EL SEÑOR ES MI PASTOR
Este salmo ofrece dos imágenes de Dios: pastor y hospedero.
“El Señor es mi pastor, nada me falta, en verdes pastos me hace reposar
Me conduce a fuentes tranquilas y reara mis fuerzas.
Me guía por caminos seguros como exige su misión
Aunque pase por el valle de la sombra y de la muerte ningún mal temo
Tú vienes conmigo. Tu vara y tu callado me sosiegan
Acá va de la imagen del Pastor a la del hospedero
Preparas ante mi una mesa a la vista de mis enemigos
Unges mi cabeza con perfume y mi copa rebosa
Tu bondad y fidelidad me acompañan todos los días de mi vida
Y habitaré en la casa del Señor por días sin fin
El salmista comienza con un profesión de fe, invocando a dios como “el Señor”. Este es el nombre que se le reveló a Moisés:: “yo soy el que soy”, cuya forma correcta de traducción sería “Yo soy el que seré”, o “Yo soy el Dios con ustedes”, o “Yo soy el que estaré siempre con ustedes “, porque en realidad este verbo tendría que traducirse en futuro dicen los lingüistas. Dios se revela al pueblo judío como el que acompaña, el que camina junto en la mañana de la vida., el que conoce nuestra naturaleza, el que se acuerda que somos polvo y nos colma de misericordia y de compasión, y que el salmista llama Pastor.
Cuando decimos pastor aparece una imagen idealizada fuertemente: joven, que carga su ovejita al hombro… Y lo que se evocaba en aquel entonces era la presencia de los patriarcas o padres de la fe –Abraham, Isaac, Jacob-, porque ellos eran pastores y nómades. Pastor tiene que ver entonces con padre, con jefe, con líder, y tiene que ver con fe, con fidelidad. Eso es lo que evocaba en quien escuchaba este salmo.
Y esta figura del pastor ha llegado hasta nosotros como “el que conduce a las ovejas”: como dice el evangelista Juan, el Pastor es “el que va delante de ellas y las ovejas le siguen porque conocen su voz”. El señor es Pastor porque conoce los caminos de la vida. Conoce los atajos, las cañadas, y conduce a las ovejas con conocimiento y con prudencia, cuida de las ovejas para que no se cansen demasiado, para que no tropiecen con arbustos, y presta atención a las ovejas revoltosas o a los corderitos inexpertos que se extravían con facilidad. Impide que algunas ovejas –las más atrevidas- se alejen demasiado y acomoda a las más débiles para que puedan permanecer en el grupo. El Pastor conoce a cada una por su nombre y sabe cuáles son sus problemas.
Y Jesús dice del Pastor que es muy distinto al mercenario o a un simple peón que simplemente esta cumpliendo un rol por el que le pagan. El Pastor permanece vigilando aun durante la noche. No le teme a los depredadores. }es el compañero, el que liga su propio destino con el destino del rebaño. Si el rebaño tiene sed, él tiene sed, si el rebaño soporta el frio él soporta el frío. Si el rebaño se fatiga caminando por las piedras, él se fatiga con ellas. Si la oveja corre peligro de ser agredida, él también corre el peligro de ser asesinado por salteadores. El da su vida por las ovejas.
El Pastor tiene un nombre: Jesús. La oveja también: es el tuyo.
Los arquetipos son como cajas fuertes que están en el alma donde se conservan las experiencias de la humanidad. En el alma guardamos en esa caja fuerte saberes que no hemos protagonizado nosotros, sino que son heredados. Por eso es que aún hoy permanecen entre otros, este arquetipo del Pastor. Y al evocarla, evocamos una imagen de estas figuras que se han arraigado en nuestro inconsciente colectivo y que irradian en cada uno de nosotros con diferentes matices toda una experiencia acumulada a través de las circunstancias y de los tiempos. Hoy se le asigna al perro pastor el trabajo que antes tenía el pastor de a pie. No descansa un minuto. Está siempre atento. Porque las ovejas son animalitos tiernos, pero zonzos: tienen un camino por delante y se van por las piedras, cualquier pastito les llama la atención… nosotros también somos así. Capaz tenemos un sendero recto por delante y nos vamos al abismo.
