¿Qué ha pasado en estos cuatro años? Morí muchas veces: de pena, de rabia, de egoísmo, de soberbia: Morí para empezar a vivir de otra forma, donde Catalina es una parte importante de nuestra familia, pero no la pieza fundamental. Es un engranaje donde todos encajamos perfectamente, donde nos necesitamos y nos queremos, donde todos aprendemos de unos y de otros, donde se necesita espacio individual y de normalidad y también espacio de tolerancia, paciencia y toneladas de amor para todos, no sólo para ella.
Es fácil ser feliz cuando todo marcha bien, pero requiere de mucha voluntad y amor ser y hacer feliz cuando las aguas están menos calmas. Creo firmemente que la felicidad es una meta que podemos lograr, si no es hoy, será mañana.El punto está dónde uno pone la vara para medirla. Hay que ser feliz con lo que se tiene, dejar de perseguir ilusiones, delirios de felicidad por venir.la felicidad es aquí y ahora, con lo que nos tocó.
Espero mi quinto hijo, nacerá en los mismos días que Catalina cumpla ocho años; espero que nazca sano y siga así. Pero más que nada lo espero, espero a este hijo a secas, ni a un hombre, ni a una mujer, ni sano ni enfermo.Sólo espero a MI HIJO, de la mano de Nuestro Señor, de la mano de la Madre María, como una niña pequeña, alegre y confiada.