Allá lejos, en sus inicios como psicoanalista, Freud recibió a una paciente que, por razones de secreto profesional llamó Dora, quien le había contado sus múltiples desventuras afectivas, culpas, deseos y conflictos y entonces le hizo una pregunta, la que sería la piedra fundamental del psicoanálisis: “Y Ud…¿qué tiene que ver con esto de lo que se queja?” Así Freud produce una revolución sin precedentes en la subjetividad humana.
Justamente la lic Adriana Guaraieb quien nos acompaña todos los viernes con el ciclo “Darse cuenta”, habló sobre los efectos negativos de la queja.
Adriana señaló que todos en algún momento nos quejamos por alguna circunstancia; pero vivir sistemáticamente quejándose es una señal de alarma. “Si la queja ocupa el lugar de la solución del conflicto, la persona se queda instalada en la posición de víctima y eso no resuelve nada.”
Generalmente las personas que se quejan continuamente tienen incapacidad de controlarlo, por lo general, con consecuencias negativas. “La gente escucha al quejoso en un primer momento amablemente, pero después quiere huir de esa situación porque se trona asfixiante”.
En los vínculos personales la queja tiene mucho que ver la idealización. “Yo deseaba que me resolviera el problema, yo quería que cambiara por mí”. Adriana dijo que hay un momento para la idealización y hay otro momento para aceptar a la persona como es. Esto sucede porque la persona “real” no me gusta.
La insistencia en la queja es una forma de condicionarnos negativamente, que genera rechazo en los demás y termina por deteriorar nuestras relaciones familiares, de pareja o laborales. Es una condición de dependencia y por tanto de inmadurez y de pasividad frente a los problemas. En un polo esta el deseo, mientras que la queja es una exigencia.
La lic. Guraieb formuló al aire de Radio María una serie de preguntas para que podamos descubrir cuán quejoso somos:
¿Las relaciones sociales y las relaciones afectivas te duran poco?
¿Te han dicho que sos muy dramático/a?
¿Considerás que la vida es más negativa que positiva?
¿Te quejás por algo todos los días?
¿Sos intolerante?
¿Escuchás que dicen de vos que sos exagerado/a?
¿Tenés tendencia a la hipercrítica del resto de las personas?
¿La culpa de lo que te pasa siempre la tiene la otra persona?
¿Sos difícil de conformar?
¿Sos más exigente con los demás y más permisivo con vos mismo?
¿Qué sucede si las respuestas fueron la mayoría “Sí”?. Te invitamos a escuchar la entrevista completa para descubrirlo…