14/01/2020 – El último informe del Barómetro de Deuda Social de la Infancia de la UCA, dado a conocer el año pasado, reveló que la pobreza ya alcanza al 51,7% de los niños y adolescentes en Argentina y registra el nivel más alto en una década.
De ese valor se desprenden varios indicadores que marcan la dura realidad que los menores transitan en el país. En el caso de la alimentación puntualmente mientras un 29,3% tiene déficit en sus comidas, un 13% pasó hambre durante 2018.
La recesión, con el aumento de la inflación y el desempleo que trajo aparejado, empeoró además el acceso de los nenes y nenas a las comidas diarias. Así, concluyó que casi el 30% sufre de “inseguridad alimentaria”. El 35% de ellos, además, acude a comedores diariamente.
Al respecto, Ianina Tuñón, Investigadora y coordinadora del Barómetro de Deuda Social de la Infancia de la UCA aseguró: “Hoy las escuelas, no estoy tan segura de que estén cumpliendo este rol en la magnitud en que necesita ser realizado. No obstante, aparentemente, (desde el gobierno) hay una intención de que haya asesoramiento por parte de nutricionistas. Lo importante es que, estas iniciativas, efectivamente se lleven adelante”.
En consonancia con el crecimiento de la pobreza en nuestro país, en una gran cantidad de establecimientos educativos, durante el año regular, se les ofrece a los chicos el plato de comida o la copa de leche. En tanto, debido a la crisis, muchos de estos colegios mantienen abiertas las puertas de los colegios para que a los alumnos no les falte, aunque sea una comida al día.
En los últimos años, muchos de estos establecimientos han cerrado por falta de fondos de los gobierno y en el último año se han visto impedidos de seguir con los planes de verano a falta de estas ayudas económicas.
Pero los comedores escolares no son los únicos que se encargan de esta tarea sino también los comedores que gestionan distintos grupos sociales, asociaciones civiles y religiosas. Silvia Quevedo es referente del Movimiento Barrios de Pie en Córdoba quien al respecto sostuvo: “Lo urgente y emergente en este tiempo ha sido resolver el hambre a través de comedores, copa de leche. No obstante, consideramos que la salida de este flagelo de la pobreza no es solo con la asistencia alimentaria sinó también creemos que es a través del trabajo, a través de la salud, a través de algo más integral”.
La referente social aseguró que en vacaciones se ve un incremento de niños en los comedores al igual que en los últimos años. Quevedo destacó que se ha tenido que priorizar “dar de comer a la noche o a la tardecita y los sábados y domingos porque los niños no podían cubrir sus comidas en sus hogares, podían cubrir su alimentación en las escuelas al mediodía pero no la de la noche o la tarde”.
Finalmente, Silvia relató que “en estos tiempo, donde las escuelas han tomado su receso escolar, los movimientos populares, organizaciones sociales, las parroquias y los clubes deportivos no pueden tomarse vacaciones, que nos se pueden tomar un receso porque los chicos siguen participando (y necesitando el plato de comida).
Podcast: Reproducir en una nueva ventana | Descargar | Incrustar
Suscríbete: RSS