30/05/2017 – El Padre Mateo Bautista, máster en Pastoral de la Salud y Licenciado en Teología Moral y Espiritual, continúa desarrollando el tema del duelo en el programa “Hoy puede ser”. En esta oportunidad, tomó el Evangelio de Marcos 5, 25-34 para iluminar el tema.
“La hemorroísa tiene mucho para enseñarnos a cerca del duelo. Es una mujer símbolo. No conocemos su nombre, como tampoco el de muchos enfermos en la Biblia. Esto es porque representa a muchos que se encuentran en esta situación. En realidad, somos todos nosotros”, dijo el especialista.
Luego desarrolló una “ficha clínica” del personaje evangélico teniendo en cuenta las seis dimensiones de la persona que son afectadas por el duelo. A nivel corporal, estaba en peligro de muerte por su hemorragia crónica, que le provocaba una anemia muy grande. A nivel emocional, estaba deprimida, tenía una tristeza profunda. A nivel mental, estaba agotada, totalmente desgastada. A nivel social, la mujer se veía impura, rechazada. “En Israel una mujer con hemorragia era estaba considerada impura. Si tocaba a una persona,la contaminaba. No podía entrar al templo, tenía que estar aislada”, aclaró el Padre. Desde el punto de vista valórico y ético, tenía muy poca autoestima, ella no se veía con buenos ojos. Finalmente, a nivel espiritual no tenía una imagen positiva de Dios. Sin embargo; en el fondo, la esperanza del amor de Dios estaba presente porque tomó la iniciativa, salió al encuentro de Jesús, se hizo lugar entre la multitud a codazo limpio para tocarlo. “Como la hemorroísa, todos somos protagonistas de nuestra salud. Elaborar bien los duelos es prevenir muchas patologías, es buscar calidad de vida”, explicó el sacerdote.
“La hemorroísa no se quedó en el duelo sino haciendo el duelo. El duelo es la actividad y la actitud de una persona ante el sufrimiento. Es lo que hago y lo que soy con el sufrimiento”, definió el Padre Mateo. En este punto diferenció el duelo, del dolor y el sufrimiento. “El dolor se da en la dimensión corporal de la persona y el sufrimiento en las dimensiones emocional y mental”.
Por otra parte, el Padre expuso las causas que llevan al sufrimiento y desembocan en el duelo:
* Las pérdidas
* La omisión (de lo que no se pudo tener o ser o amar, o hacer)
* Las frustraciones
* El alejamiento o la separación parcial de personas queridas
* Los cambios, las crisis
* La muerte
Para cerrar el encuentro, el Padre hizo referencia a quienes se sienten resentidos con Dios porque piensan que Dios envía el sufrimiento. “La enfermedad no es un castigo de Dios, podrá ser una consecuencia de nuestros actos. Si no trabajamos bien esto, se convierte en un sufrimiento añadido al sufrimiento, es decir que agrego sufrimiento innecesario. Dios no es rival en nuestro sufrimiento, Él sabe de que se trata porque lo pasó. Siempre en nuestras heridas, Dios a nuestro lado”, finalizó.
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