05/01/2017 Jesse Demara es de Yuma (Arizona, Estados Unidos) A los 9 años, en 1989, sus padres llevaron a Jesse a un congreso de jóvenes carismáticos en Los Ángeles en el cual sus vidas cambiaron totalmente. En tal congreso, Jesse sintió por primera vez el amor transformador de Jesús en su corazón y en ese momento le entregó su vida. En 1995, fundó el ministerio de música Alianza Juvenil en Yuma y llegó a cantar en la Basílica de Guadalupe en Méjico. Su primer disco como solista fue producido por los Son By Four.
Nos conectamos con Jesse Demara quien comenzó compartiendo que desde siempre ha trabajado para la comunidad Latina en la diócesis de Tucson.
La música ha sido algo muy presente en su vida. “Mi papá y sus hermanos siempre tocaron música para las reuniones familiares” contó Jesse. A medida que cada uno ha ido recibiendo la gracia de la conversión se fueron integrando a ministerios de alabanza en diferentes comunidades católicas.
“Yo nunca en mi vida me imaginé cantar. En mi familia, mi padre, era uno de los menores de los hermanos, nunca aprendió a tocar un instrumento pero canta precioso y de vez en cuando lo invitaban sus hermanos a cantar alguna canción. Yo y mis hermanas no crecimos saturados de música”, puntualizó el cantante, al tiempo que agregó que “un día con 9 añitos me puse a cantar frente a mi tía que estaban ensayando para la misa de la Virgen de Guadalupe y ella me dijo ‘No cantas tan feo’ y desde ahí empecé a desarrollar el canto”. “La música ha sido una gran parte de mi vida, de mi caminar, de mi fortaleza. La música es tan importante, es tan poderosa dentro del corazón del ser humano. Tiene un poder increíble, lo que Dios hace a través de ella. Durante mi crecimiento y de encuentro con el Señor y de mis luchas con mi familia, la música jugo una gran parte para que yo pudiera mantenerme firme y de la mano del Señor”, comentó Jesse.
Desde que nació vivió en un ambiente de iglesia, sus padres eran servidores. A él le tocó vivir y ser testigo del surgimiento de las misas en español en los Estados Unidos. “A los 9 años mis padres fueron invitados a llevar a un grupo de 50 jóvenes a una conferencia internacional en Los Ángeles. Fui porque nadie me pudo cuidar en casa” contó Jesse no quería ir a ese evento eclesial, solo deseaba quedarse en su casa a jugar y descansar.
En ese retiro en un momento de profunda oración, una voz comenzó a hablar por el micrófono y dijo “El Señor está haciendo un llamado muy especial a unos jóvenes que estan en el auditorio. Estos jóvenes estan sintiendo un ardor en el corazón y por favor pónganse de pie. Yo empecé a sentir ese ardor”. Jesse se asustó y la tercera vez que pidieron lo mismo, no resistió más y se puso de pie y dijo “Señor yo no sé quien eres, qué eres, esto me asusta, me da miedo pero en esta mañana te quiero dar mis años”. Así comienza su camino.
Entró al ministerio de música junto con sus tíos.
A los 12 años recibió la respuesta a su pregunta: “¿Cuál era esa misión de la que me hablaste?”
Sus padres ya no iban a misa y no lo acompañaban tanto. Su padre había conseguido otro trabajo que los llevó a tener una mejor situación económica pero cayó en las drogas. Allí comienza una larga y dolorosa historia para Jesse y su familia. Fue su primer gran crisis de fe, miles de preguntas y cuestionamientos llenaron su corazón. A sus 13 años perdieron todo: “Casa, carro, trabajo, todo”, comentó.
Llegaron a estar en la calle, su madre internada, su padre drogándose todos los días y sin encontrar a Dios. Hasta sus hermanas cayeron en el flagelo de las drogas.
A sus 14 años, en la capilla de adoración de su parroquia, se produce su segundo encuentro fuerte con el Señor, Jesús Eucaristía. Jesse decide huir, total “a nadie le importa” pensaba. “Yo le grite al Señor: ¿Cómo me puedes hacer esto? Si ésta es la misión que me das no la quiero. Yo quiero ser un niño normal.” le dijo aquel niño. Por horas y horas estuvo clamando “no pude pelear más y le dije, si tu me prometes que puedes sanar a mi familia yo voy a ser fiel”. El Señor le respondió “Yo voy delante de tí, yo voy a pelear por tí, voy a llevarte de la mano”.
“Muchas personas piensan que Dios es esa varita mágica que cuando yo le pido él me tiene que dar todo lo que le pido inmediatemente o yo ya pierdo la fe. Ese tiempo fue el mejor y no lo cambio por nada. Cuando yo volví a la casa todo estaba igual, perdimos la casa. No solo mi papá cayó en la droga sino también mis hermanas. Fueron 8 años hasta que yo pude ver al sanación en mi familia. A los 22 años”, compartió Jesse.
Rosa fiel no fue escrita por Jesse sino por un integrante de Son By Four. Ellos han caminado muy de cerca junto a la familia Demara. Jesse quería un canto a María en su disco porque el sabía que “sin la fuerza y la intercesión de María” él no hubiera podido. Su abuela lo marcó son su amor y devoción a la Virgen. Siempre le decía “llevemos a María ésta necesidad, a la familia”. Jesse no quería que el disco salga sino incluía una canción a María. Después de mucho intentar escribir una canción propia pero no le salió.
María le regaló la letra del canto a Jorge Montes , a quien Jesse le había pedido ayuda porque no podía.
Mi rosa fiel es una canción que a ellos los ha ayudado y acompañado mucho.
“Yo me siento feliz, me siento realizado, Dios ha sido tan grande conmigo”, es su respuesta cuando lo invitan a dedicarse a al música secular, del mundo. “Mi corazón está contento cantándole al Señor”.
A los 11 años lo diagnosticaron con las cuerdas dañadas, le dijeron a su madre que solo le daban solo 10 años para seguir cantando. Tiene 36 años y sigue cantando “El Señor, hasta que Él decida yo le seguiré cantando”.
Jesse hizo una canción al Papa Francisco inspirado en el “Hagan lío” del Papa a los jóvenes argentinos en la JMJ de Rio de Janeiro.
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