“La conversión viene del encuentro con Jesús” – Padre Claudio Castricone

martes, 8 de mayo de 2018
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08/05/2018 – “No soy creyente, soy discípulo con otros”, dijo el Padre Claudio Castricone, de la Parroquia Nuestra Señora de Fátima de Villa Manuelita, Rosario, al referirse a uno de los objetivos del Kerigma e hizo un repaso de los mismos.

 

Los objetivos del kerigma:

 

  • Adhesión a Jesucristo como Salvador: No solo a la persona de Jesús, sino a todo su proyecto. Y recordó la última exhortación apostólica Gaudete et Exsultate (Alégrense y regocíjense), del Papa Francisco, sobre el llamado a la santidad en el mundo actual, donde en el número 25 dice:

“Como no puedes entender a Cristo sin el reino que él vino a traer, tu propia misión es inseparable de la construcción de ese reino, es decir, continúa meditando el Padre Claudio, “cuando acogemos a Jesús, tenemos que adherir también la propuesta que Él nos hizo”.

  • Conversión: “No se entiende la conversión sin un encuentro primero con Jesús”, indica el Padre Claudio. “No se entiende que Zaqueo quiera dar la mitad de los bienes a los pobres, si antes no se encotnró con Jesús, porque si se lo decías antes te decía no, lo que yo quiero es dinero. La conversión es una consecuencia, explica.

 

  • El reconocimiento de Jesús como Señor: Reconocerlo como Señor de mi vida. Nosotros tenemos que estar a los pies de Jesús. Ponerlo a Él como centro de todo, dejo de ser yo el centro.

 

  • La efusión del Espíritu: El anuncio del kerigma, expresa el Padre Claudio, después de reconocer a Jesús como Señor, tiene que desembocar en recibir el Espíritu Santo. Esa promesa que Jesús sube al cielo para desde allí derramarnos el Espíritu Santo. No se demora en enviarlo. A los diez días de subir al cielo, Él envía el Espíritu Santo.

 

  • Integración a la comunidad: La persona que recibe el anuncio, no puede quedar solo, tiene que integrarse a la comunidad. En Hechos de los Apóstoles dice: “Todos se reunían asiduamente para escuchar la enseñanza de los apóstoles y participar en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones”, reflexiona el Padre Claudio. Y confirmó que “Yo no soy creyente, soy discípulo”, de ahí la importancia de no vivir la fe aisladamente, hay que integrarse a una comunidad”, expreso el Padre Claudio Castricone, de Villa Manuelita de Rosario.

Finalmente, el Padre Claudio, habló de la primacía de la gracia, diciendo que “Antes de que yo le lleve la Palabra a alguien, Dios ya tocó su corazón”.