Hace unos días que la palabra de Dios comenzando con la propuesta del camino de las bienaventuranzas del sermón del monte, nos vino presentando, día a día la perfección de la ley. Que no es más que el amor. Aquellas palabras del mismo evangelio de Mateo con las que Jesús comienza a hablar de esta actitud primera en cada una de nuestras acciones. “No he venido a abolir la ley, le vine a dar cumplimiento, plenitud”.