Padre Eterno, te alabo, te bendigo, te glorifico, te doy gracias por este nuevo día que amanece en toda mi patria en mi Argentina. Te agradezco por poder ver y oír esta mañana. Vos haces tanto por mí y continúas bendiciéndome cada día. Perdóname por todo lo que he dicho, hecho o pensado que no era agradable para vos. Por favor, manteneme seguro, alejado de todo peligro. Ayúdame a comenzar este día con una nueva actitud y gratitud, dejame hacer lo mejor de cada día para aclarar mi mente y así poder oírte. Por favor, expandí mi mente para que pueda aceptar todos tus designios, no permitas que me lamente de las cosas sobre las que no tengo ningún control. Permíteme continuar viendo el pecado a través de tus ojos, Señor, y que pueda reconocer el mal. Continúa bendiciéndome para que pueda bendecir a otras personas. Manteneme fuerte para que pueda ayudar al débil, manteneme con el ánimo levantado para que pueda tener palabras de aliento para otros.
Ruego por los que se pierden y no pueden encontrar su camino, ruego por los que no te conocen íntimamente, ruego por los que no creen pero te agradezco porque yo creo, creo que vos cambias a la gente y cambias las cosas y por eso en el nombre de Jesús y por la poderosa intersección del Corazón Inmaculado de María Reina, te pido que derrames sobre nosotros el Espíritu Santo sobre cada uno de los oyentes, su familia, sobre mí, que nos des aliento de vida, que nos des disposición a la palabra viva, que nos des paz, armonía, alegría. Ven Espíritu santo, ven Espíritu de Dios, ven Rua Santa a hacernos gustar y descubrir el testimonio de Don Bosco en nuestra patria, con ocasión de esta visita de sus reliquias, ven a hacernos descubrir el testimonio y también el mensaje que Ceferino tiene para darnos a nosotros, en nuestra patria, fragmentada, dividida por momentos enfrentada, ven Espíritu Santo, ven a través de la poderosa intersección del Corazón inmaculado de María. Amen
Siguiendo con los testimonios que me llegan en este año sacerdotal, tomo especialmente en este día en que hablaremos de San Juan Bosco, el que me mandó Julia Brizuela Viuda de Garzón que justamente ella me habla de un padre salesiano, me dice “Quiero contarle que tengo 5 hijos y siempre, desde que estuvieron en mi vientre se los ofrecí a María. Con mi marido siempre trabajamos desde jóvenes en un humilde barrio de nuestra provincia, aquí en San Miguel de Tucumán con el padre José Carrone salesiano, sacerdote de Don Bosco que fue la presencia viva de Don Bosco entre nosotros, con un don sobrenatural. Mi esposo estaba en un tiempo de discernimiento, a punto de ingresar a la comunidad salesiana, cuando aparecí yo en el grupo, en esa humilde capilla donde nos conocimos y no nos separamos por 25 años. El padre Carrone me dijo, se frustro, entre comillas, una vocación pero se han formado en otra vocación maravillosa como es una linda familia y su primer hijo varón será salesiano.