“No podemos siquiera medir la felicidad que supone estar en manos de un pastor como Jesús. El busca nuestro verdadero bien y nos proporciona a su debido tiempo el alimento necesario”. Esa felicidad, imposible de medir, en algún lado debe estar. Porque el Señor pastorea todas y cada una de sus ovejas. Esa felicidad, está solamente nutrida por el saberse en manos de un Pastor como Jesús. Este Pastor no emplea armas. Emplea una vara y un cayado. “Tu vara y tu cayado me sosiegan, me apaciguan”
Hablando de arquetipos y de imágenes, la vara tiene que ver con algo punitivo. Asociamos la vara al maestro que pegaba al niño cuando se equivocaba. Antiguamente la ley usaba la vara para castigar a los delincuentes. La vara nos evoca los bastonazos de los policías, nos evoca aquello con lo que se mide; con aquello que es crítico, evaluativo, que tiene que ver con el castigo, con lo que tiene que ver para enderezar situaciones torcidas. Hay citas de la Biblia que asocian la vara con la ira. Es la vara aquello que Yavé usa para aleccionar a Israel. Este Dios pastoril, entregado, comprometido, sufriente, amantivo, también lleva una vara, y en ese sentido, no hay que polarizar o desintegrar la imagen bella íntegra de este Pastor.
La vara y el cayado son dos cosas distintas. La vara por lo general es recta y sirve para poner a las ovejas en fila, golpear con suavidad los flancos de las que quieren escaparse, o si empiezan a pelearse el pastor las separa o las golpea con algo mas de dureza. Otras veces se la emplea para tocar a los corderitos que se van del grupo y el pastor quiere reintegrar en el mismo. En aquel tiempo también servía para defensa ante la inseguridad de los salteadores.
El cayado es una vara mas fina con la parte superior curva. Es lo que usa el pastor para apoyarse mientras caminas, para aliviar en cierta manera su marcha, para subir cumbres, para escalar piedras. Y es el símbolo por excelencia del pastor: el Papa, los obispos, utilizan el cayado como símbolo del pastor.
El pastor va golpeando cadenciosamente en el suelo a medida que se va apoyando, y ese ruido –que ojal-a el Espíritu Santo nos de la gracia de sentir: el ‘toc toc’ del pastor que camina a nuestro lado- es el que hace que las ovejas se sientan seguras y tranquilas. El Pastor va a veces adelante, a veces detrás (según sean los riesgos y las circunsantcias, igual que en la vida) y las ovejas no se van dando vuelta permanentemente para verlo. A veces Dios ‘desaparece del mapa’ y uno no lo ve por ningún lado, pero hay que pedir el oído, que es el sentido por excelencia del alma, para escuchar el ‘toc toc’ de su cayado.
La vara, que se asocia a lo punitivo, es considerada en el antiguo testamento como un instrumento de educación, de límites. Es positivo para la educación de la conciencia. ¿qué sería hoy la vara en nuestra vida? ¿qué funciona hoy como ‘vara’? El sentimiento de vergüenza o la mala conciencia. Cuando sentimos esa voz interior que no calla, que nos recuerda nuestra falta que no queremos escuchar. Y aunque nadie se haya percatado de lo que hayamos hecho mal, aunque nadie nos persiga, es la vara de dios la que nos denuncia interiormente, no para castigarnos sino para inducirnos a observar una conducta apropiada. Y para eso tenemos que tener una mente formada. Y para eso está la Biblia.
Aún los que han cometido crímenes y no han sido acusados por tribunales porque han destruido las pruebas inequívocas de sus fechorías, creo yo que la vara de Dios actúa, que la conciencia los persigue, y que en alguna ocasión, quizá en lo mas profundo de su alma, esa verdad no deja de sonar con absoluta claridad. Quizá su varazo llegue tarde para nuestro gusto, pero llega. Llega quizá cuando sepa que puede golpear el área corregible del alma humana. Y en ese sentido la humanidad tiene sus tiempos.
La vara también puede adoptar la forma de “crítica”: la crítica social, la propia. Cuando nosotros realizamos actos condenables, el grupo al que pertenecemos, la opinión pública, los periodistas, son los que levantan esa voz critica como una manifestación de la vara de Dios. No me refiero a la crítica en el sentido destructivo tan frecuente en el terreno político, sino la crítica en el sentido constructivo, el juicio que apunta a nuestros yerros para que cambiemos, no esa crítica corrosiva que se ha hecho moda sino la que apunta a la posibilidad de cambio.
Tema musical “La belleza” de Luis Eduardo Aute
“De muchas formas y maneras habló dios al mundo en el pasado” (Hebreos 1,1). Y también hoy
Aristóteles decía que la vergüenza es la que nos acusa y nos hace enrojecer por nuestras malas acciones. Buen instrumento de la vara de Dios, que en definitiva no es mas que una de las manifestaciones de su amor, que nos dice ‘no pases por acá, que te vas a desbarrancar’. Otra manifestación de la vara es la crítica. Hay que escuchar las voces críticas, especialmente cuando son reiteradas, cuando siempre nos tropezamos con la misma critica. Aprendamos a leer en la crítica la vara de dios que nos está cuidando.
