La oración, meditación, contemplación, como dice Ignacio de Loyola, está sujeta a un enemigo sumamente acosador y que tiene formas diversas de hacerse presente: “la distracción”. Y conviene conocerla en su variedad para saber responder a la misma en cada caso. Intentaremos hacer esto en la mañana de este lunes, descubrir cómo y de qué manera, mosquitos y moscardones vienen a interferir en el momento de nuestra oración, a picarnos o con su zumbido a distraernos para sacarnos de esos lugares donde Dios tiene algo importante para decirnos.