Eso dijo el padre Carrone casi como una profecía, el nos caso y compartimos mucho con él hasta su partida a la casa del Señor. Ahora mi amado esposo está con él desde hace 7 años porque fue un buen esposo, un buen padre y un buen hijo, un buen amigo, un buen hermano. Vivió bien, se fue bien y está bien. Siguiendo con esta linda historia le cuento que mi hijo mayor siendo adolescente pasando por una fuerte crisis de adolescente un año se quedó de curso y yo muy preocupada no podía conseguir asiento en ninguna escuela hasta que llegué a la puerta del colegio de Lujan y antes de entrar, ante la imagen de la Virgen le ofrecí una vez más a Ella, le dije, Madre de Lujan, si mi Ale tiene que entrar en este colegio lo pongo bajo tu amparo, cuídamelo como vos sabes. Bueno, hoy mi hijo es salesiano, esta en el último año de teología, ya ha hecho los votos perpetuos, está muy feliz y por supuesto yo y toda la familia. Doy gracias a María por él y por todos mis hijos y porque nunca me abandona. Comparto esta historia con todos ustedes porque tenemos que aprender a dejar toda nuestra vida, los momentos buenos y los que no lo son en ella, en María. Gracias Julia por este testimonio sobre el padre Carrone con su carisma Salesiano y con una fuerte presencia en su vida
Como olvidar la gran devoción Mariana que tenía San Juan Bosco al igual que su mamá Margarita por la que él llamaba auxilio de los cristianos, María Auxiliadora. Y también aprovecho dentro de este espacio que dedicamos a los testimonios sacerdotales, a compartir el que recibí esta semana por correo electrónico de Mabel Buede de Bs As que nos habla de la partida a la casa del padre de justamente el padre Agustín Luchino que falleció esta semana en La Plata a los 99 años que fue muchos años párroco de Nuestra Sra de Lourdes en calle 19 y 38 Que interesante, el sábado 15 de Agosto en una misa por los 60 años de esta parroquia que presidio el arzobispo la comunidad le había hecho un homenaje en vida al padre Luchino que fue su primer párroco y en Enero cumpliría 100 años de vida. Entonces Mabel nos dice “todo mi reconocimiento y agradecimiento al padre Agustín que desempeñó su ministerio con total entrega, dedicó su vida a formar jóvenes y adultos en el apostolado y trasmitió su amor a la Virgen por varias generaciones
Su vida transcurrió en la parroquia de Lourdes con grandes sacrificios y la colaboración de toda su parroquia . Allá por los años 60 construyó en lo que era un terreno baldío el colegio Nta Sra de Lourdes No puedo dejar de mencionar su humildad y austeridad que lo llevó a renunciar a todo tipo de bienestar personal y reconocimientos en pos de su amada parroquia. Gracias padre Agustín por haberme dado mi primera comunión gracias por su testimonio de vida, gracias por haberme impulsado al apostolado, gracias por haberme permitido ser catequista por un período de mi vida pero sobre todo gracias por haberme trasmitido a Cristo vivo y a María como Madre. No es casual que regresó a la casa del Padre justamente en el año sacerdotal. Que brille para él la luz que no tiene fin” nos dice Mabel en su testimonio. Muchas gracias. Vamos a recordar algo que es importante, los testimonios de vida son la fe y la palabra encarnada que nos muestran a Jesús vivo. De otra manera la fe no se encarna, la palabra no se encarna, no se hace vida, entonces cuando realmente la palabra se encarna hay testimonio de vida en cambio cuando la palabra no se encarna hay escapismo, hay evasión no hay compromiso, no hay frutos. Esto es muy importante
Hablando de esta peregrinación que se está haciendo en todo el mundo pero que en este momento está en nuestro país, el camino con Don Bosco, es el lema que acompaña la peregrinación de Don Bosco, padre y maestro de la juventud que comenzó el 25 de Abril en Turín en el mismo patio en que a trabajado por el bien de tantos chicos y continuará por las presencias salesianas de todo el mundo porque se conmemoran 150 años de la fundación de la congregación salesiana. Pero más allá de esta anécdota en este año sacerdotal justamente rescatar la figura de San Juan Bosco, presbítero padre y maestro de la juventud, fundador de la sociedad de San Francisco de Sales, del instituto de Hijas de María Auxiliadora y de los cooperadores salesianos. Recordá que Juan nació en Castel Novo de Asti en el año 1815, que fue educado por su mamá, Margarita en la fe y en la práctica coherente del mensaje del evangelio. Cuando solo tenía 9 años intuyó que debía dedicarse a la educación de la juventud y siendo aún muchacho comenzó a entretener a los de su edad con juegos que alternaba con la oración y la instrucción religiosa
