Catequesis del Miércoles de la XXII Semana del Tiempo durante el año
Evangelio según San Lucas 4,38-44.
Inclinándose sobre ella, Jesús increpó a la fiebre y esta desapareció. En seguida, ella se levantó y se puso a servirlos.
Al atardecer, todos los que tenían enfermos afectados de diversas dolencias se los llevaron, y él, imponiendo las manos sobre cada uno de ellos, los curaba.
De muchos salían demonios, gritando: "¡Tú eres el Hijo de Dios!". Pero él los increpaba y no los dejaba hablar, porque ellos sabían que era el Mesías.
Cuando amaneció, Jesús salió y se fue a un lugar desierto. La multitud comenzó a buscarlo y, cuando lo encontraron, querían retenerlo para que no se alejara de ellos.
Pero él les dijo: "También a las otras ciudades debo anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios, porque para eso he sido enviado".
“Todos los que tenían enfermos afectados de diversas dolencias se los llevan”.
Este acercar a Jesús las diversas dolencias, son las de este tiempo y las del tiempo que paso y no supimos darnos respuesta ante la enfermedad y el dolor, ese huésped inevitable de la humanidad que llega sin hacerse anunciar, entrando en nuestras vidas sin pedir permiso, alojándose en casa y haciéndose compañeros forzosos del mismo viaje[ 1]
Sabiendo que al sufrimiento lo vencemos o nos vence nos acercamos a Jesús con nuestras dolencias con la esperanza de vencer con Él donde no hay sentido para el sufrir. Distinguimos entre dolor que es más físico y sufrimiento que es más englobante. El sufrimiento cuando a Jesús lo acercamos y es bien trabajado ayuda a encontrarnos con nosotros mismos y a potenciar cada dimensión de la persona.
El cuerpo es manifestación de la persona, de ahí que las primeras apreciaciones respecto de al salud, se refieren a los aspectos externos, a la apariencia…Por eso se dice:”tienes buena cara” o “tienes buen aspecto”, “se te ve bien”. La cultura de hoy hace del cuerpo un culto, sin embargo, el cuerpo no es algo que se tiene, sino que se es. Es para el encuentro desde una saludable relación, no para una cosificación o manipulación.
Vivimos una sociedad hecha para los sanos y por lo sanos, que acentúa la competitividad, agresividad, poder e imagen. Sin embargo no todos los enfermos son o se sienten inútiles, ni el echo de estar sano vacuna contra la inutilidad. La utilidad no se agota en hacer un trabajo, sino en desempeñar bien nuestra misión en la vida.
c) Criterio relacional
Es sano el que se relaciona bien con el mismo y con los otros; también con el amor, la libertad, la enfermedad, la muerte, el sufrimiento…con Dios. Hoy somos muy sensible a esas dos dimensiones de la salud: la sicológica y la social.
Shock o aturdimiento
Negar : no me pasa nada
Rebelarnos ¿por que me pasa a mí?
Buscar negociar con Dios. ¿Si me cura?
Tristeza
Resignación
Aceptación
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