16/11/2016 – Dios elige a María como la puerta por donde ingresa la gracia. La elige a ella, una sencilla mujer de Nazareth y en ella eleva a todas las mujeres en su dignidad. Algunas de ellas están en nuestros altares como santas, otras no han llegado pero queremos recordarlas y valorarlas en este día.
“Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: «¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre!”
Lucas 1,41-42
Dice la Palabra que eran mujeres quienes acompañaban a Jesús en su tarea apostólica. Y ellas tienen mucho para aportar en la tarea de evangelización. Además de que Dios eligió a una mujer como camino para llegar a la Tierra, Jesús lo entendió claramente y rompió todo prejuicio que había alrededor de las mujeres en su tiempo.
Por ejemplo, en el diálogo de Jesús con la Samaritana. Los discípulos se fueron a buscar algo de comer, Jesús está junto al pozo y comienza un diálogo pública con ella. Un diálogo público y muy rico. Un maestro de la ley no tenía vínculo ni con las mujeres ni con los niños porque eran considerados de segunda categoría. Es más, se deja acompañar por mujeres, toca a una de ellas impura en el camino y luego hasta toca a una niña muerta la hija de Jairo. Después Jesús se deja alcanzar de la mujer que deja el ambiente lleno del perfume de su amor en Betania; los discípulos recriminan cuánto podrían haber hecho con ese perfume. No entienden nada de perfumes femeninos, ni de la delicadeza ni de la ternura.
El machismo y los hombres necesitamos pedir perdón a las mujeres, por no siempre valorarlas, por no honrarlas y por tantas veces maltratarlas. Es una forma de en el año de la misericordia, también pedir perdón. Nos merecemos en el diálogo de género el aporte de cada uno, de hombres y de mujeres en la complementariedad que es el proyecto en el que Dios nos creó. No se trata solo de equidad sino de un proyecto en el cielo donde Dios nos quiere unidos en la complementariedad. En el ser familia y en el hacer juntos, cuando no está bien ensamblado lo masculino y lo femenino, algo falta.
Por ejemplo, Madre Catalina y el Cura Brochero cuánto bien han trabajado juntos y se han complementado. Son claramente diferentes pero en la misión son unos. El escenario de la misión es donde se da la complementariedad.
Oración a María del Papa Francisco. La rezó en Caacupé como homenaje a la mujer paraguaya y como modelo de mujer en América Latina. Allí Francisco destaca este rol de la mujer
María, mujer de la escucha, abre nuestros oídos; haz que sepamos escuchar la Palabra de tu Hijo Jesús entre las mil palabras de este mundo; haz que sepamos escuchar la realidad en la que vivimos, cada persona que encontramos, especialmente aquella que es pobre, necesitada, en dificultad. María, mujer de la decisión, ilumina nuestra mente y nuestro corazón, para que sepamos obedecer a la Palabra de tu Hijo Jesús, sin titubeos; dónanos el coraje de la decisión, de no dejarnos arrastrar para que otros orienten nuestra vida. María, mujer de la acción, haz que nuestras manos y nuestros pies se muevan “sin demora” hacia los otros, para llevar la caridad y el amor de tu Hijo Jesús, para llevar, como tú, en el mundo la luz del Evangelio. Amén”
María, mujer de la escucha, abre nuestros oídos; haz que sepamos escuchar la Palabra de tu Hijo Jesús entre las mil palabras de este mundo; haz que sepamos escuchar la realidad en la que vivimos, cada persona que encontramos, especialmente aquella que es pobre, necesitada, en dificultad.
María, mujer de la decisión, ilumina nuestra mente y nuestro corazón, para que sepamos obedecer a la Palabra de tu Hijo Jesús, sin titubeos; dónanos el coraje de la decisión, de no dejarnos arrastrar para que otros orienten nuestra vida.
María, mujer de la acción, haz que nuestras manos y nuestros pies se muevan “sin demora” hacia los otros, para llevar la caridad y el amor de tu Hijo Jesús, para llevar, como tú, en el mundo la luz del Evangelio. Amén”
Padre Javier Soteras
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