Una vez ordenado sacerdote en 1841tomó como programa de vida el lema “dame almas que con eso me basta” Génesis 14-21 y empezó su apostolado con los jóvenes más pobres para los que fundó el oratorio que puso bajo el patrocinio de San Francisco de Sales, de ahí viene el nombre salesianos. Con su estilo de educación que hoy sería tan necesaria, y su praxis pastoral basada en la razón, en la religión y en el amor como sistema preventivo, conducía adolescentes y jóvenes a la reflexión a encontrarse con Cristo y los hermanos, a la educación en la fe y su celebración en los sacramentos y al compromiso apostólico y profesional. Uno de los frutos más hermosos de su pedagogía es Santo Domingo Savio joven de 15 años, pero también entre nosotros la beata Laura Vicuña el beato Ceferino Namuncurá, el beato Artimedes Satti el enfermero de Viedma. Fuente de su actividad incansable y de la eficacia de su acción fue la unión constante con Dios y la confianza ilimitada en María Auxiliadora a la que veía como inspiradora y apoyo de toda su obra
A sus hijos, los salesianos, les dejó como herencia una forma de vida religiosa sencilla pero solidamente cimentada en las virtudes cristianas y sintetizada en el binomio trabajo y templanza. Buscó entre sus jóvenes los mejores colaboradores de su obra y dio origen a la sociedad de San Francisco de Sales con sta María Mascharelo fundó el instituto de hijas de María Auxiliadora. En el centenario de su muerte ocurrida el 31 de Enero de 1888, Pablo II lo proclamó padre y maestro de la juventud. Evidentemente, yo por ejemplo, personalmente no tuve nunca oportunidad de ir a ningún colegio salesiano. Yo hice mi primario y secundario en colegios estatales pero debo decir que cuando fui a la universidad a Rosario en el 76 vino el golpe de estado y la facultad de derecho donde iba a estudiar comunicación social cerró, estudie licenciatura en ciencias cooperativas en la universidad católica de Santa Fe que alquilaba salones en el colegio salesiano San José. Ese fue mi primer contacto con el mundo salesiano. Después, cuando entré al seminario en mi diócesis había un obispo salesiano que luego fue quien me ordenó sacerdote y durante mis 7 años de seminario en Rosario, me enviaba libros, folletos, tarjetas de María Auxiliadora, de San Juan Bosco y el mismo, a pesar de todo, tenía un estilo muy, muy salesiano. Eso que yo he visto en aquellos salesianos más grandes, un estilo de padre, un estilo de acogida, de familia.
Después, con el tiempo, me enteré que el día de mi bautismo el 31 de Enero justamente es la fiesta de San Juan Bosco. Habría otra anécdotas en el contacto que he tenido con tan buenos comunicadores, sacerdotes que trabajan en la pastoral de la comunicación, como el padre Zequeto, el padre Rafael Mañas, me fueron dando un sello también de lo que implica el carisma salesiano. Cuando estudie en Roma pastoral de la comunicación estuve muy cerca de la universidad salesiana donde también esta la misma carrera. Pero evidentemente, muchos de ustedes al igual que yo no son ex alumnos salesianos y sin embargo la vida de este hombre, la podemos enmarcar en la iglesia universal, ya no en una congregación, en un grupo. Y por eso me gustaba de que ustedes tomen como referencia el evangelio de San Mateo cap 18-1-6 “El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí” como síntesis. Y para hablar de Don Bosco, hablamos de la sabiduría del corazón.
En este tiempo en que vemos que los niños no son acogidos ni contenidos, a veces ni siquiera en el ámbito de su familia, a veces tampoco en una sociedad que los tiene como sobrantes, con una pobreza creciente, con una marginalidad creciente, con una drogadicción y adicciones que se extienden. “El que acoge a un niño como este a mi me acoge”. Don Bosco supo ver en multitud de jóvenes y de muchachos la imagen de Dios. Hoy mientras el estado permanece impávido ante el avance de la violencia, de la drogadicción, de las adicciones de todo tipo, de los vicios de todo tipo y en otros tiempos como en la década del 50, el deporte fue gran motor que el estado utilizó para entregar valores y comunicar valores a los adolescentes, niños y jóvenes del país, hoy que el deporte está muy descalificado en los pequeños pueblitos, en las ciudades y solo se reduce a una especie de pelea para ver quién trasmite por televisión un partido de foot ball, hoy que el estado se mantiene al margen mirando para el costado, ante la degradación de niños y jóvenes, de nuestra patria.
