Los niños con autismo sufren con la pirotecnia: antes de usarla, pensemos en ellos

martes, 24 de diciembre de 2019
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24/12/2019 – En estas fechas, la pirotecnia (las bombas de estruendo, los petardos, los fuegos artificiales que incluyen explosiones) son utilizados para expresar alegría y festejo, por eso algunos la utilizan para la Navidad. Pero no todas las personas viven de esa forma. Para las personas con autismo, las fiestas se convierten en un verdadero calvario por el uso de la pirotecnia.

El Trastorno del Espectro Autista (TEA) tiene entre sus síntomas la hipersensibilidad en sus sentidos, especialmente la auditiva. Por eso, las personas con autismo son muy sensibles a los estímulos externos, ya sean imágenes, olores o sonidos, y por lo tanto la pirotecnia los afecta directamente.

Al tener su capacidad auditiva incrementada, perciben los estruendos como una verdadera catástrofe, se estresan y sufren. Algunos se tapan los oídos de manera desesperada, pero sin poder controlar las crisis que les provocan los ruidos, pueden llegar a autolesionarse.

Es tan fuerte la conmoción que genera la pirotecnia en estas personas, que incluso los profesionales cuentan que “los fuegos artificiales tienden a desorganizar en exceso a los chicos con TEA” y durante enero deben ayudarlos a reponerse del impacto de los festejos.

Por esta razón organizaciones conformada por padres y familiares de niños con autismo se organizan en todas partes el país para concientizar sobre esta realidad y decir “no” al uso de la pirotecnia.

Uno de estos padres es Carlos Fiore integrante de la organización “TGD Padres TEA” quien consideró que “algo que para alguien es un festejo, una diversión, un momento alegre, para las personas con autismo o con hipersensibilidad auditiva pasa a ser un sufrimiento, un estrés muy grande que puede durar varios días

Fiore relató que “uno, como papá, empieza a buscar alternativas desde el momento en que descubre que nuestros hijos tienen este tipo de sensibilidad auditiva, desde el momento en ponerle auriculares, ponerle música, de encerrarlo en el baño, con mamá o con papá, abrazarlo fuerte. Intentamos buscar algún tipo de estímulo que contrarreste el sonido de la pirotecnia”.

Finalmente Carlos aseguró que “el tema de que tengamos esta posibilidad de salir y dar visibilidad en los medios y que nos escuchen miles de personas es una posibilidad de que se tome conciencia, que se tenga empatía por el otro desde el momento en que lo que para uno es un festejo para muchísima gente es un sufrimiento”.