizaba para anunciar el nacimiento de un nuevo emperador.

Las disciplinas en general – ciencias, filosofía, política, religión, fe, teología- formaban parte de un pensamiento integrado, y muy mezclado en algunas cosas.
La Biblia es un libro de religión, pero ¿qué religión? Para la época en que la Biblia se ha escrito, había distintos modelos religiosos, unas más cósmicas, más vinculadas a la naturaleza, donde las relaciones con Dios pasan a través de algún fenómeno de la naturaleza, otras más vinculadas a la interioridad, más espirituales o piadosas, buscar en el mundo interior la experiencia religiosa, y otras más vinculadas a la historia. Aunque tiene aspectos de la cósmica y la espiritual, la  Biblia se estaría encuadrando más bien dentro de un modelo de religión donde prepondera la historia: Dios se revela fundamentalmente en la historia de un pueblo. La originalidad del relato bíblico es que acá no hay mito sino historia. Dios se mete en la historia y se va manifestando en las marchas y contramarchas de su pueblo. El pueblo lo va a descubrir a Dios vivo y presente cuando es liberado de algún cautiverio y lo va a invocar cuando no van bien las cosas. Acá hay una religión que no tiene que ver solo con Dios sino con la buena marcha de un pueblo.
Por ejemplo: el Magnificat de María es prácticamente un canto de historia: es la recopilación de la historia y de la expectativa del pueblo en el Mesías, y creo que es un texto central para entender la revelación de Dios en el Mesías.
La Biblia ¿es un libro de religión? Sí, pero en este sentido: la Biblia habla de la relación del hombre con Dios y de los hombres entre sí. Dios no ha querido vincularse con un individuo sino con un pueblo, y cuando hablamos de esto último necesariamente entra lo social y lo político. Entonces la religión y la salvación van a tener también implicancias políticas.
Nosotros hoy distinguimos fácilmente religión de economía, pero la economía como ciencia surge en el S XVII con Smith. Distinguir lo religioso como diferente de lo político no es tan fácil. Entonces, decir que la Biblia es un libro de política, sí y no. No tuvo la intención del hombre moderno de hablar de política en el sentido actual. La Biblia no es un libro que tiene la pretensión de poder, no es un libro de economía.
Pero para el mundo antiguo, del medioevo para atrás, es muy difícil hacer esas distinciones. El mundo antiguo tenía mezcladas las cosas, todo está vinculado a lo uno. La modernidad desvincula, casi rompe. Maritaine dice : “distingamos, pero para unir”.
Para los cristianos la fe en el seno del imperio romano implica una seria ruptura porque ellos al trasladar y adoptar la terminología de jurídica, política, para designar el poder del César, trasladarla a la persona de Jesús era socavar raíces muy profundas.

Cuando la Biblia en el salmo 23 dice “El Señor Yahvé) es mi Pastor” ¿quiénes eran los pastores? Los gobernantes. Entonces la Biblia está diciendo que si Yahvé es el pastor, el gobernante de turno no lo es. Hoy para nosotros un Pastor es un guía espiritual, un padre. Por eso en la segunda parte del salmo se entiende que es alguien que está fugitivo y que huye porque se animó a decir que Yahvé es su pastor.

Decir que el Kyrios es Jesús y no el César, para quien hace esta afirmación, es religiosa pero con fuertes connotaciones políticas para el resto.

¿Qué lineamientos hay en la Biblia para regular la relación de los hombres entre sí? Para eso tenemos que hablar del poder. Esta es una palabra a la que se le tiene mucho miedo, pero el poder tiene que ver absolutamente con todo. Quizá otros utilicen con más gusto el término autoridad. En definitiva es la forma en que se regulan los vínculos entre las personas.

¿Cuáles son los modelos fundamentales que tienen que ver con lo político, es decir, con las relaciones que tienen que ver con el poder y entre los hombres , que se encuentran en la Biblia?