Vemos que Don Bosco supo ver en multitud de jóvenes y de muchachos la imagen de Dios. Los supo ver como destinatarios de una bondad privilegiada de Dios, los supo contemplar como hermanos del Señor Jesús de tal manera que quedó fascinado por este misterio. Don Bosco llego a entender y conocer la bondad que se encuentra en Dios Padre. En el hombre y la mujer que está creciendo él supo ver al Señor y a este Señor consagró su vida. Muchas veces nos llama la atención a cualquier parte que vamos del país, sobre todo de Argentina pero también de otras partes del mundo, nos llama la atención su intuición y empresas humanas, talleres, colegios, oratorios, iglesias, espacios de recreo, publicaciones, libros, películas todo es cierto y está bien pero el lenguaje y los sentimientos que el Señor inculcó en su corazón son infinitamente mucho más grande y es allí, desde el corazón, donde él fue madurando su vocación de educador, sacerdote y fundador de una extensa familia, la familia salesiana
San Juan Bosco supo encender la verdadera sabiduría de Dios de la cual nos habla en tantas ocasiones la Biblia, la sabiduría de la mente que es un gran don, la sabiduría de la mente es una gran fuerza para contribuir al desarrollo de la humanidad y a la promoción social y científica de los pueblos. Pero la sabiduría del corazón viene de Dios y es un don de Dios porque solo él puede comunicar lo que es su misma vida, sabiduría de amor, efusión de amor. San Juan Bosco, el hombre de la intuición formidable y la ternura formidable cuantas veces repetía que la educación de la juventud es cosa del corazón, cuantas veces él mismo lo puso en práctica, cuantas veces lo dejó escrito, amo a los jóvenes y supo hacerse querer por ellos Hasta poder llegar a escribir “queridos jóvenes, los amo a todos de corazón y me basta que sean jóvenes para que los ame extraordinariamente les aseguro que encontrarán libros dirigidos a ustedes por personas más virtuosas y sabias que yo en mucho pero difícilmente podrán encontrar quien los ame más que yo en Jesucristo y que más desee la felicidad de ustedes” ¿Quien ha podido escribir unas palabras como estas a lo largo de la historia? ¿no podemos ver en ellas el regalo de la sabiduría del corazón que Dios concedió a la iglesia toda a través de este hombre Juan Bosco? Pero este camino no fue recorrido entre rosas sino entre rosas y espinas y en medio de las espinas, de las difíciles circunstancias de su tiempo fue un hombre de esperanza, un hombre positivo, un cristiano ejemplar. Sabemos bien que fue amenazado de muerte de que casi lo matan, de que tuvo disputas con la nobleza del momento, esas cosas son ya historia. También con su obispo que finalmente lo desautorizó y terminó pidiendo al Papa permiso. Todo eso es historia
Lo contemplamos a San Juan Bosco. Desde niño, esforzándose por conseguir el ideal de su vida ser sacerdote para los jóvenes. Lo contemplamos experimentando él mismo el trabajo manual y los sacrificios de quien tiene que abrirse paso en la vida, lo contemplamos junto a su buena madre, mamá Margarita, verdadera madre y maestra de su corazón. Lo contemplamos eligiendo para sí una situación de inseguridad en lugar de un trabajo sacerdotal reconocido, lo contemplamos aconsejando al Papa y los obispos, como amigo de todos hasta de los políticos adversos. Lo contemplamos como un hombre que procuró hacer el bien a todos y el mal a ninguno. El recordar y celebrar hoy la santidad de Don Bosco nos hace bien, a ustedes y a mí, tenemos necesidad en nuestro mundo, en nuestra Argentina de este tipo de santidad, santidad que sigue viva a través de muchos hijos e hijas de la familia salesiana que en pocos años de historia han completado una estupenda galería de santos de hoy canonizados, Sta María Mazarela, Santo Domingo Savio, los beatos Miguel Rua, Variara, Satti, Laura Vicuña, Ceferino, Magdalena Morano y otros muchos hombres y mujeres jóvenes y adolescentes que han hecho de la santidad una propuesta real y familiar.
