Perdonar y pedir perdón setenta veces siete

lunes, 18 de septiembre de 2017
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Vero y Padre Mateo

18/09/2017 – Continuamos aprendiendo, junto al Padre Mateo Bautista, sobre el duelo y el perdón. Anteriormente, el Padre repasó las actitudes de quien recibe la ofensa como la persona que debe tomar la iniciativa a la hora de perdonar. En esta oportunidad, se dedicó a explicar las tareas que debe realizar quien provoca la ofensa; es decir, el ofensor.

“Al igual que el ofendido, el ofensor debe hacer un proceso de duelo, debe recorrer un camino para curar su mundo interior”, comentó el sacerdote al principio de la charla.

A continuación, presentó un “Decálogo de Tareas”, que debe realizar la persona que comente la afrenta, a saber:

1- Reconocer explícitamente el daño ocasionado.

2- Propiciar un acercamiento profundo y sincero con el ofendido. como señal de buena voluntad.

3- Pedir perdón explícitamente al ofendido.

4- Permitir que la persona afrentada pueda expresar sus sentimientos heridos de forma previa.

5- Sentir de verdad el sufrimiento del ofendido y, si lo puede reflejar en ese diálogo, mucho mejor.

6 -Ser consciente que se ha ocasionado un daño considerable al otro viciando una relación.

7- Analizar la propia conducta con honestidad, realizar un examen introspectivo.

8- Elaborar un plan de acción para que la afrenta no se vuelva a repetir. No bastan buenas intensiones, hay que definir los pasos concretos y realistas a futuro.

9- Ser humildes en todo este recorrido, pedir la ayuda necesaria para dar todos estos pasos.

10- Restituir el daño ocasionado, para cerrar sensatamente este proceso.

“Es importante aclarar que toda ofensa a un hermano es una ofensa a Dios. Pedir sinceramente perdón a Dios por haber ofendido al hermano ayuda muchísimo para el seguimiento de este decálogo”, agregó el especialista.

“Si no hay perdón, no hay futuro en una comunidad, en los vínculos, o en una relación. Por eso, el Señor nos pide que perdonemos setenta veces siete; porque no sólo piensa en el ofensor, sino también en el ofendido ya que ambos deben hacer un proceso interior”.

Suele suceder que estemos por años dando vueltas con una bronca sin perdonar. Al respecto, el Padre expresó: “El perdón siempre es una Gracia que tenemos que pedir, es algo que nos favorece siempre. No se trata de que el otro se lo merezca o no, si no de hacernos un bien a nosotros mismos. Al perdonar nos sanamos, nos liberamos, crecemos interiormente”.

¿Y qué se puede hacer frente a un ofensor reincidente? “Como primera medida, brindar un perdón generoso, además de ser ofendidos. tenemos que poner un plus. Si continúa, hay que tomar una decisión: si el ofensor no quiere cambiar de actitud, probablemente tendrá que cortar con esa relación. Pero el ofendido siempre debe liberar el perdón. No habrá reconciliación, pero sí perdón del corazón”, dijo el Padre.

“Vamos a orar por nosotros cuando somos ofensores. Pedirle al Señor que nos de la humildad y que podamos reconocer que hemos pecado y ofendido, y que podamos recorrer estos 10 pasos con la ayuda del Espíritu Santo”, finalizó.