El modelo egipcio: La Biblia, después del relato de la creación, narra la elección de Dios de un pueblo, que termina esclavo en Egipto. La Biblia describe cómo fue ese modelo egipcio. Lo que define a Egipto es una pirámide, y esa es la estructura teológica: en Egipto hay muchos dioses, pero no todos son iguales. En el politeísmo hay jerarquía de dioses. Esa pirámide teológica justifica la pirámide social: lo social y lo político van de la mano. Y en lo político: está el faraón que tiene una burocracia estatal: por un lado el ejército, por otro los sacerdotes –que son los que legitiman el culto al faraón y están a cargo del templo- y una burocracia administrativa: los escribas, los que organizan y ordenan. Y después está en la base de la pirámide el pueblo, que es el que tiene que trabajar. El faraón es el dueño de la tierra (y también de la vida de las personas), y por eso hay que pagarle un tributo (impuestos: el derecho a vivir). Gracias al excedente económico, el faraón puede mantener la burocracia estatal. Por otra parte, tiene un excedente económico natural que es el río Nilo. Egipto no es un país imperialista, porque no necesita. Al contrario: pone una barrera para que nadie entre. Es una dictadura económica: se es esclavo, pero se come bien. No hay leyes porque el faraón es el “dios”.
Ahora bien: Israel huyó de allí (éxodo) al desierto. Este es el otro modelo: el modelo es diferente porque es monoteísta. El modelo sería un



círculo en el medio del cual está Dios. En el desierto no había templo, no hacían falta sacerdotes, no había impuestos sacerdotales, no hay burocracia, no hay ejército. Cuando había un enemigo, todo el mundo se convertía en ejército. Entonces como no hay burocracia estatal, no hay gente que sostener. Entonces el modelo económico es el trueque: cada uno aporta lo que se puede y se sobrevive. Entonces un poco emana del cielo, un poco de la solidaridad, algunas leyes claras: que no haya pobres entre ellos, se liberan todas las deudas económicas (aquí se inspira el Padre nuestro cuando dice “perdona nuestras deudas”). En esta sociedad igualitaria de participación y de trueque el modelo es totalmente diferente al egipcio. El pueblo se organiza a través de la palabra, de la ley moral (inscripta en los mandamientos que todos conocemos). Cuando el poder tiene como límite la razón o la palabra, las cosas se ponen más humanas y no se caen en las arbitrariedades del faraón que se cree dios.

Uno compara la pirámide (modelo político social económico que se corresponde en la religión politeísta) y el círculo (modelo social, político, económico que se corresponde con la religión monoteísta), y evidentemente surge una adhesión espontánea al modelo político circular. Parece más justo, más solidario, con relaciones recíprocas más sanas, pero es un modelo que surge en la más absoluta pobreza y necesidad: estamos hablando del desierto.

Ahora vamos al modelo salomónico: el pueblo alcanza la “tierra prometida” y está frente a un nuevo desafío de organización política. En el S X a.C. se producen muchos cambios en el mundo. Israel también se tiene que modernizar, y quieren tener un rey como las demás naciones. Entonces al copiar el modelo de Egipto. el lugar del faraón ahora lo ocupa el rey Salomón
Hizo gran tráfico de armas, que era la entrada económica más fuerte, impuestos muy grandes ¿por qué? Porque se modernizó el Estado: ahora necesitamos el ejército para persuadir a la gente de que tiene que pagar los impuestos, hay una casta sacerdotal, una burocracia estatal –nombró 12 intendentes- , y el pueblo tiene que costear con su trabajo a toda esta gente.
La peor desgracia que tuvo Israel fue la administración de Salomón: llevó a cabo la campaña política para llegar al reinado prometiendo hacer el Templo –y lo cumplió- hizo el templo en 7 años (1 Re 7,1), pero con miles y miles de esclavos trabajando. Como quería construirlo con los cedros del Líbano –porque eso no lo tenía en Israel- los compró carísimos y creó así una impresionante deuda externa, y vendió la tierra fértil para pagar la deuda externa (pagó con 20 ciudades de Galilea que es la pampa húmeda de Israel). Pero Salomón también se hizo su propia casa (y eso no lo dijo en su campaña) y en terminarla tardó 13 años con un lujo impresionante. Y todo con la plata del Estado. (El tema de los cedros, una madera muy resistente, hermosa para la construcción, en la Biblia aparece como belleza subordinada al poder de Dios: Yahvé aparece como “más que los cedros del Líbano”).
La diferencia con el modelo egipcio es que en Egipto el “excedente económico” es natural y viene del río Nilo. Aquí no: Israel es pura piedra, y por eso la explotación y la represión de la gente a través del ejército. Solamente a través del trabajo esclavo es posible sostener la pomposidad salomónica.