Con su vida y testimonio han confirmado que el camino iniciado por Don Bosco es el camino del evangelio es el camino de Jesús. Por eso entonces, que hermoso que nosotros, ustedes y yo, cada uno en su puesto, cada uno en su lugar desde donde estemos, papá, mamá, familia, catequista, docente, religiosa, sacerdote, párroco nos preocupemos por decir desde este carisma que la iglesia me regala, que es el carisma que el Señor le regaló a Don Bosco y a la familia salesiana, como podemos trabajar para entregar a los niños, adolescentes y jóvenes valores de vida que se trasunten en una idea de la iglesia como familia la comunidad como familia llena de acogida, de calidez, de ternura, que se trasunte también en un encuentro vivo, personal, sencillo, simple con el Señor. Que se trasunte en aprender a usar las manos en oficios, a volver a recordar las manos como camino para trabajar la madera, el hierro, la cerámica, que se trasunte también en eso tan importante que ayuda a poner alas al alma como es la música, el canto, la literatura
Que se trasunte a través del deporte, de todos los deportes, el juego, la recreación, el teatro. Me parece maravilloso volver a encontrar esto en estos desafíos del siglo XXI en donde tantísimos niños, adolescentes y jóvenes están totalmente viciados en su imaginación, en su intelectualidad, en su psicología, en su voluntad, en su espiritualidad por un montón de circunstancias que son como muros de piedra que han frenado el desarrollo de todo lo que Dios Padre había pensado en el proyecto de cada uno .La situación de pobreza en Italia allá por 1847 cuando comienza con el oratorio de Baldoco, se parecen mucho a las nuestras hoy día en cuanto al abandono y a la marginalidad de la pobreza de los niños adolescentes y jóvenes en nuestra patria, en nuestra América. Nuestra América Latina que por ejemplo ha gastado en los últimos años treinta y siete mil millones de dólares en armamento, concretamente Venezuela, Perú y Chile han comprado esa cantidad de dinero en armamento, imagínense ustedes si eso se hubiese utilizado para viviendas, salud, educación. Treinta y siete mil millones de dólares. Que terrible.
Y se parece mucho digo, porque Don Bosco entendió que una respuesta integral para estos adolescentes y jóvenes en peligro incluía un claro anuncio de la misericordia de Dios, este Dios cuyos predilectos son los últimos. Es interesante recordar que entre los primeros escritos de Don Bosco encontramos un “Ejercicio de la Devoción a la Misericordia Divina” donde se habla de una respuesta integral al problema de los niños, adolescentes, jóvenes que estaban en pobreza, en abandono, sin casa, sin hogar, con una deficiente paternidad o maternidad o una ausencia total de paternidad o maternidad. Mucho de lo que Don Bosco realizó, yo veo también hoy concretado en lo que es la “Facenda de la Esperanza” por ejemplo como camino para ayudar s muchachos drogodependientes o la comunidad Chenacolo fundada por sor Elvira que también esta acá en Argentina. Esta espiritualidad, entonces, ira conformando el estilo de vida del oratorio. Ya desde su fase ambulante y el anuncio implícito de la fe a sus jóvenes, será por lo tanto, una presencia paternal no paternalista y contenedora, un espacio gozoso de celebración de la fe que partiendo de un simple catecismo permite el encuentro sacramental y profundo con el Divino Salvador. Esta centralidad del joven explica la negativa de Don Bosco a exponerlos en la lucha armada con los violentos, en los tiempos en que justamente era una tentación la lucha armada allá por 1848
Esto le traerá más de un sinsabor, incluso la traición, el abandono de sus colaboradores. Progresivamente se irá clarificando en él la opción por los sujetos concretos de la misión y esto es tan determinante que irá condicionando las propuestas educativas pastorales, elecciones de colaboradores, actitudes frente al estado y frente a la iglesia y por eso el primitivo oratorio de San Francisco de Sales en Baldoco fue aquel ámbito educativo familiar de vida creado por Don Juan Bosco para sus chicos que era así mismo centro de cultura religiosa y profana, de experiencia espiritual, de inmediata y práctica capacitación laboral y más tarde de verdadera formación profesional cuando Italia conseguida su unidad política, se insertaba decididamente en la civilización industrial de Europa. Al llegar el tiempo de la estabilidad, el oratorio, sin perder el dinamismo misionero, se abrirán las posibilidades reales de acoger a los jóvenes en casa y darles herramientas concretas desde el estudio y las artes y oficios que les permitan no solo escapar del peligro de la ignorancia y la pobreza, sino ser útiles a la construcción social.
