07/09/21- Durante la última década se ha observado un creciente interés en el estudio de las funciones ejecutivas, principalmente en la infancia, por su asociación con competencias cognitivas y sociales y por su relación con el rendimiento académico. La evidencia muestra que un buen desarrollo de las Funciones Ejecutivas en la infancia permite predecir el éxito escolar. Sobre este tema dialogamos con Laura Lewin, especialista en educación y crianza.
“Hay estudios que sugieren una relación inversa entre las Funciones Ejecutivas y el nivel de agresividad de las personas. Esto quiere decir que puntuaciones altas en problemas de conducta, corresponde puntuaciones bajas en el pensamiento ejecutivo. Por eso es importante ayudar desde casa y el colegio a desarrollar estas Funciones ejecutivas”, explicó Laura.
¿Cómo nos damos cuenta que un niño tiene alteraciones en sus funciones ejecutivas?
Muchos niños manifiestan poca memoria, poca concentración, no pueden hacer dos cosas al mismo tiempo, no pueden terminar la tarea, se distraen con mucha facilidad. En términos generales, las Funciones ejecutivas incluyen múltiples funciones que ordenan y dirigen la totalidad de las operaciones cognoscitivas y conductuales. Integran la destreza para la iniciación de una tarea, inhibir comportamientos, elegir las acciones necesarias para alcanzar objetivos, elaborar estrategias apropiadas para resolver conflictos difíciles, diversificar la utilización de estrategias, analizar y juzgar el propio comportamiento y para ordenar y dirigir los procesos de memoria. Por lo que, estimular en el instante apropiado desde la escuela y desde casa, es fundamental para que tales capacidades funcionen de manera óptima.
¿Qué ejercicios podemos aplicar para que los niños puedan desarrollar estas funciones?
“Para desarrollar las Funciones ejecutivas necesitamos de tiempo y repetición. Hay que trabajarlo de manera transversal, sostenido en el tiempo; porque de nada te sirve ser inteligente sino no terminas un trabajo en tiempo y forma, si no podés planificar, si no podés organizar tu tiempo, si no podés tomar buenas decisiones, si no podés manejar tus impulsos, etc. Hay buenos ejercicios que podemos desarrollar: armar listas de tareas, armar una rutina-agenda, jugando también podemos trabajar estas habilidades: delinear un dibujo y al mismo tiempo contar del 100 al 1 en voz alta, juegos de mesa, trabajar con límites de tiempo, etc.”, recomendó la especialista.
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