Cuarta promesa del Sagrado Corazón: “Seré el refugio en ti”

miércoles, 30 de junio de 2021
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30/06/2021 –  En el ciclo sobre “La devoción al Sagrado Corazón en la Biblia”, el psicólogo y magister en sagradas escrituras Gerardo García Helder, habló de la cuarta promesa. “Aunque a veces no tengamos experiencia sensible de Dios, la fe nos permite saber que en Él somos, nos movemos y existimos. Hoy vemos la cuarta promesa: “Seré el refugio en tu vida y en tu muerte”. Cuando se estudia teología se ve nuestra religión y se la compara con otras creencias para ver los elementos comunes. Y lo que más nos hermana a todas las familias religiosas es el sentimiento de fragilidad, de debilidad y de pobreza. De allí surgen muchas de nuestras tradiciones, de sentirnos desnudos y necesitados. Ante esto Dios se revela al hombre y se hace cercano con sus sagradas escrituras”, sugirió el especialista.

“El objeto de la fe es la realidad que está más allá de las formulaciones, esto lo decía santo Tomás de Aquino. San Agustín decía que la oración no consiste en palabras sino en gemidos, gemidos del pobre que siente que sin la ayuda de Dios no puede. En esta promesa hay una respuesta a la necesidad que todo ser humano experimenta, esa necesidad de recibir una ayuda divina para sentirse completo. Esto termina siendo una creación cultural, necesitamos cobijo ante alguna situación extrema o inesperada. Puede ser un evento de la naturaleza, una enfermedad o lo que sea. Mejor sería acudir a nuestros problemas presentándoles a nuestro Dios, porque generalmente lo hacemos al revés”, señaló Gerardo.

“Una mala muerte no debe ser temida por quien ha llevado una vida buena, expresaba san Agustín. Los católicos creemos en el purgatorio y esto nos da un alivio, es una última posibilidad donde ya no cuenta nuestra voluntad pero si podemos arreglar las cuentas con Dios para poder gozar de Él eternamente en el cielo. No pensamos que el purgatorio es un lugar de tormento sino un espacio de arreglo y de acuerdo con Dios. Tenemos que pasar a tener una espiritualidad de hijos, pero no de hijo infantil. En el evangelio se nos dice que el niño Jesús crecía en sabiduría, en gracia y en estatura. Nosotros tenemos que ser dóciles para que la obra de la gracia de Dios actúe en nosotros, para seguir creciendo en fe, en amor y en esperanza. Jesús, como humano que fue, necesitaba refugio. En el capítulo 10 de Lucas, Jesús visita a sus amigas Marta y María para refugiarse, como está también en el capítulo 12 de Juan. Allí Jesús las visita en la ciudad de Betania”, indicó.

Por último, García Helder compartió esta oración:

En medio de mis tinieblas,

sé mi refugio, Jesús, y mi luz.

En medio de mi aridez,

sé mi refugio, Jesús, y mi suavidad.

En medio de mis carestías,

sé mi refugio, Jesús, y mi alimento.

En medio de mi tristeza,

sé mi refugio, Jesús, y mi alegría.

En medio de mis desequilibrios,

sé mi refugio, Jesús, y mi armonía.

En medio de mis enfermedades,

sé mi refugio, Jesús, y mi salud.

En la hora de mi muerte,

sé mi refugio, Jesús, y mi vida.

Amén.