“África me purificó la mirada”, aseguró la hermana Magdalena Quiroga Yanzi

sábado, 4 de enero de 2020

04/01/2020 – La hermana Magdalena Quiroga Yanzi forma parte de la congregación de las Esclavas del Corazón de Jesús, fundada por la beata Catalina de María Rodriguez. Sanjuanina de cuna, a sus 74 años recién cumplidos vive en la casa madre de la congregación, en Córdoba. Pero por estos días se encuentra junto a su familia en la casa que poseen en el departamento de Rawson, cerca de la capital sanjuanina.

“En estos momentos estoy en una casa quinta muy linda que dejó mama para todos los hermanos. Éramos una familia muy numerosa con 11 hermanos, pero ya fallecieron dos. Yo soy la mas chica de la primera tanda, como decían mis padres. Tengo los mejores recuerdos de mi infancia. Hemos sido muy unidos entre nosotros. Papá era muy exigente. Yo tengo un cariño especial por él, fue muy exigente especialmente conmigo porque era muy rebelde”, indicó la religiosa.

“La unión entre los hermanos es fruto de todo lo que compartimos de chicos. Yo me fui a los quince años cuando decidí ingresar a las Esclavas. La casa quinta de Rawson es muy querida por todos los Quiroga Yanzi porque ahí vivimos nuestra infancia, nos bañamos en el canal en la acequia. Hay recuerdos infinitos”, agregó la hermana Magdalena.

También dijo: “Papá y mamá han sido unos seres extraordinarios. Nosotros los idolatramos porque eran tan humanos y tan piadosos en el buen sentido. Ellos formaban parte del Movimiento Familiar Cristiano. Además, papá fue uno de los fundadores de la Acción Católica en San Juan. En mi casa el Sagrado Corazón es todo. Como será que mis padres se conocieron un primer viernes, se comprometieron un primer viernes y se casaron un primer viernes. Y los primeros viernes para nosotros eran como misa de precepto. El Corazón de Jesús es un miembro más en nuestra familia, la fe fue creciendo entre nosotros de una manera normal y natural. Recuerdo que estando en la finca de Rawson se suicidó una empleada nuestra, papá y mamá se cuestionaron mucho eso. Decían que no podía ser que hubiera gente alrededor nuestro que no sabía quién es Dios”.

“Fue así que papá y mamá hablaron con el Movimiento Familiar Cristiano y con los salesianos y se comenzó a hacer una misión que duraba 15 días. Mi padre era bodeguero y en su camión trajo la imagen de María Auxiliadora a casa en esas misiones, y todo se llenaba de niños”, sostuvo la hermana Quiroga Yanzi quien añadió: “Por eso te digo que la vocación es algo en mí natural. No obstante, yo luche contra mi vocación. En aquella época me gustaba mucho el cine, pero sentí el llamado de Dios de tal manera que no pude decir que no. Era tal la certeza interior que yo tenía que ingresé a la congregación a mis 15 años”.

La religiosa también expresó que “los caminos de Dios son inescrutables. Gracias a mis hermanos yo pude superar mi crisis de fe cuando la tuve en el momento de la muerte de mi padre. También te cuento que el trabajo social me gusta muchísimo y me ha servido en mi carrera docente. Además, estuve 6 años en Chile y 7 años en Benín, en África. El continente negro me purificó la mirada, me ensanchó el corazón. Fue descubrir una iglesia misionera universal realmente enraizada. Desde chica soñaba con ir a África. Cuando me jubilé como docente, a los 57 años, me fui a Benín. Allí estuve 7 años. Y a los 64 me el instituto me dijo que me necesitaban en Argentina. Y me tuve que venir a Tucumán como representante legal a un colegio de las Esclavas. Pero Dios fue providencial, porque ese año murió mamá”.

La religiosa agregó que “en África lo que hacemos es humanizar. Nuestra misión era ayudar a la promoción de la mujer y los niños, enseñarles el cuidado de sus hijos mientras ellas están embarazadas”. Finalmente, la hermana Magdalena compartió esta bella y sentida oración:

Vuestra soy, para Vos nací:

¿Qué mandáis hacer de mí?

He aquí tu esclava.

Que se haga en mí según tu voluntad.

Amén.