Hacia un nuevo concepto del desarrollo

lunes, 14 de septiembre de 2009
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La participación ciudadana en la búsqueda de soluciones al deterioro ambiental se produce en dos niveles, como individuo y como integrante de la sociedad, como ciudadano. Hoy veremos el aspecto ciudadano. La cuestión del desarrollo es responsabilidad de todos, pero ¿qué desarrollo se necesita hoy para evitar el deterioro ambiental y promover la búsqueda del Bien Común?.

La pregunta es: ¿es posible la continuidad del desarrollo frente al deterioro ambiental? La polarización del debate sobre la cuestión ambiental propone la siguiente falacia: desarrollo o ambiente, como si el uno excluyera al otro. Sin embargo nuevos criterios de desarrollo son posibles.

En el programa de hoy proponemos el concepto de desarrollo integral y sostenible que se centra en la persona humana, la familia y la comunidad: el desarrollo integral y sostenible. Este concepto de desarrollo se apoya en la Doctrina Social de la Iglesia y encuentra un aliento renovado en la reciente encíclica de Benedicto XVI.

El nuevo concepto de desarrollo tiene necesariamente tres ejes: el social, el ambiental y el económico y ninguno es independiente del otro. Existen interacciones y conflictos cuyo análisis y resolución definirá las trayectorias para el desarrollo.

Desde la década de los ochenta se plantea la alternativa del denominado desarrollo sostenible, o sea que se utilicen los recursos de manera tal que las futuras generaciones puedan continuar con el acceso a los recursos, a los servicios ambientales y al ambiente sano en la misma medida que las generaciones presentes.

La DSI propone en el parrafo 468 declara:

La responsabilidad de salvaguardar el medio ambiente, patrimonio común de género humano, se extiende no sólo a las exigencias del presente, sino también a las del futuro.´Herederos de generaciones pasadas y beneficiándonos del trabajo de nuestros contemporáneos, estamos obligados para con todos y no podemos desinteresarnos de los que vendrán a aumentar todavía más el círculo de la familia humana. La solidaridad universal que es un hecho y un beneficio para todos, es también un deber.´

Desarrollo significa hacer actualmente disponible o utilizable algo previamente existente en forma potencial
Sustentable o sostenible significa tanto proveer a uno el alimento necesario  como  conservar una cosa en su  ser o estado

O sea que es una aparente contradicción. Veamos como se conjuga en la práctica esta contradicción.

El actual modelo de desarrollo se basa exclusivamente en el eje económico y lo demás surgirá sólo, por carácter transitivo y ´derrame´. La sociedad está en función del crecimiento económico/aumento de la riqueza, y no como beneficiaria del tal desarrollo. No prácticamente hay control ni medición de lo que ocurre con la sociedad y menos con el ambiente.

Es necesario lograr un desarrollo que aquí llamaremos integral en función de la DSI y la encíclica In Cartas Veritate.

En realidad lo que esto implica en concreto es que ninguna actividad es independiente de las otras y que a partir de ahora es necesario pensar las acciones de forma integrada considerando lo social, lo ambiental y lo económico en una sinergía, de allí el término integral, mediante la cual se buscan equilibrios entre los sectores contrapuestos para encontrar un punto de equilibrio que permita la continuidad de los sistemas naturales y sociales.

Los ejes del desarrollo son:

El eje social:

El Concepto Social de sostenibilidad se debe centrar en la persona, la familia y la comunidad y busca mantener la resiliencia de los sistemas sociales y culturales y su capacidad de soportar choques o impactos (shocks). Una equidad mayor y la reducción de conflictos destructivos resultan aspectos trascendentes en la aproximación social a la sustentabilidad. La conservación de la diversidad cultural y el capital étnico-cultural-religioso a través de las diferentes comunidades y el mejor uso del conocimiento de las prácticas de sustentabilidad de las culturas del mundo, particularmente de las menos dominantes, es deseable (p.e. valoración y análisis medicinas ancestrales). La sociedad moderna debe auspiciar la participación, el pluralismo y el conocimiento implícito en las raíces culturales de los pueblos en marcos de decisión  más efectivos, para un mejor alcanzar su desarrollo sustentable.
 La familia, como núcleo básico social, debe tener una consideración especial ya que en ella se elaboran muchos de los criterios esenciales como la equidad, la solidaridad, la responsabilidad.
Otro aspecto fundamental es el eje de la governanza con sistemas inclusivos y participativos para los integrantes de la sociedad y sus representantes en los diversos niveles de gobierno y de toma de decisión
Finalmente se requiere una sinergia entre la acción del Estado y la acción del sector productivo/privado. Uno no puede dominar sobre el otro. Están llamados a colaborar, en sus responsabilidades claramente diferenciadas, en la toma de decisiones basadas en el conocimiento integral y no fraccionado.

El eje ambiental

El Concepto Ambiental del desarrollo sustentable está enfocado en la resiliencia de los sistemas biológicos y físicos. Para lograr una información completa y clara de este punto de vista, basta informarse del valor de los ecosistemas naturales y manejados por el hombre (p.e agricultura, forestación) en el anuario del World Resources Institute, correspondiente al período 2000-2001. De importancia particular es la viabilidad de los subsistemas que resultan críticos para la estabilidad del ecosistema total. Además, los sistemas y hábitats “naturales” deben ser interpretados de una manera amplia, para incluir los ambientes construidos por el hombre, como los asentamientos humanos y los eco-agrosistemas.
El énfasis está en la conservación de la resiliencia y la capacidad dinámica de tales sistemas, para adaptarse a los cambios ambientales globales (p.e. calentamiento terrestre) y a  las presiones del consumo, y no necesariamente a la conservación de un estado estático ideal, de tales sistemas. La degradación de los recursos, la contaminación, la pérdida de la diversidad biológica, el incremento de la radiación ultravioleta que llega al suelo, la desertificación, y la escasez o el exceso de agua, reducen la resiliencia de los sistemas.

