Hoy en el evangelio Jesús da una serie de indicaciones para los discípulos. A simple vista desconciertan y nos parece que Jesús se equivoca. ¿Cómo que ha venido a traer la guerra?
El P. Francisco Palacios centró su reflexión entre 3 partes, desde el evangelio de hoy: Jesús, fuente de la paz; la dignidad de ser discípulos y por último, las dificultades como fuentes de crecimiento y aprendizaje.
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Jesús dijo a sus apóstoles: “No piensen que he venido a traer la paz sobre la tierra. No vine a traer la paz, sino la espada. Porque he venido a enfrentar al hijo con su padre, a la hija con su madre y a la nuera con su suegra; y así, el hombre tendrá como enemigos a los de su propia casa. El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí. El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí. El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará. El que los recibe a ustedes, me recibe a mí; y el que me recibe, recibe a aquel que me envió. El que recibe a un profeta por ser profeta, tendrá la recompensa de un profeta; y el que recibe a un justo por ser justo, tendrá la recompensa de un justo. Les aseguro que cualquiera que dé de beber, aunque sólo sea un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños por ser mi discípulo, no quedará sin recompensa”. Cuando Jesús terminó de dar estas instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí, para enseñar y predicar en las ciudades de la región.
Jesús dijo a sus apóstoles: “No piensen que he venido a traer la paz sobre la tierra. No vine a traer la paz, sino la espada. Porque he venido a enfrentar al hijo con su padre, a la hija con su madre y a la nuera con su suegra; y así, el hombre tendrá como enemigos a los de su propia casa.
El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí.
El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.
El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará.
El que los recibe a ustedes, me recibe a mí; y el que me recibe, recibe a aquel que me envió.
El que recibe a un profeta por ser profeta, tendrá la recompensa de un profeta; y el que recibe a un justo por ser justo, tendrá la recompensa de un justo.
Les aseguro que cualquiera que dé de beber, aunque sólo sea un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños por ser mi discípulo, no quedará sin recompensa”.
Cuando Jesús terminó de dar estas instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí, para enseñar y predicar en las ciudades de la región.
Palabra de Dios
"Seguir a Jesús supone romper la paz con uno mismo: luchar contra el propio egoísmo, contra los propios obstáculos que nos impiden crecer" P. Francisco Palacios #catequesis #evangeliodeldiahttps://t.co/pt9BKYVBKU pic.twitter.com/Anx52Hf5lI — Radio María Arg (@RadioMariaArg) July 15, 2019
"Seguir a Jesús supone romper la paz con uno mismo: luchar contra el propio egoísmo, contra los propios obstáculos que nos impiden crecer" P. Francisco Palacios #catequesis #evangeliodeldiahttps://t.co/pt9BKYVBKU pic.twitter.com/Anx52Hf5lI
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