La trascendencia en los niños -Dr. Enrique Orchanski

viernes, 29 de julio de 2016
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29/07/2016 – Las actividades y actitudes de los adultos generan gran incidencia en nuestros niños. Junto al Dr Enrique Orchanski hablamos sobre los niños y lo trascendente.

“Lo trascendente en los niños siempre existe, depende de la capacidad que uno tiene de decodificar lo que uno entiende por trascendente” comentó el especialista. Explicó que hasta los dos años un niño y su madre son prácticamente la misma persona, y se evidencia en la dependencia. Después de los dos años comienzan a generar una autonomía que los hace empezar a reconocer al otro, y ahí comienza a gestarse el pensamiento trascendente, cuando uno entiende que hay otro. Cuando todo el mundo termina en uno no hay trascendencia, todo es ego-ismo, pero si hay otro que marca los límite, que marca la frontera, que enseña la diversidad empezamos a notar que existe otros con distintas capacidad y debilidades, virtudes y fortalezas y eso empieza a abrir el espectro y el universo. Los chicos menores a 3 años sólo hablan de lo que escuchan en su familia”. 

En cuanto a cómo educar en la trascendencia, el Dr Orchanski comentó que “uno puede darle dos cosas a los hijos: raíces y alas. Las raíces está en la historia, en la pertenencia, en sentirse parte del árbol familiar. Estamos llenos de chicos con ganas de emplumar y muchos padres que están recortando alas o que los están abrazando tanto que lo impiden, como consecuencia de un estilo de vida muy particular, y hablo de la ausencia. La ausencia de los padres se paga de alguna manera, devolviéndola a veces de forma errónea, la no presencia. Entender que él ya tiene 5 o 6 y puede hacer algunas cosas es muy impactante. Hay como un “tironeo interno”. La idea es de a poquito hacerlos responsables de pequeñas responsabilidades”.

“Educar en la libertad pero dando herramientas”

La mayor generosidad del padre es demostrar que uno lo quiere al hijo pero que lo puede dejar andar solo.

“Aunque les pongamos etiqueta de mala fama, los adolescentes de entre 7 y 11 años son puritanos con la necesidad de aferrarse a algo más que lo humano y comienzan a desarrollar con pensamientos muy fuertes. Allí es donde se encuentran de nuevo con el ambiente familiar y escuchan lo que los padres dicen: “creo en esto” o “no creo nada” o “decidilo por vos”. Yo prefiero las frases positivas no las negativas, porque con las negativas dejamos a los chicos a la deriva decidiendo sin elementos. Para la trascendencia necesitamos dar elementos y en definitiva achicar la angustia humana, disminuir la angustia que nos producen los crecimientos, los cambios, las mudanzas y las pérdidas. Todos los cambios, aunque positivo, en algún punto son angustiosos. La fe, creo yo, es indispensable para reducir la angustia que los chicos empiezan a sentir en esta edad”. 

¿Cómo se manifiesta el “corte de alas” en los chicos?

El doctor Enrique Orchanski explicó que “en las estructuras psíquicas frágiles va a quedar expuesto en muchos síntomas físicos que se manifiestan en dolor. “Me duele que no me dejen crecer” y entonces se escucha el “me duele la panza, me duelen las manos, me duelen las piernas”. Lo está poniendo en el cuerpo porque no sabe cómo expresarlo de otra manera. En las estructuras fuertes, que son los chicos que enfrentan, que se enojan, los síntomas más fuertes son los berrinches: “dejame solo”.

El especialista recomendó “no dejarlos a los chicos a la deriva solos en la oscuridad, sin algún elemento de constitución de su subjetividad. Que tenga la libertad de elegir por sí no es dejarlo sin ningún elemento. Es como si le propusiera a un albañil que construya la casa que él quiera pero no le doy ningún ladrillo. Los ladrillos son las frases positivas: existe esperanza, anhelos, sueños. Vivimos en un país con mucha negatividad.

Los adultos debiéramos dejar de hachar el árbol de la esperanza, porque si no hay esperanza no hay nada y entonces no nos levantemos por la mañana. Los chicos necesitan frases positivas porque solamente miran hacia el futuro, entonces decirles algo como “mirá yo no estoy muy seguro de lo que pienso pero que hay algo más, hay algo más y vos tenés que descubrirlo. Por ejemplo, ayudando a alguien, acompañando a tu amigo, visitando a un enfermo, ayudando con la tarea a tu compañero que no la terminó”. es en situaciones concretas no sentarse a pensar en la trascendencia o leyendo a filósofos de la trascendencia. La trascendencia está en existir más allá de uno, en romper el egoísmo. El mercado nos dice que tenemos que recibir, y dar es una bendición, hay que  agradecer la posibilidad de poder ayudar a otro”.

“Los chicos reciben el mensaje en seguida, ven lo que hacemos. Cuando uno es gentil, da el asiento en el ómnibus… estoy hablando de cosas sencillas eso es trascendencia. Y los chicos comienzan a encontrar mucha felicidad en hacer cosas por otros”.

Hacia el final el Dr Orchansqui dijo que “a mi edad, he podido llegar a reconocer solo dos clases de personas: los que solo viven para ellos o los que viven para los otros. Por eso celebro los encuentros, lo que está pasando en Polonia en la Jornada Mundial de la Juventud, y lo que pasa en Córdoba con el trabajo del único Comité Religioso por la Paz en el mundo (COMIPAZ) educando a los chicos, haciéndoles visitas por iglesias y sinagogas para que aprendan que somos iguales”.