–    ¿Por qué en la Iglesia se habla solo de la sabiduría de Salomón y cuando uno lee todo se da cuenta de que era un sinvergüenza?
En la Biblia están las dos versiones: hay un Salomón idealizado: el autor del libro de la Sabiduría, y hay un Salomón de carne y hueso que es el del libro de los Reyes.

    Cuando Salomón va a asumir el gobierno, hace una oración muy importante 1Re 3,9 “Concede, pues, a tu siervo, un corazón atento para juzgar a tu pueblo, para discernir entre el bien y el mal”. El se va a hacer cargo del gobierno, y quiere para eso el “conocimiento del bien y del mal”. Esto evoca al lector a Adan y Eva y aquella famosa prohibición de comer de aquel árbol. En la Biblia “conocimiento” significa “poder”. Entonces el pecado no es la “omni-ciencia” sino la “omni-potencia”: El totalitarismo.  ¿Qué dice Dios a todo esto? ¿Dónde está el juicio de Dios al modelo de Salomón? En Gn cap  2,3,4: es conocer para poder.
    ¿Qué es la democracia? Que haya por lo menos dos o tres poderes, para que nadie tenga “todo” el poder, porque si uno concentra todo el poder, no hay quien lo critique. Por eso, la crítica a Salomón es la crítica al totalitarismo: hay alguien que decide sobre todos.

    Otra cosa que aparece en la Biblia sobre Salomón es la cantidad de mujeres que tenía, todas venían con sus “diocesitas”, uno de ellos era “astarté”, que es “la serpiente”, y dice que Salomón se fue detrás de astarté. Esto tiene relación con Gn 2,3, el pecado original que es el totalitarismo: creer que el futuro se decide desde el poder. La serpiente es además símbolo de la sabiduría total.
    El nombre Abel, que la única vez que figura en la Biblia es en Gn4, significa “menos que nada”, algo muy peyorativo, algo así como excremento. Caín mata “al pobre”.
    Si se vinculan los textos del Gn con Reyes: ¿qué se le dice el profeta al rey?:Gn 3: no te olvides de Dios. Gn 4 –Caín mata a Abel-: no te olvides del pobre. ¿Cuál es la tentación del poder? : la desmesura, el totalitarismo, el no-límite. Para la Biblia el pecado es la desmesura del poder, y por eso desde la primera página a la última la Biblia intenta ponerle límites al poder. El profeta le pone los límites al rey: Dios es un límite y el pobre el otro límite. Es el rol de la ética: ponerle límites al poder. Ahí está el servicio de la religión a la política.
    Cuando el poder se olvida de la ética, es decir, de Dios y del pobre, se absolutiza y termina siendo arbitrariedad y violencia
    Entonces más allá de los términos y sin mencionar la palabra, aquí está el pensamiento democrático, porque la democracia es ponerle límites al poder. Por eso el pensamiento democrático es esencialmente bíblico.

¿Cómo es esto que la idea de habitante a ciudadano es una idea bíblica?

    El ciudadano era el que en la plaza pública tomaba las decisiones.
En Roma no se usa la palabra “política” sino la palabra “patria”, que si bien está vinculada a la “tierra de los padres” también está vinculada a los “patricios”. Los responsables de la patria ya no somos solo todos, sino también los patricios, que es un estamento social y económico. La participación se va haciendo restringida.
    Con la revolución francesa se pega un salto muy grande: la democracia es representativa: se decide a través de los representantes.
    El lugar de la presencia del ciudadano se iba alejando desde la “polis” griega, a la “patria” latina, a lo “representativo” que es lo actual.

    En 1968 se hace famosa una expresión “ya estamos cansados de delegar” –en el partido, en el sindicato-. Y aquí nace el concepto de ciudadanía. Ese año se publica un libro llamado “Teología de la ciudad” de un teólogo Joseph Comblem (uno de los teólogos de Medellín). Es uno de los grandes teólogos para América Latina de Medellín para adelante.

    En Neemías 8,3, el pueblo se reorganiza no en torno al poder sino “en torno a la Palabra”, a la razón. Y en torno a la palabra están los varones, las mujeres y los niños. En la polis griega no están las mujeres y los niños. Por eso decimos que en realidad, el verdadero modelo de ciudadanía y democracia está en la Biblia.

