29/08/2019 – Monseñor Marcelo Colombo, arzobispo de Mendoza y vicepresidente segundo de la Conferencia Episcopal Argentina, sostuvo que “la iglesia local se está abriendo a la reflexión sobre lo que significa la sinodalidad. Lo bueno es que este tema no es nuevo para Mendoza porque monseñor Cándido Rubiolo y monseñor José María Arancibia trabajaron oportunamente en los planes pastorales de la arquidiócesis, en tanto que monseñor Carlos Franzini trabajó en un sistema más concreto de jornadas de pastoral”.
“Hubo como una sana inercia en visita Ad Límina que hicimos los obispos argentinos a Roma porque llegó inmediatamente después de la beatificación de nuestros primeros mártires. Y en relación a lo que presentamos de la Iglesia de Mendoza por supuesto que colaboraron mucho monseñor Dante Braida y monseñor Marcelo Mazzitelli. Yo estoy sorprendido del vigor de esta comunidad que me toca acompañar y su capacidad de vida. Pero en general, la visita Ad Límina es una gran oportunidad para expresar la colegialidad afectiva con el Santo Padre”, dijo en otro pasaje del diálogo.
En relación a su familia, monseñor Colombo compartió: “Tengo muy buenos recuerdos de mi papá Mario, mi mamá Haydeé y mi hermano menor Mario viviendo todos en el barrio porteño de Caballito, cerca del Parque Centenario. Esa zona está en el centro geográfico de la ciudad de Buenos Aires y siento que tuve una infancia muy feliz. Pero también mi vida se desarrolló en el barrio de Almagro porque fue alumno en la primaria y secundaria del colegio San Francisco de Sales. Por mi familia paterna recibí el amor hacia la Virgen de Luján y de parte de mi mamá tome la devoción a Ceferino Namuncurá. Y justamente fui a ese colegio porque allí había ido el beato mapuche.Y en esa escuela tuve una transmisión muy viva de los contenidos de la fe a través de la metodología y de la práctica pastoral de los salesianos”.
Al referirse al pueblo de La Rioja, dijo que “son una comunidad querendona, como ya lo decía monseñor Enrique Angelelli. La Rioja es extraordinaria por su calidez, también tiene una religiosidad profunda y una comprensión de lo religioso que lo lleva a intercambiar eso con las comunidades vecinas”.
Monseñor Colombo nació en Buenos Aires el 27 de marzo de 1961. Fue ordenado sacerdote en la catedral de la Inmaculada Concepción de Quilmes, el 16 de diciembre de 1988 por Monseñor Jorge Novak. Más tarde fue elegido obispo de Orán el 8 de mayo de 2009 por Benedicto XVI y ordenado obispo en la catedral de Quilmes, el 8 de agosto de 2009. En 2013 fue trasladado como obispo de La Rioja por el papa Francisco;. El 22 de mayo de 2018, el Santo Padrte lo promovió a la sede arzobispal de Mendoza.
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