20/08/18- Los días lunes el Padre Mateo Bautista, sacerdote Camilo, Master en pastoral de la salud y Licenciado en teología moral y espiritual, nos acompaña en el ciclo: “Te cuento un cuento para sanar”.
Duelo es el estado, vivencia, actividad, actitud, proceso y resultado ante la reacción espontánea y natural que en una persona provoca el sufrimiento. Sobre la base de este concepto, abordamos esta temática a través del cuento llamado “Ivar”.
Para dialogar sobre esta temática sumamos a esta charla a Juan y Graciela, un matrimonio que hace 22 años pertenecen y coordinan “Resurrección”, un grupo de mutua ayuda en procesos de duelo.
Nacho, el hijo del matrimonio falleció en un accidente automovilístico a sus 16 años. Graciela contó que esta experiencia dolorosa les otorgó múltiples enseñanzas. “Con respecto a la elaboración de nuestro sufrimiento, después de conocer al grupo “Resurrección”, comenzamos a andar un camino de fe , de esperanza, de aprender a vivir sin la presencia física del ser querido. Fue muy difícil, pero no imposible. En el sufrimiento parece que es imposible salir, que nunca nos vamos a sanar; pero nosotros aprendimos a desapegarnos, a entregarnos en las manos misericordiosas de Dios, a renovar nuestra fe, a purificar el lenguaje, a purificar nuestra fe y a purificarnos en este sufrimiento. La elaboración del duelo no se hace para olvidar al ser querido sino para aprender a vivir sin él.”
Juan remarcó que solos no se puede llegar a la sanación , sino que estamos invitados a elaborarlo en comunión y en comunidad. “Ante situaciones dolorosas como estas es importante el diálogo entre los esposos, es importante darle paso a la confianza y a la paciencia para poder sanar y sanar bien.”
El Padre Mateo recalcó que después de la elaboración del sufrimiento nadie vuelve a ser igual que antes. “Especialmente en la muerte de un hijo hay un antes y un después. No nos podemos estancar, bloquearnos, decir que el tiempo lo cura. El duelo es muy personal pero es muy matrimonial y familiar”.
Graciela por su parte dijo que el error que cometió fue echarse muchas culpas. “Solía pensar: Si yo hubiera sabido que iba a vivir 16 años, ¿por qué le exigí tanto?. Pero cuando uno hace una sana elaboración del duelo se entiende que las culpas son naturales , pero demasiadas no es sano, se agrava la situación y uno va más para atrás que para adelante.”
Juan dijo que en su caso se culpó por no haber acompañado a su hijo lo suficiente. “Como consejo le digo a todos los papás que disfruten a sus hijos, que los cuiden, que los protejan”
Juan recomendó que estemos abiertos a la escucha.”Que importante es saber escuchar y comprometerse a escuchar a los hermanos en sufrimiento.
Te invitamos a escuchar la entrevista completa en la barra de audio debajo del título.
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