Dios no se deja ganar en generosidad

martes, 29 de mayo de 2018
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29/05/2018 – Hoy Jesús en Evangelio de San Marcos, en continuidad con el Evangelio de ayer, invita a dejarlo todo; A raíz de la pregunta que Pedro le hace “¿Qué vamos a recibir nosotros que hemos dejado todo para ir detrás tuyo”. A lo que Jesús responde “el ciento por uno”.

El que se decide ir detrás de Jesús tiene que tener la certeza de que Dios no se deja de ganar en generosidad y por lo tanto dejar todo es encontrarse con más. Jesús te invita a creer en su bondad, en su generosidad y en la gratitud de Su amor.

 

 

Catequesis en un minuto

Pedro le dijo a Jesús: “Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido”.Jesús respondió: “Les aseguro que el que haya dejado casa, hermanos y hermanas, madre y padre, hijos o campos por mí y por la Buena Noticia,desde ahora, en este mundo, recibirá el ciento por uno en casas, hermanos y hermanas, madres, hijos y, campos, en medio de las persecuciones; y en el mundo futuro recibirá la Vida eterna. Muchos de los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros”.

San Marcos 10,28-31

 

Gratuidad y servicio

En el evangelio de hoy, Jesús explica mejor cómo debe ser esta vida de gratuidad y de servicio de los que abandonan todo por Jesús y por el Evangelio (Mc 10,28-31).

Pedro observa: “Ya lo ves, nosotros hemos dejado todo y te seguimos”. Es como si dijera: “Hicimos lo que el Señor pidió al joven rico. Lo dejamos todo y te seguimos. ¿Nos explica cómo debe ser nuestra vida?” Pedro quiere que Jesús explicite un poco más el nuevo modo de vivir con espíritu de gratuidad y de servicio. La respuesta de Jesús es bonita, profunda y simbólica: “Yo les aseguro: nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o hacienda por mí y por el Evangelio, quedará sin recibir el ciento por uno: ahora, al presente, casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y hacienda, con persecuciones; y en el mundo venidero, vida eterna”.

El tipo de vida que resulta de la entrega de todo es lo que Jesús quiere realizar:

(a) Ensancha la familia y crea comunidad, pues aumenta cien veces el número de hermanos y hermanas.

(b) Hace que los bienes se compartan, pues todos tendrán cien veces más casas y campos. La providencia divina se encarna y pasa por la organización fraterna, donde todo es de todos y no habrá más necesitados. Ellos cumplen la ley de Dios que pide “entre vosotros no haya pobres” (Dt 15,4-11). Fue lo que hicieron los primeros cristianos (He 2,42-45). Es la vivencia perfecta del servicio y de la gratuidad.

(c) No deben esperar ninguna ventaja en cambio, ni seguridad, ni promoción de nada. Por el contrario, en esta vida tendrán todo esto, pero con persecuciones. Pues los que en este mundo organizado a partir del egoísmo y de los intereses de grupos y personas, viven a partir del amor gratuito y de la entrega de sí, éstos, al igual que Jesús, serán crucificados.

(d) Serán perseguidos en este mundo, pero, en el mundo futuro tendrán la vida eterna de la que hablaba el joven rico.

 

 

Catequesis completa