    Este concepto moderno de “ciudadanía”, donde yo vuelvo a hacerme cargo de la ciudad, de la verdadera política, esto es, ser políticos.
    Nuestro problema actual es que la política se ha privatizado : es de una clase profesional o de algunos que se reúnen en salones y deciden por nosotros: la política no está en la calle.  La salud política se da cuando la ciudad vuelve a la calle, cuando la gente se moviliza, participa, se compromete activamente. Eso es un acto político, y no juntar gente frente a un palco donde alguien les esté hablando. Cuando el problema llega, y todos estamos opinando, ahí la política está viva, es real. Cuando la política es cuestión de negocios de algunos salones con algunos profesionales, es signo de que la democracia está enferma. La movilización popular es el acto político por excelencia.

    Esta idea, en griego se dice “eclesía”, y de ahí el término “iglesia”: asamblea democrática. Eso es lo de “debiera ser” la Iglesia: ejemplo de asamblea democrática




 

Fantini ayer hizo un comentario en la página muy lúcido, que tiene que procurar una honda preocupación entre los argentinos. El afirma que el comentario más político entre los argentinos es la representación de los políticos que está haciendo Tinelli en este momento: en lugar de debatir los grandes u pequeños problemas que hacen a la vida del país en los encuentros informales, lo que se habla en el bar, en el almacén, hablamos de “qué bien que fulano representó a Cristina” y la risa que provoca, y que es el objetivo. ¡Qué chatura en la participación política!

 

    El concepto de Pueblo de Dios en la Biblia está en la base de la idea fundamental de la democracia, y en la base de la idea de ciudadanía.
    Es importante que recuperemos esa imagen de ciudadanía, que es Biblia, es Medellín, es Teología de la Iglesia Católica.
    Hoy es el día de la Patria. Es el día de la política, el día de la ciudadanía. No el día de comer un asado y unas empanadas.
    El 25 de mayo, más que un acto político se convirtió en acto escolar, cosa de niños, donde la discusión pasó a si había paraguas o no
    La Biblia hizo del Exodo todo un desafío, una palabra profética para el porvenir.
    Nosotros también debiéramos haber hecho de nuestras fiestas patrias una palabra profética para el futuro, para la concientización.




 

Vamos a pedir esta gracia hoy para todos los argentinos: “Todo un pueblo se reunió como un solo hombre en la plaza que está ante la puerta del agua. Entonces dijeron a Esdras, el escriba, que trajera el Libro de la Ley de Moisés que el Señor había dado a Israel. El sacerdote Esdras trajo la ley ante la asamblea compuesta por hombre, mujeres, y por todos los que podían entender lo que se leía. Era el primer día del séptimo mes, y luego desde el alba hasta promediar el día se leyó en libro en la plaza … y todo el pueblo seguía con atención la lectura del libro de la ley. Nehemías 8,3

 

    La Iglesia como jerarquía nunca quiso que hubiera un partido que la representara oficialmente (por eso nunca le gustó el nombre de ‘democracia cristiana’). Pero hoy la Iglesia sí está preocupada por la falta de participación de los laicos cristianos en los partidos políticos, pero no alienta a algún partido.
 ¿por qué no alienta la formación de un partido con los valores católicos? Por principios elementales que son: para que exista la libertad, que no haya condicionamientos. A muchas personas el hecho de que el partido sea de la Iglesia Católica, por ser católicos se sentirían en muchos casos interpelados a participar allí. Podría dar lugar a una manipulación: aprovecharse de todo lo que sería el catolicismo para la elección, que se puede hacer de otra forma. No se quiere la utilización de símbolos religiosos para fines políticos partidarios. Sí busca que los valores cristianos empapen el fondo. El evangelio no debe presentarse como “ideología” sino más bien como “criterios de vida mas bien amplios: opción por el pobre, límite al poder…”, pero a la larga no son propuestas políticas.

