Hacer concreto el rostro de Jesús en el rostro de los hermanos presos

26/01/2021 – “Al momento de ir a la cárcel tenemos miedos y prejuicios. No podemos concretizar el amor de Dios en los rostros de los presos sino abrimos nuestro corazón”, coincidieron Daiana y Tobías de Puntos Corazón Argentina.

En el ciclo“Misionando con María” dialogamos con Daiana Leiva y Tobías Narballo, dos jóvenes voluntarios que realizaron su experiencia de misión en las cárceles en Chile.

Daiana contó que su misión fue en Valparaíso y visitó las cárceles de mujeres durante un tiempo: “Desde ese apostolado nosotros aprendíamos a vivir la misericordia”, resalta Daiana y agregó: “Conocimos muchos rostros, muchos Cristos y hacíamos carne vivir esa parte del Evangelio que dice ‘cuando estuve preso, me visitaste, cuando tuve hambre me diste de comer’.

Era la primera vez que Daiana misionaba en una cárcel y fue una experiencia que la marcó muchísimo.

Por su parte, Tobías compartió su testimonio: “El Señor está conmigo y si me llevó a Chile, sabía que no me iba a dejar solo”. Con respecto a la misión relató que fue, al igual que Daiana, una experiencia fuerte. “Encontramos gracias muy concretas. Es una manera de concretizar el amor de Dios en rostros”, expresó Tobías.

Agregó además que muchas veces fue dolorosa esa misión por todas las situaciones que se escuchan en la cárcel.

Tobías contó que, al momento de ir a la cárcel, tenemos miedos, prejuicios y miradas limitadas:  “Yo quería saber por qué los presos estaban ahí. A veces nos olvidamos que son personas y no vamos a visitar a aquel que hizo tal o cual cosa, sino a la persona”, reflexionó.

Las visitas esperadas de cada semana

Daiana recordó que cada vez que visitaban a los presos, ya iban con la certeza de que los estaban esperando ya que, para muchos, los chicos de Punto Corazón, eran la única visita que recibían.: “Nunca volvimos con el corazón vacío. Compartíamos el apostolado con los hermanos evangélicos, así que coordinábamos a que módulo iba
cada grupo”, agregó.

La joven misionera recordó que, “había mujeres que estaban enojadas con Dios, pero ellas sabían que nosotros íbamos a brindar nuestra amistad, sino querían hablar, los respetábamos”.

Tobías, por su parte,  dijo que muchas veces en el silencio de los encuentros era donde más se disfrutaba la presencia del otro: “Los miras con misericordia y guardas silencio. Ellos estaban aturdidos de la cárcel, y de a poco, se va sembrando la semilla de la amistad”, contó.

Por último, Tobías añadió que, en muchos de los encuentros con los presos, no sabían si se iban a volver a ver y “hubo rostros que los vimos una vez y después no supimos más nada. Entonces, aprovechábamos el tiempo para estar todos abandonados en el Señor”, finalizó.

Para contactarse con Puntos Corazón ingresá a  https://www.puntoscorazon.org.ar/

Podés escuchar el programa completo en el audio al inicio de esta nota

 

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