09/06/2021 – En el ciclo “La devoción al Sagrado Corazón en la Biblia”, el biblista Gerardo García Helder, director del Departamento de Pastoral Bíblica de la Conferencia Episcopal Argentina, se refirió a la primera promesa hecha a Santa Margarita María de Alacoque. “A lo largo de la historia van surgiendo formatos nuevos para cristalizar la unión con Dios. Y en el contexto en el que aparece la devoción al Sagrado Corazón de Jesús en la Francia del siglo 17, con mucho cumplimiento de los preceptos y las normas cristianas y buscando apartar al pueblo de la Eucaristía, esta devoción nos acerca más a la humanidad de Cristo”, inició diciendo el especialista.
“Santa Margarita María de Alacoque no conocía mucho de la Biblia, esto era algo habitual en el pueblo francés. Más bien conocía algunos pasajes del Evangelio por las homilías y por su sacerdote confesor. Margarita tiene una experiencia mística y tiene visiones sobre el Sagrado Corazón, donde se le presenta con doce promesas a quien se acerque a esta devoción cristiana durante los 9 primeros viernes de mes. “Seré la gracia que necesites” es la primera promesa que hace el Sagrado Corazón. Tenemos un Dios bueno, que da su gracia y bendición a todos, esto es bíblico“, expresó Gerardo.
“La primera gracia que Dios nos da es la existencia. Por lo tanto, esto no lo podemos hacer depender de esta devoción pero estamos invitados a sentir que es una gracia que nos supera, inmerecida”, manifestó. “La Palabra de Dios supera y trasciende las sagradas escrituras. En la naturaleza está la Palabra. Y en la visión que tuvo santa Margarita también está la Palabra del Señor, esto es algo paranormal. En Dios somos, nos movemos y existimos. Cuando comprendemos esto nos damos cuenta que Dios está en muchos lugares y situaciones, muchos más de los que nosotros tenemos en cuenta, como en la sagrada escritura o en las celebraciones religiosas. Tenemos que tener en cuenta esta mirada más amplia”, añadió.
“En el evangelio de Mateo, en el capítulo 11 y en los versículos 28 al 30, el Señor invita a ir a Él a los que están afligidos y agobiados. En el pensamiento antiguo todos los seres estaban sometidos a un ser superior. Dios da ese poder descendente a los hombres para que ellos subyuguen a los animales. Este pasaje del evangelio nos invita a acrecentar nuestra fe. Jesús dijo a los suyos que vayan y hagan que todos los pueblos sean sus discípulos enseñándoles a cumplir todo lo que les había mandado. Además les prometió su presencia hasta el fin de los tiempos”, indicó García Helder.
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