13/04/2019 – Fray José Luis Guirado es sanjuanino, franciscano y vive en una ermita en Tafí del Valle, en Tucumán, en la zona de los Valles Calchaquíes. Todos los conocen como “fray Pepe” y hace unos años atrás escribió un libro llamado “De la entrega a la libertad”, cuyo prólogo fue hecho por el papa Francisco. En el prólogo, el Santo Padre describió la labor que fray Pepe realiza en una ermita ubicada dentro de un campo llamado Las Carreras, a 12 kilómetros de Tafí del Valle y a 2300 metros sobre el nivel del mar. Francisco también relató la devoción con la que este franciscano lleva una vida consagrada a Dios de la manera más simple, sencilla y pobre. “Vivo en medio de un pequeño paraíso, es un lugar que he deseado mucho en mi corazón durante muchos años y que hoy es una realidad. Aquí la punta se hace sentir y el frío en el invierno también”, relató en el inicio del diálogo.
El padre Guirado también contó que “nací en San Juan un 9 de julio de 1970. Mis padres, Santiago y Ana, viven actualmente en esa ciudad y si bien son jubilados, siguen teniendo su comercio. Tengo dos hermanos, yo soy el del medio. Los tres fuimos al colegio franciscano de San Juan y eso me empapó de la espiritualidad de San Francisco de Asís. En mi casa no había tanta vida religiosa. Y mi despertar en la búsqueda del Señor comenzó en mi adolescencia, gracias al bagaje franciscano que recibí desde el jardín de infantes”.
Fray Pepe se definió como “un buscador y encontrador (sic) permanente. Entre los 15 y los 16 años, en medio del enamoramiento (porque estaba de novio) y muchas amistades, nació en mí la pregunta de la fe. Yo sentía que buscaba y que quería algo más. Y ese marco ocurrieron un par de convivencias en mi colegio franciscano de San Juan donde mi corazón se estremeció. En este proceso me ayudó mucho un fraile español que me guió en descubrir mi vocación. A los 17 años me invitó a un retiro y entonces me decidí a seguir a Jesús plenamente. Igual todo fue un proceso lento de un año hasta que me convertí en un postulante a fraile”.
“A los 24 años hice mi votos perpetuos y ya allí apareció este deseo que recién pude concretar a los 41, aquí en Las Carreras, cerca de Tafí del Valle. Esta vida que llevo enfatiza más la dimensión orante y contemplativa del carisma franciscano. Es una bendición sentir que lo contemplativo no tenés que buscarlo solo en una forma, que podría ser benedictina o monástica, Todo esto lo fui encontrando en la comunidad a la que pertenezco, que es san Francisco Solano. Aquí hago vida de la providencia, orando y compartiendo con la gente más sencilla, en contacto con la naturaleza”, indicó el padre José Luis.
Fray Pepe se levanta temprano, a las 5 de la mañana en punto, y comienza con sus rezos y nunca falta alguna compañía que lo ayude a elevar una plegaria. “Nunca estoy solo, si no hay algunos hermanos que me acompañen, tengo a las aves del valle que me vienen a visitar”, sostuvo.
Por último, fray Pepe nos compartió esta oración, que reza en cada Eucaristía:
Te pido me regales la gracias de la unión transformante
por el amor contigo.
La gracia de la contemplación
y el don del matrimonio espiritual.
El hambre y la sed insaciables de ti mismo,
de tu vida y de tus palabras.
La obediencia de fe a tus palabras.
Enseñame a amar con tu mismo corazón.
Dame tu misma pobreza y humildad de corazón
y la gracia de morir a mi mismo.
De unirme a tu Pasión Cruz y Resurrección.
Las gracias de las purificaciones
y la fidelidad para responder a ellas.
El carisma de la fe para creer en tus promesas
sobre mi vida y la de los hombres,
El carisma de la sabiduría para entender tus caminos,
tu pedagogía tu forma de actuar en mi vida
y en la vida de los hombres.
Y el carisma de discernimiento en mi vida
y en la de los hombres.
Amén.
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