02/07/2018 – Todos podemos ser gestores de la cultura del encuentro; aunque para Inés Ordoñez de Lanús, directora del Centro de Espiritualidad Santa María, las mujeres pueden ir más allá y ofrecer su propio corazón como lugar de encuentro.
“¿Por que nombramos el corazón de la mujer como lugar de encuentro?”, preguntó Inés Ordoñez en “Mujer, don y tarea”. La especialista respondió: “Nuestro cuerpo está creado y pensado para ser habitado; más allá de que seamos madres biológicas, las mujeres somos espaciosas. Bíblicamente, el corazón es el lugar de encuentro de Dios con nosotros y; en sentido figurado, el corazón de Dios es un gran útero con entrañas de misericordia. Nuestro corazón puede ser también un gran útero fecundo, puede gestar, y dar a luz. Nosotras, las mujeres podemos ser madres desde el corazón”.
Inés afirmó que “el corazón se hace lugar de encuentro cuando hay espacio”. Si estamos todo el día ocupadas, no hay espacio para una reflexión, una pregunta. “El gran desafío es desarrollar la conciencia espiritual de que el Cielo está entre nosotros. Poder descubrir esa anatomía espiritual es una tarea y hay que darse el tiempo para hacerla. Como mujeres tenemos muchos dones y esos dones son una tarea en sí mismos. Para que seamos capaces de irradiar y de recrear lugares espaciosos, donde nosotras y otros podamos crecer, necesitamos estar reconciliadas con lo nuestro, con lo que nos fue dado”.
Además, la especialista citó la Palabra de Dios en Mateo 12: 46-50 y reflexionó: “Escuchar la Palabra de Dios es también escuchar a mi hermano, estar atento a lo que me dice Dios a través de mi hermano. Cuando yo lo escucho y lo recibo se recrea un vinculo donde circula el amor y donde circula el amor, circula Dios”.
Finalmente, Inés concluyó: “Todos estamos llamados a ser fecundos, a tener un corazón habitado; lo importante es decidir cómo queremos vivir la vida”.
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