11/02/19- La Hermana Silvia Somaré, Esclava del Corazón de Jesús, nos acompaña cada semana en el ciclo “Complementarios”. En esta oportunidad dialogó sobre la mujer a través de la persona y obra del escritor Ernesto Sábato.
“Ernesto Sábato nació en Rojas, Pcia de Bs As en 1911 y falleció en Santos Lugares en 2011. Hijo de inmigrantes, padre italiano y madre albanesa, se doctoró en Física en la Universidad de La Plata, obtuvo becas en Europa y Estados Unidos, trabajó en el laboratorio Curie en Francia y en 1940 abandonó la ciencia para dedicarse al arte en la literatura y la pintura. Galardonado en todo el mundo, en 1983 fue presidente de la CONADEP. Se unió con Matilde Kuminsky, gran puntal de su vida y de su obra, con quien tuvo dos hijos: Jorge y Mario. Matilde enfermó y él, aunque agnóstico, hizo su primera comunión y se casó por la Iglesia por amor a ella. El contexto que describe al escribir tiene una mirada propia pesimista en el sentido que lo atormenta, lo amarga, pero no por ello falta a la verdad.”
Opinión de Sábato sobre la mujer
“Es en la mujer en quien se halla el deseo de proteger la vida, absolutamente.”
“Tampoco podemos vivir comunitariamente cuando todos los vínculos se basan en la competencia. No debemos equivocarnos, la competencia es una guerra no armada y, al igual que aquella tiene como base un individualismo que nos separa de os demás. Si tuviéramos un sentido más complementario otra sería la historia y también el sentido de nuestra vida dl que gozaríamos. La carrera hacia el éxito individual está acabando con la vida del hombre. El ser humano solo se salvará si pone en riesgo su vida por el otro hombre, por su prójimo. A la vida le basta el espacio de una grieta para renacer, nos salvaremos por los afectos.”
“Deberíamos decir Matria en lugar de Patria, la madre es la que hermana, es el verdadero fundamento de la existencia.”
“¡Cuánto más grande es la mujer que el hombre! Hace poco he visto por televisión a una mujer que sonreía con inmenso y modesto amor. Me conmovió la ternura de esa madre de Corrientes o del Paraguay, que lagrimeaba de felicidad junto a sus trillizos que acababan de nacer en un mísero hospital, sin abatirse al pensar que a éstos, como a sus otros hijos, los esperaba el desamparo de una villa miseria, inundada en ese momento por las aguas del Paraná. ¿No será Dios que se manifiesta en esas madres?”
No te pierdas de escuchar la entrevista completa en la barra de audio debajo del título.
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