14/09/2021 – En el ciclo “Abrazando la Confianza”, la psicopedagoga y especialista en estimulación cognitiva Verónica Corti presentó la historia de vida de Silvia Diluch, médica a quien le dicen “Pibi”. “Tengo 63 años y 4 hijos. No crecí en la fe desde mi familia de origen, no tenía una práctica religiosa habitual. Cuando acompañaba a uno de mis hijos en su comunión escuché hablar de la conversión y allí yo no tenía idea de qué hablaban. Ese momento me llegó a mis 52 años. Después de mi cuarto hijo me divorcié de mi esposo. Tenía tendencia a la tristeza y a la frustración, no sabía cómo procesarla”, comenzó diciendo Silvia.
“Tuve una gran depresión y estuve en tratamiento con medicación siquátrica. Y en ese contexto me invitaron al retiro de Emaús, yo pensaba que iba a un servicio para colaborar en una colecta y nada que ver, ja. Y el movimiento interior fue un terremoto dentro de mí, Dios solo me hablaba a mí. Llegó la paz a mi vida. Tras eso comenzó la enfermedad del cáncer de médula ósea, dos años después de mi conversión. El Señor me preparó para ese momento, siento que Jesús quiso prepararme para lo que iba a vivir. Y viví todo el proceso con mucha tranquilidad, aferrado a Jesús y a María. En medio de la quimioterapia me enteré que iba a ser abuela y un poco después supimos que eran trillizos. Cuando nacieron los pude ver un rato y después tuve que esperar 15 días porque me transplantaron”, añadió.
“Yo le pedí a Dios que me de el tiempo necesario para acompañar a mis dos hijos menores a que estén mejores plantados en la vida y siento que lo logré. Soy una persona feliz, agradecida y en paz. A partir de mi encuentro con Jesús quiero contarlo a todos, es lo mejor que me pasó en la vida. Ahora se lo digo a mis pacientes, a mis amigos, a todos”, completó Pibi.
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