09/08/2017 – Se trata de un espacio sobre Jardinería que se emite en el programa “Hoy puede ser” y está a cargo de Delia Caminotti, reconocida y prestigiosa paisajista y rosicultora, fundadora de la Escuela de Jardinería.
“Mi madre siempre estaba trabajando en el jardín . Viví eso desde niña y desde entonces me gustaron las plantas. De grande, la carrera, la profesión, la docencia y mis cinco hijos no me dejaban mucho tiempo, aunque siempre cuidaba mi jardín”, relató Delia.
En ese entonces, era profesora en Letras, en la Universidad Nacional de Córdoba. Pero a principios de la década del 70, no pudo seguir dando clases debido al contexto político del momento. “Dije: ¿y ahora qué hago? Y empecé a estudiar Jardinería, a conocer académicamente cada planta, a ver científicamente como se las clasificaba. Así fundé la escuela de jardinería, en el año 90. Pero cuando me reincorporé a la Universidad, no sabía si hablar del clavel en la facultad o de García Márquez en la jardinería”.
Finalmente se dedicó a la jardinería, comenzó a tomar clases de paisajismo y se especializó en rosicultura.
“Todos hablamos de la naturaleza como madre sabia pero; en realidad, son pocos los que pasan frente a un árbol y se paran a mirarlo, son pocos los que ven que esa naturaleza tiene vida y nos da vida”, comentó Delia.
Al plantar una planta, la especialista recomendó ver qué hay detrás: “Tenemos que tratar de entender cómo crece, cuál es su estrategia para vivir, cómo sufre y cómo se alegra. Éste es el hondo potencial de significación que debe tener una planta para los que nos acercamos a ella”.
Por otra parte, Delia sugirió a los oyentes leer la Encíclica Laudato Si: “Es un manual de cómo debemos comportarnos frente a la naturaleza. Es posible establecer una relación de solidaridad con el hombre a partir de la naturaleza”.
Para cerrar su primera intervención en este micro, Delia dijo que para hacer un jardín es importante tener en cuenta los cambios de las estaciones y pensar a dónde va a ir esa planta: “Hay que hacer un gráfico tipo diseño y ser fieles a lugar donde se vive. Colocar grandes manchas de colores, poner varias plantas juntas porque entre ellas se acompañan en el crecimiento de raíces y con la humedad”.
Y un último consejo: “No es posible tener el jardín siempre verde y perfecto. Eso sería como negar nuestra vejez, nuestro envejecimiento. La naturaleza es espontánea, la belleza está en el proceso de la planta, no en la floración”.
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