El otro día escuchaba al vocero del episcopado argentino, al padre Jorge, decir que el drama de Argentina es que hay muchísimos adolescentes, jóvenes y también adultos que están en el sobrante de la humanidad porque no saben que hacer. Atención a esto, no saben que hacer, nadie les enseñó que hacer, como usar sus manos. Desde que nacieron fueron víctimas del clientelismo y el asistencialismo que nos ha hecho indignos para ellos mismos porque no tienen ni siquiera la capacidad de decir “puedo hacer esto” porque no saben como usar sus manos. Que importante en este tema de la inserción de los talleres de artes y oficios como una respuesta integral a la necesidad de los jóvenes. La centralidad del sujeto hizo que Don Bosco pensase no solo en dar techo, casa, comida, recreación, experiencia religiosa, herramientas para el trabajo, sino que con una mentalidad solamente práctica propia de las virtudes de su gente, pensó también en ayudarlos a crecer al mismo tiempo en la virtud del ahorro, de la austeridad con una mirada de fe
Por eso propondrá que los artesanos participen al mismo tiempo de la compañía de San Luís en la asociación de mutua ayuda y ambas darán paso a la conferencia Vicentina siguiendo el carisma de San Vicente de Paúl. Es muy interesante ver que las opciones espirituales de Don Bosco no son espiritualistas, no son alienantes, no son aspirina para cáncer sino que se plasma en obras concretas a favor de los jóvenes como así mismo la opción por los jóvenes refuerza ciertos caminos espirituales y cierta comprensión del evangelio. La instrucción de sus muchachos en temas concretos que les permitiesen asumir oficios con pertinencia y preparación adecuada estará presente desde el inicio en la mente y en el corazón de Don Bosco. El decía sean buenos ciudadanos, imagínense cuantos de nuestros dirigentes hoy día legisladores, gente que está en los ámbitos de desiciones han pasado, se han graduado en muchos de nuestros claustros católicos, universidades también.
¿Qué ha pasado con esta dicotomía entre la fe que supuestamente se recibió y la vida que se vive a la hora de ser un dirigente? Que interesante es ver esto. Entre los jovencitos que frecuentaban a Don Bosco se encontraban algunos tan pobres y abandonados que hubiese sido inútil toda ayuda, por más que les diesen zapatillas, la ropa, comida, si no eran acogidos, contenidos, en algún hospicio se decía en ese entonces, en alguna comunidad diríamos hoy donde arropados, alimentados fueran preparados en algún arte u oficio. Por eso entonces, el oratorio San Francisco de Sales, en él los alumnos tenían todas las tardes escuela elemental clases de música vocal e instrumental, dibujo, sistema métrico, aritmética y otros estudios adaptados a sus
oficios. A lo largo del día eran ocupados en los oficios de carpintero, zapatero, sastre, herrero, encuadernador, tipógrafo, compositor gráfico, calcógrafo como así también en las tareas de pintura, fotografía, etc. Imagínense estamos hablando del año 1847, 1850. En esta descripción se ve claramente la opción por sujetos concretos, jovencitos tan pobres y abandonados, sujetos concretos. No es una cifra de estadística, son personas concretas con rostros concretos, con nombres concretos a quienes no se los trata solo como destinatarios de una obra de beneficencia, firmando cheques sino como sujetos capaces de ser protagonistas de su propia vida que fueran preparados en algún arte u oficio. En esta frase es de destacar la composición verbal “fueran preparados” ya que indica una intervención que capacita a la persona en vista al futuro y que implica hacerse cargo de la propia vida. Llama la atención la variedad de artes u oficios implementados por San Juan Bosco.
Carpintero, zapatero, sastre, herrero etc Esto nos habla de esfuerzo por acompañar las cualidades, los carismas, los dones e inquietudes de cada muchacho por parte de una convicción de que Dios es inagotable en la riqueza creadora de cada ser humano. Me parece maravilloso esto, me parece como un gran tema a descubrir. ¿No les parece? Yo justamente, antes de que cerremos el programa hablando de esta experiencia de comunidad porque aquí no se trata solamente de una cosa técnica que el chico entraba al oratorio o entraba al instituto y entonces ya así como si fuera una especie de autómata, tenía dibujo, carpintería, no, no sino se trata más que nada de que el chico recibía una experiencia de familia, era contenido, era reconocido como persona, original, única e irrepetible, eran respetadas sus cualidades, sus dones, sus carismas y justamente, no quisiera terminar el programa sin hablar de la experiencia de comunidad en ese estilo que vivió un muchachito de nuestra tierra que era aborigen, que era Mapuche y que fue recibido en el colegio Salesiano
Es el beato Ceferino Namuncurá. Yo quiero hablar después, al final, sobre la experiencia de comunidad porque yo creo que es algo vital para nuestra iglesia, volver a descubrir, vos sacerdote, vos laico, vos religiosa la iglesia con mayúscula y subrayado como la casa grande del Padre Dios, la casa grande del corazón del Padre Dios, la casa grande donde se acoge y se recibe a los hermanos sin discriminar, sin fragmentar, sin parcializar, sin ensimismamiento, sin cerrazón, con una mentalidad y un corazón cada día más abierto. Hablando de Ceferino podemos decir que la primera comunidad que encontró y vivió fue su comunidad familiar o sea una gran familia con un sentido muy profundo de comunidad, como tienen los Mapuches, una verdadera comunidad nucleada en torno a su papá Manuel Namuncurá, gran jefe, desde muy pequeño el sentido de vivir y compartir con otro fue muy fuerte. En esa primera vivencia de comunidad Ceferino fue aprendiendo a compartir. Supo que el bien de uno es el bien de todos, que los ancianos son muy importantes porque gozan de la sabiduría que da la experiencia.
