20/09/2019 – El padre Ángel Rossi, cercanos al festejo de la primavera dejó unas palabras para los jóvenes y comenzó invitándolos a que “Sean protagonistas de una sociedad más justa y más fraterna”.
“Los jóvenes tienen mucho para dar”, expresó el sacerdote y dejó estas bienaventuranzas:
“Felices ustedes los jóvenes que cuidan sus lazos familiares a pesar de las rebeldías.
Felices ustedes los que estudian o trabajan con seriedad no como chantas.
Los que son leales con sus amigos. Los que cuidan la pureza del corazón y no claudican a veces con el pretexto de que todo el mundo afloja o patina.
Los que siguen creyendo que la fidelidad es un valor esencial y posible.
Los que piensan su profesión en clave de servicio capaces de perder por los otros. De cuidar de esa muchedumbre de jóvenes cansados y aburridos de la vida antes de empezar a vivirla. Jóvenes que están de vuelta sin haber llegado a ninguna parte. Jóvenes biológicamente juveniles pero espiritualmente envejecidos, empobrecidos por el consumo, masificados por limitación, frágiles de voluntad.
¡Qué lindo estos jóvenes que se hacen cargo de los otros!, expresó el padre Ángel.
Felices de ustedes si se animan a creer que este mundo puede y debe ser de otro modo. A transformar la realidad nacional en historia de salvación, es empresa de fuertes, de magnánimos, de jóvenes soñadores, decididos, ejecutivos, abogados siendo justos y protegiendo sobre todo a los débiles, y no ser buitres manoseando el dolor ajeno, periodistas enamorados de la verdad y no negociando con los sentimientos de su gente o con los poderosos, médicos teniendo compasión de ese rebaño doliente de las guardias, sacerdotes siendo ministros de misericordia y servidores y no chinchudos crónicos que alejan al pueblo o que maltratan o se comen a la oveja como muy tristemente hemos visto y vemos.
Felices de ustedes si son fieles a sus sueños y los sostienen empecinadamente”.
Finalmente, el padre Ángel invitó a los jóvenes especialmente a navegar mar adentro “Mar adentro en la cercanía con el Señor, mar adentro en tus vínculos afectivos, mar adentro en tus compromisos asumidos, mar adentro, dejate de orillar la vida, rompé las amarras, empujá la barca y que la conduzca el Señor, entregale el timón”, reflexionó el padre Ángel Rossi, sacerdote jesuita.
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