El eje Económico

El Concepto Económico del flujo óptimo de ingreso  podría ser generado mientras se mantenga, por lo menos el stock de recursos (o capital, incluido el capital ambiental) que produce esos beneficios. Esto implica plantear actividades productivas no en el marco de una visión cortoplacista donde lo único que importa es el máximo lucro inmediato, sin proyección a futuro, sino la necesidad de sostener la actividad de manera tal que permita mantener el lucro en el tiempo, preservando el capital inicial. Así se generará y garantizará una mayor y más equitativa acumulación neta de riqueza en el mediano y largo plazo, a la par que se preservará el recurso. Dicho en otras palabras la aproximación al crecimiento del eje económico pasará a ser el mediano a largo plazo. En los casos en que se deban utilizar recursos escasos, se recurre a medidas de optimización y eficiencia económica, diseñados específicamente para cada situación. En este contexto deberá tomarse en consideración la necesidad de identificar correctamente las clases de capital (p.e. industrial, natural o humano) que debe ser mantenido, pudiendo ser sustituido,  particularmente cuando se trate de recursos ecológicos.  También deberán tenerse en cuenta la totalidad de los costos reales de la producción en la determiación de los precios, incluyendo externalidades tales como los impactos ambientales para poder  prevenir o remediar las consecuencias negativas de dichas actividades.
Las cuestiones de incertidumbre, irreversibilidad y colapso catastrófico imponen dificultades adicionales (de aquí la importancia de los escenarios y de los modelos con los que se proyecten las condiciones a venir)
Estos tres ejes ponen en evidencia la necesidad de un cambio fundamental en la aproximación al desarrollo así como de las  responsabilidades sectoriales. Las responsabilidades sectoriales de la comunidad, el estado y los sectores productivos ya no son independientes sino que deben trabajar de manera conjunta, fomentado el diálogo, el intercambio, pero sobretodo basándose en el conocimiento que debe ser propio, ya que las opciones serán múltiples y no existen soluciones llave en mano.

Existen ‘insumos’  fundamentales necesarios para el adecuado funcionamiento de cualquier esquema de desarrollo integral y sostenible. Esto son:

Educación
Conocimiento
Justicia
Salud

Democracia
Diálogo
Solidaridad
Equidad

El desarrollo integral y sostenible implica que este debe ser una política de estado.

Cada sector deberá asumir sus responsabilidades para con el resto del sistema. El Estado debe garantizar la estabilidad mediante su función como regulador y árbitro, garantizando el funcionamiento y la libertad de la Justicia así como el funcionamiento del sistema educativo en todos los niveles, de lo sistemas de seguimiento/monitoreo de los sistemas ambientales, geofísicos y socio-económicos y el fomento del sistema científico-tecnológico, puesto a disposición de la sociedad, así como para la gestión y la producción. Además de reglamentar la relaciones ambiente-sociedad-producción de manera clara y concreta debe cumplir con la sumamente importante misión de hacer respetar las reglamentaciones y pactos acordados entre sectores, en particular dado que los márgenes de acción serán cada vez más acotados cuanto más se posterguen las acciones para establecer el nuevo paradigma de desarrollo. A su vez, el sector productivo industrial y agropecuario deberá asumir su fundamental responsabilidad como generador de trabajo, bienes y servicios, dentro de un marco de responsabilidad social y ambiental, promoviendo y respetando las reglas del juego definidas en el libre juego del diálogo y la democracia, cuya garantía de cumplimiento es el Estado y de seguimiento la sociedad, asociándose con y/o adoptando las investigaciones y los resultados de las actividades del sistema científico-tecnológico y académico. A su vez, la comunidad tiene el deber de informarse adecuadamente para poder opinar, solicitar y elegir entre todas las trayectorias viables para alcanzar la meta del desarrollo sostenible. De esta forma la sociedad podrá ejercer el control del funcionamiento del modelo de desarrollo y sobre su bienestar presente y futuro, en un marco de equidad y solidaridad.

Sectores muy específicos, como la justicia, la educación, los investigadores científicos y tecnológicos y los medios de difusión tienen una particular y grave responsabilidad en este marco, dado que ellos proveen las bases sobre las que se construye el esquema de desarrollo integral y sostenible. Los denominados tomadores de decisión, dirigentes representativos de los tres ejes deberán trabajar mancomunadamente en base a la información disponible para armonizar las decisiones que se adopten para garantizar la continuidad del desarrollo. Va de suyo que existen y existirán tensiones y diferencias en la implementación y mantenimiento pero la consolidación de la democracia y del diálogo, de la educación y la información objetiva (tanto a partir de los sistemas de información, como de la divulgación de las problemáticas en los medios de difusión), la equidad y la solidaridad, con un sistema judicial consolidado, que cuente con un adecuado asesoramiento científico-tecnológico, para zanjar en  las diferencias, permitirá la consolidación y progreso del nuevo modelo de desarrollo. El funcionamiento de este nuevo esquema implica su implementación en escala municipal, provincial y nacional, coordinadas efectivamente entre sí. Sería también conveniente coordinar y compatibilizar los modelos de desarrollo a nivel regional, por ejemplo en el MERCOSUR, ya que las decisiones ambientales de un país pueden afectar de manera severa a otro, sin ir más lejos en el complejo sistema ambiental y social de la Cuenca del Plata o la Cuenca del Amazonas.


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