11/10/2018 – “En la liturgia son esenciales los signos y por ser signos, señalan realidades escondidas”, reflexionó el Padre Mario Sánchez, perito en el Secretariado Nacional de Liturgia (SENALI). “ Por ejemplo -dijo- el cirio pascual señala a Cristo resucitado y la nueva vida que de él recibimos; la procesión de ofrendas, es expresión de la entrega personal de los fieles; el lavado bautismal, símbolo de la purificación y santificación del alma”.
El padre Mario, expresó que “El ser humano es cuerpo y alma, tiene una realidad compleja. A esta realidad corresponde la liturgia con sus signos sensibles o corporales, que manifiestan hechos invisibles, al igual que el alma se manifiesta y expresa en el cuerpo”.
En este sentido, indicó que “El signo tiene una gama de expresividad incalculable”. Y recordó que “la liturgia es un entretejido de signos”.
Alertó que “Si no involucramos nuestra parte corporal en la celebración, nos vamos a perder de mucho”, dijo el Padre Mario.
Nuestro invitado especial, fue el Padre Marcos Picaroni, quien después de estar más de 20 años en la Parroquia Santísimo Sacramento de Tandil, comunidad que lo vio crecer, está cumpliendo ahora servicio en la Parroquia San Cayetano de Olavarría. Habló sobre el canto litúrgico, diciendo que “El canto, que es un signo sagrado que expresa nuestra interioridad, nos tiene que ayudar a unirnos a lo que estamos celebrando”, expresó el Padre Marcos.
Por otra parte, indicó que es muy importante que “La letra tiene que expresar lo que estamos celebrando, tiene que tener una raíz bíblica, porque los cantos son rituales”.
Finalmente el Padre Mario, recordó que “La Iglesia insiste en la necesidad de renovar, actualizar, entroncar los gestos con cada cultura, para que las palabras y gestos sean más significativos para la mentalidad del hombre moderno e incluso para cada región y comunidad”, concluyó.
Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar | Incrustar
Suscríbete: RSS