    ¿Cuáles serían los grandes conceptos políticos de Jesús en el Evangelio? (entendiendo por política el modo de relación de los individuos entre sí y el modo de organizar el poder.
    Jesús habla de un Dios que es Rey y Padre, pero fundamentalmente Rey: habla de un Soberano y una soberanía. Eso es una metáfora: no quiere decir que Jesús esté proponiendo una monarquía. Es una metáfora oriental del actuar de Dios. La expresión “Reino de Dios” es más bien “reinado de Dios” que es el actuar de Dios en la historia. Jesús viene a ser, siguiendo la línea del Antiguo Testamento, un poder que viene a ponerle límites al poder temporal, solo que con una serie de cambios importantes. ¿Qué es el Reino para Jesús: viene de algo pequeño –de un granito de mostaza por ejemplo-, es una plantita despreciable que puede convertirse en plaga. Nadie la quiere. Esta parábola no la inventó Jesús: está en el libro de Ezequiel 17: Dios va acompañar y proteger a su pueblo pero desde un cedro arriba de una montaña y va a abrir sus hojas para cobijar a los pájaros. Es la simbología del poder, de riqueza. Jesús cambia la esencia de la metáfora: el futuro está en los pequeños, en los pobres. Esas son las parábolas interesantes para describir el nuevo modo de actuar de Dios en la historia.
    Acá sí hay propuestas. Hoy creemos que solo se construye desde el poder. A nadie se le ocurre armar el partido de los pobres y los despreciados. Hay criterios, hay opciones de fondo. Son opciones utópicas, no ideológicas. El cristianismo entrega las grandes utopías para imaginar y pensar la historia, y construir la historia desde la utopía. No son propuestas ideológicas ni pragmáticas.
    También hay una metáfora importante del poder en el lavatorio de los pies: no importa qué forma de gobierno usen: lo importante es el espíritu con el cual se ejerce el poder.
    Nosotros estamos siempre esperando “buenos gobernantes”. Jesús busca más bien “buenas comunidades”. A la hora de pensar la sociedad, Jesús es muy crítico de los dirigentes, del tema del poder. En Jesús el tema pasa más por la comunidad que por los dirigentes. En el mundo político la sociedad se piensa desde el poder. Desde la filosofía se piensa la sociedad desde el poder. Para Aristóteles la sociedad es materia y forma: el pueblo es la materia, el poder, la autoridad es la forma. En la Biblia se piensa la sociedad desde la comunidad, del pueblo. Son criterios distintos. A Jesús le interesa lo comunitario, lo igualitario. Es muy crítico con todo lo que tenga que ver con el poder. Son pensamientos alternativos. No son programas ni recetas para construir ninguna sociedad, pero sí es la mejor memoria que debe tener una sociedad para tener un pensamiento utópico permanente como alternativa que ayuda a enriquecer y repensar.

–    Cuando a Jesús quisieron hacerlo rey, El dijo “No. Mi Reino no es de este mundo”, pero sí vino para este mundo. En un momento dado, los apóstoles dijeron a Pedro que había que atender las viudas del lugar, es decir, lo social. Y él dijo: no, elijan a diáconos, personas llenas del Espíritu Santo, de confianza, para que  atiendan eso. Nosotros –la jerarquía- nos dedicaremos a la oración y a la prédica del Evangelio. Esto no es para no meterse en la realidad social: la realidad social se la encargaron a gente de la iglesia. La Iglesia está para enseñar los valores de la persona. Los laicos son los que tienen que participar activamente en partidos que tengan valores del Evangelio y vivirlos ellos mismos para transmitirlos a la sociedad.

    A nivel existencial esto siempre ha sido un desafío permanente: quien vive la unidad y la diversidad en su propia dimensión, es una tarea de toda la vida. Las ideas no resuelven cosas, pero ayudan a ordenarse. “Unión sin confusión, distinción sin separación”: hay que unir –no confundirnos-, hay que distinguir –jamás separarnos-. Los dualismos son los extremos. La frase de Jesús “dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, la puedo interpretar de un modo dualista: Dios está por un lado y el César por el otro, o: no tienen nada que ver política y religión. “En la búsqueda de la salvación tenemos que evitar el dualismo que separa, las tareas temporales de la santificación” ( Medelín, Documento de Justicia Nº5)

Este Es Mi País

No me digas más que todo es tan duro,
amo este lugar, creo en el futuro…
Yo no sé porque lo ves diferente,
basta con estar , ser como la gente…
Y después sumar y aceptar que somos
como los demás que no estamos solos…
Y quedarse aquí, seguir codo a codo,
este es mi país, el nuestro, el de todos…
Este cielo, esta casa, este sol, todo lo que amamos…
Nuestra forma de ser, de vivir, las cosas que cambiamos.
El orgullo de ser lo que soy, de ser lo que somos,
que el pasado no mató al amor a pesar de todo…
Yo siempre estaré viviendo con todo,
dando lo mejor, dándolo a mi modo.
No voy a parar y que todos sigan peleando con fe, dándole a la vida…
A pesar de todo seguimos luchando, a pesar de todo seguimos sintiendo,
a pesar de todo seguimos amando, a pesar de todo seguimos creyendo.