Foto: Padre Mateo Bautista, sacerdote de la orden de San Camilo. Licenciado en Teología. Moral. Licenciado en Teología Espiritual. Doctor en Teología en Pastoral de la Salud.
08/06/2020 – “Es muy importante comprender la dinámica, la visión y la cosmovisión sobre el duelo”, dijo el Padre Mateo Bautista, sacerdote camilo y Máster en Pastoral de la Salud , quien nos acompaña cada lunes en el programa “Hoy puede ser”.
La palabra duelo “La palabra duelo es muy polisémica, tiene muchos significados. Pero, ¿qué es el duelo? Es el dinamismo, el camino, el recorrido, el proceso, el trabajo sobre el sufrimiento. Ver el duelo como un procesar que lleva su tiempo. Entrar en el corazón del duelo es desentrañar, es conocer un mecanismo que me facilita trabajar mi sufrimiento.”
Meternos en el alma del duelo “Nos tenemos que hacer dueño de nuestro sufrimiento. No es cuestión de quitarme el sufrimiento de encima, como si el sufrimiento fuese una cosa. El sufrimiento soy yo. Vaya a donde vaya , sufro. El duelo sirve para no despistarnos del trabajo que tenemos que hacer. El mundo actual no nos enseña elaborar los duelos, por eso resuelta muy importante conocer su mecanismo y dinámica.”
La importancia de las lágrimas “El desahogo en el duelo es muy importante, ¿por qué?; porque como su nombre lo indica nos podemos ahogar en el dolor. Hay tanta agua que encharca nuestra vida y necesitamos despejarla. El deshago trabaja la pena que es omnipresente, que se siente en todo el cuerpo y en el alma, que nos desestabiliza. El desahogo se hace en las seis dimensiones. Las lágrimas contienen sustancias distresantes, que nos liberan hasta fisiológicamente. No hay que reprimirlas inicialmente, porque con las lágrimas hablamos lo que no podemos decir con palabras en un momento donde el sufrimiento es intenso, desbordante y desestructurante. Hay que facilitar las lágrimas. Hay lágrimas de desesperación, pero hay lágrimas de esperanza y oración.”
La olla de vapor “El sufrimiento intenso es como una olla de vapor. Si no hablamos del sufrimiento, si no nos preguntamos, podemos explotar. Por eso necesitamos desahogarnos no solo con las lágrimas, sino también con la palabra, mentalmente. Es necesario hacernos muchas preguntas, pero no hay que responder esas preguntas en esos primeros momentos porque son preguntas de liberación, son preguntas para que los demás nos escuchen. Hay que desahogarse espiritualmente también con Dios, contarle lo que nos duele en ese momento.”
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