También otra forma de experimentar la vara es la crisis. También Aristóteles dice que quienes pierden totalmente el sentimiento de vergüenza forman parte de aquellos que tienen una cierta patología de la conciencia humana grave. Son mentes totalmente insensibles al dolor o al sufrimiento que generan en los demás. Cuando esto ocurre en la humanidad comienza el caos. Y hay que distinguir cuando estamos en períodos de caos o de crisis, porque son la vara de Dios que nos está avisando que hay un orden que esta entrando a resquebrajarse. A partir de muchas crisis fue que evolucionó la vida. La crisis de un sistema es lo que ha hecho avanzar la evolución de la vida hacia el grado maravilloso de variedades y complejidades que tenmos hoy. Superada la crisis irrumpe la vida como autoorganización de la materia y aparece un nuevo orden en el proceso evolutivo.
Es decir: hay un orden que está dotado de determinadas posibilidades. Cuando estas se agotan ese orden entra en crisis para que maravillosamente se generen cosas nuevas, nuevas formas de organización de la vida para que la vida se siga conduciendo a si misma.
Crisis viene del sánscrito y significa limpiar, purificar. Crisol es un recipiente que se utiliza para limpiar metales. Las crisis acrisolan, purifican, nos hacen crecer, nos pone en situación de riesgo para generar desde nuestra mente , desde nuestras posibilidades, nuevos recursos. La crisis es y puede ser –aunque acarree sentimientos de frustración o de sufrimientos sicológicos o físicos- son una manifestación de la vara de Dios para que no perdamos la fe ni la esperanza ni el entusiasmo por las cosas de Dios. No es mas que una manifestación mas de su amor pastoral.
TEMA MUSICAL LA FUERZA DE LA VIDA
En este salmo cada palabra está cargada de significados cotidianos, domésticos. Es como si hoy tuviéramos que hacer un salmo ligado a la computadora, al micrófono, a las cosas que nos rodean todos los días.
Pero históricamente la interpretación de este salmo, la aplicación de este salmo en los ámbitos religiosos, ha tenido también un costado nefasto. Y es el hecho de esta visión del pastor del rebaño. En la mayoría de las religiones está presente esta actitud: una actitud de poder de quien ejerce el rol pastoral. Y mas peligroso que esto todavía es el concebir al individuo , a la persona humana que no es religiosa o que no está dentro de ese ámbito de poder, como ‘ovejas’: zonzos, ignorantes, partes de un gran rebaño. Y esta pretensión de que esta ‘oveja’ sea obediente.
Decía Chesterton: “yo cuando entro en la iglesia me saco el sombrero pero no me corto la cabeza”.
Muchas veces se ha hecho un ejercicio de “la pastoral” tendiendo justamente a que la oveja se desempeñe como tal. Que sea dúctil, obediente, que no piense, que no haga preguntas, que no interrogue, que siga el rebaño, que siga el rebaño, que sea manada, masa. Y cuando una oveja no es nada de eso, cuando quiere ser ‘persona’ muchas veces se encuentra con actitudes hostiles justamente fundadas en esta imagen que creo yo que debe compensarse con la otra parte del salmo que es cuando Dios aparece como ‘hospedero’, y unge con perfume la cabeza de cada uno. Y la cabeza ha sido siempre considerada como el órgano esencial del ser humano, la quintaesencia de la persona, de su espíritu, de su poder, de sus ideas, como microcosmos de sus valores, como totalidad e integridad de la persona. Por eso es tan grave la decapitación, y por eso muchas formas de asesinatos que atacan la cabeza están atacando ese espíritu del otro. Se está hablando de lo que se quiere matar en el otro. Lejos de eso, el Señor unge la cabeza, que es un gesto real, es un símbolo muy cargado de realeza, y el Señor lo hace con un óleo, un perfume, sustancia carísima y cargada de un simbolismo de algo sutil, vivo, que destaca la presencia de la persona. Una especie de vibración silenciosa por la cual un ser exhala su esencia y da a percibir el rumor de su vida oculta. El perfume es portador de un mensaje. Es lo mas personal de lo personal, lo mas intimo de lo mas intimo. Es la esencia del ser. Y con eso Dios nos unge. Nada mas lejos eso del considerar la oveja como manada.
ESCUCHEMOS SIEMPRE EL TOC TOC DEL CAYADO DE NUESTRO PASTOR, JESUS, Y NO DUDEMOS DE SU ASISTENCIA Y DE SU COMPAÑÍA SEA LO QUE SEA LO QUE NOS TOQUE VIVIR Y SEAN COMO SEAN CUALES SEAN LOS VALLES DE LA MUERTE QUE TENGAMOS QUE ATRAVESAR.