Hay una esperanza que Dios hace nacer para cada momento del mundo. Nada está perdido. Todo está salvado de parte de Dios. Cuando hay oscuridad es porque hemos cerrado los ojos del alma. Este tiempo tiene su propia oportunidad. Posee su gracia de parte del Espíritu. Estamos en el hoy de la fe, en el mañana de la esperanza, en el siempre del amor. Hay que abrir el arcón y descubrir los secretos. Hay que interpretar los signos. Hay que deletrear las palabras escritas en el libro de Dios. Lo que viene es siempre una profecía, una promesa por cumplirse. Dios está siempre en la historia. Hoy la está escribiendo, ¿quién de nosotros la está leyendo?…