08/05/2018 Ofrecemos a nuestra Madre, la Virgen, esta sencilla oración
Madre,
en primavera te llevé siempre promesas y en otoño te traje desengaños;
pero tuve para tu altar siempre un recuerdo cual corresponde a un hijo.
Me he vuelto espectador de mi existencia y ahora muchas cosas se me impiden,
pero puedo repetirte avemarías mientras cumplo los últimos encargos
y doy remate a los proyectos que sobre mí se han hecho.
Pero si aún me conceden otro Adviento, haré en mi corazón un nacimiento;
y si una Cuaresma aún se me concede, no habré de protestar ante la cruz inevitable;
y si la Pascua nueva se me otorgara, será un timbre florido el año entero.
En todo caso, mi Señora,
en primavera y en otoño traeré flores
y avemarías ensartadas en mi viejo rosario.
Del libro “Bienaventuranzas del atardecer” – Ediciones Paulinas
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