Como niño entre su gente fue creciendo en el sentido de lo comunitario, en el sentido de pertenencia y de identidad de su pueblo. Adquirió las habilidades propias para defenderse y servir a los suyos. Supo del esfuerzo por ayudar a su madre, según testimonios asumió como propios los dolores y miserias de su gente, lagrimeaba frente al sufrimiento de los otros. Imagínense, yo a diario recibo testimonios de gente que hoy por hoy lagrimea ante el televisor y lagrimea muchas veces de dolor y de impotencia ante tantas cosas que nos están pasando. Porque nos duele la carne de los otros, nos duele la carne de los propios argentinos. Nos duele el cinismo, la mentira, la hipocresía, nos duele. Por eso Ceferino tuvo un corazón capaz de compasión como aquel samaritano que bajaba por el camino. Como estudiante, en un primer momento, se encontró con la comunidad de la escuela de la armada donde llegó para estudiar. Es lo que le ha pedido a su padre don Manuel.
Es de imaginar que se encontró con una comunidad caracterizada por la disciplina propia de esa institución donde se dan órdenes y se deben cumplir. Al poco tiempo sintió que ese no era su lugar. No se conocen las razones pero lo cierto es que pide a su padre ser sacado de ese lugar, linda actitud de protagonismo y libertad interior. No se resigno y se puso en camino. Así es que llegó al colegio Pio IX de Almagro y allí estaba también Carlos Gardel allí encontró a una tercera comunidad educativa signada por el estilo de los hijos de Don Bosco. Allí donde centenares de niños pupilos acompañados permanentemente por los educadores, se buscaba crear ese clima de familia, estudio, piedad, alegría, confianza y trabajo son algunos de los valores que daban vida a esa gran comunidad educativa. Allí encontró amigos y formadores que lo fueron acompañando en su proceso de integrarse a un nuevo ambiente cultural. Allí cultivó fuertes lazos de amistad, reflejados después por sus cartas. Otra manifestación de su gusto y aptitud por la vida comunitaria fue el valorar y agradecer todo lo que los otros hacen por él, en casi todas sus cartas agradecía y manifestaba el reconocimiento por los otros. Desde esa experiencia de comunidad en Bs. As. Pasó a Viedma en tierras patagónicas donde fue recibido por una gran familia de misioneros, estudiantes, coadyutores y enfermos en el hospital. Allí compartió su ideal y realidad de enfermo con Don Satti el beato, un hombre de corazón bueno que se hizo pariente de todos los pobres.
Así me hablaron en Viedma de don Satti el enfermero de la Patagonia con su bicicleta yendo para aquí y para allá. Yo estoy hablando desde la pampa húmeda como un gringo de pampa húmeda. Todo lo que puedo ir diciendo es porque lo fui recogiendo en mis peregrinaciones y también en los viajes que me tocó hacer por el apostolado, así que uno va recibiendo de aquí y de allá testimonios de laicos, sacerdotes, religiosas que fueron hablando de muchas de estas cosas. Así como Satti con los otros hermanos Ceferino se sentía feliz. Por las tardes caminaban, charlaban, rezaban juntos dando gracias por la bondad de los hermanos. De la mano de don Juan Cagliero que fue recuérdenlo, el primero creo que recibió Don Bosco y fue de hecho el primer sacerdote que tuvo la congregación naciente y luego fue hecho obispo para ser enviado como visitador de la Patagonia. Después llegó a ser cardenal y partió al viejo mundo formando una pequeña comunidad con otros misioneros, entre ellos el padre Garrone.
Allí gozó al descubrir esa gran familia, los hijos de Don Bosco, compartió sus impresiones, acompañó y estuvo presente en todos los momentos junto a Cagliero, inclusive en la muy recordada visita al Papa se comunicó y reflexionó sobre todo lo que fue descubriendo en esa nueva realidad. Hizo partícipes a sus seres queridos, a sus compañeros y superiores de la Patagonia, de lo que él fue viviendo allí en Italia. Siempre en su proyecto de vida, estuvieron muy presentes sus hermanos y compañeros, su familia también. No hay duda que gozaba de la amistad y la comunidad. Agradecía cada una de las atenciones que los otros tenían para con él. En sus últimos días dejó entrever en sus cartas que unas de las cosas que sufrió por la enfermedad fue pasar gran parte de la jornada solo. Fue en villa Sorá donde sufrió esa situación. No se quejó y siguió apostando con esperanza para recuperar su salud para ser útil como misionero entre su gente. Sus últimos días en el hospital sabemos que si bien sufre está atento y tiene tiempo para ocuparse del otro compañero que tiene a su lado
Es decir, un corazón muy atento a los hermanos, un corazón con fuerte sentido de común unión y de fraternidad. Como nos falta hoy en la iglesia esto, un corazón con un fuerte sentido de común unión y de fraternidad, una fraternidad espontánea, simple, sencilla, sincera, cordial que vaya más allá del límite del movimientito al cual pertenezco, del grupo al cual pertenezco, de la institución a la cual pertenezco eso tan típico de la fragmentación, de la división y a veces del enfrentamiento, porque yo soy de este movimiento y vos sos de aquel otro, yo soy de esta capilla vos sos de la otra etc. Como nos falta recuperar lo que el Concilio Vaticano II marcó tanto, una iglesia familia de Dios con un sentido de común unión y participación cordial, menos estructurada, menos fosilizada, menos hierática y más cordial. Cordial con las entrañas de padre y madre que surgen del corazón de Dios. Estos son algunos de los momentos y actitudes que podemos descubrir en Ceferino cuya fiesta es el próximo 26 de Agosto
Digo en el sentido de la vida comunitaria entendiendo como comunidad la experiencia personal que cada uno hace de la iglesia con mayúscula y subrayado en el hoy y aquí que le toca vivir. Por eso hablamos de experiencia de comunidad de iglesia partiendo de la iglesia doméstica que es tu familia, tu hogar. También de lo que es tu parroquia, tu comunidad pero claro, siempre partiendo de esa experiencia fuerte de común unión y fraternidad que te abra a descubrir con una mente ampliada y un corazón dilatado lo maravilloso de los otros hermanos con sus carismas y dones presentes en la iglesia. Así es entonces con Ceferino que supo manifestar la riqueza de su raza con libertad y alegría, que supo recibir y aportar lo suyo en los lugares que Dios lo fue llevando. Por eso hoy, a pocos días de celebrar a este beato que nos regaló el Señor, Ceferino, testigo de la fe, es hermoso pedir a través de él a Jesús este deseo que se respira de un pueblo unido, de una nación unida, una nación que vive momentos de dificultades, de impotencia. Necesitamos descubrir que a pesar de todo y contra todo, cada uno en su puesto, en su lugar por la gracia, debe ser útil a los hermanos y servirlos con un corazón sincero. Me parece esto fundamental por eso con Ceferino nadie se queda en el camino
Oración final
Padre Dios, Padre de bondad y Padre de misericordia que a través de Jesús has permitido suscitar testigos como Don Bosco, como Ceferino faros de luz en el camino de nuestra vida, te pedimos que tu sangre derramada en la cruz se manifieste con poder sobre todo en aquellos que están sin camino, desorientados, que sufren grandemente los achaques de una enfermedad, los achaques de la ausencia de trabajo, los achaques terribles de la división en la familia, de los resentimientos, de los rencores. En este día queremos implorar esta mediación de este hermano nuestro Ceferino, Para que él lleve a Jesús y al Padre estas súplicas pidiendo por la unidad de nuestro pueblo, pidiendo por los chicos, adolescentes y jóvenes que necesitan urgentemente ser acogidos en una experiencia de comunidad y familia que los haga descubrir personas con un proyecto. Por eso Padre Dios, sabiendo que nunca desoís nuestras oraciones con confianza de hijos e hijas, a través del Corazón de María Reina que hoy celebramos nos entregamos con Jesús, como El y en El para recibir tu amor tierno de Padre. Amen
Padre Rubén Francisco Bellante